tag:blogger.com,1999:blog-18774190019270435622024-03-13T03:24:48.037+01:00 Asociación cultural "La Aventura de Escribir"Esta asociación viene organizando actividades en torno a la escritura creativa y a la lectura desde su creación en el año 1996 en Nerja (Málaga). LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.comBlogger193125tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-45478400372397130312022-12-05T19:27:00.035+01:002023-01-19T20:37:47.384+01:00Relatos ganadores XXI Certamen de relato Corto.<p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTu6vAIp7G4-hYh_ooa2KvB3y7_gZ6O-KAmRjvT0gDDb_44y3DK6FA5v91b7gmPhf4oVF0Po5QWcYn-9p0FwJLjYzYrWImRPS8CbW_uwvBd49JDtjJMnCp19MvNmAlTu615Dy5wv_48iFA60r7_KJmF5Z6WM9pDxC_tB48i8D4kKMGiY_cmP4U5a5F/s2048/IMG-20221205-WA0003.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1126" data-original-width="2048" height="263" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTu6vAIp7G4-hYh_ooa2KvB3y7_gZ6O-KAmRjvT0gDDb_44y3DK6FA5v91b7gmPhf4oVF0Po5QWcYn-9p0FwJLjYzYrWImRPS8CbW_uwvBd49JDtjJMnCp19MvNmAlTu615Dy5wv_48iFA60r7_KJmF5Z6WM9pDxC_tB48i8D4kKMGiY_cmP4U5a5F/w479-h263/IMG-20221205-WA0003.jpg" width="479" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /> <span style="text-align: center;">LA HUELLA QUE DEJAS</span><p></p><p style="text-align: justify;"> La huella que dejan nuestros pasos en el mundo constituye la certeza de nuestra imperfección. Y es que no hay rastro que no pueda ser seguido ni huella que escape a un ojo entrenado. Mi horizonte fue desde mi más penosa infancia una suerte de pesquisa por alcanzar lo inalcanzable, por traspasar lo prohibido, por escapar de un encierro tutelado. Si bien es cierto que aquella reclusión pudo ser ese mal menor que con tanto empeño me vendieron, traspasar el umbral de aquel edificio centenario supuso mi primer contacto con lo que la gente de afuera llamaba felicidad. </p><p style="text-align: justify;">No creo ser una mujer feliz, ni creo que algún día llegue a serlo. El tiempo deja una huella que, si bien es un claro rastro de los vaivenes que nos azotaron, no está expuesta al ojo de un simple observador avezado. Se necesita cercanía, confianza y paciencia para desenterrar cada muesca astillada en la osamenta de nuestra historia. Yo siempre he sido hermética, reservada con lo propio y lo ajeno. Así creé una cápsula donde he ocultado ese poso perturbador que hierve en las ascuas de cualquier niña sin madre. Pero llegó el momento de abrirla, de dejar entrar (o quizás salir) lo que estuvo oculto durante demasiado tiempo.</p><p style="text-align: justify;">María. Tan solo un nombre rematadamente común en unos años de demasiada escasez y reputación sobrevalorada. Aquello era lo único que conocía de la mujer que me parió; eso y el dibujo único de la huella de su dedo índice. Es por ese sencillo detalle que sé que ella dio el paso, que ella me dejó ir de su lado. Ignoro el motivo, si se vio obligada o aliviada. Sin embargo, no acabé en el hogar de una rica yerma o en casa de un filántropo eunuco. Todo habría sido diferente, en cualquier caso. En su lugar, mis tiernos huesos fueron a parar a un sórdido trastero de niños abandonados.</p><p style="text-align: justify;">Gritos, golpes, llanto, castigos: el pan nuestro de cada día, decían las monjas que velaban por nuestras almas negras. Odio, miedo, desconfianza, violencia: el vino nuestro de cada noche, apostillábamos entre risas durante nuestras conspiraciones nocturnas.</p><p style="text-align: justify;"> Guardo un grato recuerdo de mis compañeras de cautiverio. La desgracia une para siempre lo que la fortuna repudia puntualmente. He perdido el rastro de sus almas perdidas sumida como estaba en la búsqueda de mi origen maldito. Pero el esfuerzo siempre halla recompensa. Lo aprendí con la mejilla aplastada entre la suela de un zapato y un par de baldosas untadas de orines y lejía. Qué estrecha es la línea que separa el bien del mal. Qué profundidades es capaz de alcanzar un olor. </p><p style="text-align: justify;">Mi primera noche fuera de la institución me refugié en una pensión. Olía a orina rancia, pero sabe Dios por qué motivo la sentí un hogar en aquel rincón de ninguna parte. Nada positivo me aportaron aquellos grajos vestidos de blanco que dejaba atrás, salvo una pista. Años atrás, una de ellas había utilizado mi origen reprobable como arma en mi contra. La muy lerda no imaginaba que con eso me estaba dando ese mínimo imprescindible que me permitió aferrarme a un rastro que seguir, a una razón para sobrevivir.</p><p style="text-align: justify;"> Y es que no pocas veces me planteé acabar con mi vida. No le concedo a la vida más valor que el mero utilitarismo sensual que aquellas mujeres, reprimidas de puertas para afuera, desfogaban cuando ni su mismísimo Dios las veía. </p><p style="text-align: justify;">Tardé ocho largos meses en localizar a quien patrocinó mi ingreso en la institución. Se trataba del señor de Tres Magnolias, la casa donde mi madre adolescente trabajó de cocinera. Mi primer impulso fue pensar que él era mi padre pero no tardé en desechar aquella idea. El viejo me atendió en zapatillas y no dudó en revelarme la identidad del hombre que me engendró e hizo caer en desgracia a mi madre. Se trataba de un sobrino carnal algo perdido, con demasiado tiempo libre y pocas obligaciones. Aquel joven libidinoso y sin luces dejó preñadas a un par de sirvientas antes de que lo despacharan contra su voluntad a las Baleares. Allí, un pariente lejano con demasiado que agradecer y callar lo tuvo apartado durante cinco años hasta que se lo encasquetó a la hija de un influyente empresario mallorquín. </p><p style="text-align: justify;">Íñigo de Zárate, pues así se llamaba mi padre, no había regresado del trabajo cuando accedí al espléndido jardín que conducía, entre palmeras, a la puerta principal. La propiedad era inmensa. Lo esperé en un pequeño cenador fresco a aquellas horas de la tarde. Sus tres hijos jugaban en una enorme piscina al sol y su esposa leía Mi nombre en tus labios, de María Teresa Sesé, sin perder de vista a los chicos. Mi padre me atendió nada más llegar a la biblioteca. Parecía muy sorprendido de verme pero no puso impedimentos en contármelo todo. Me estrechó entre sus brazos con lágrimas en los ojos y durante, al menos, un instante sentí que su alegría por conocerme era sincera. Su narración de los hechos estuvo salpicada de mil y una disculpas. Que si era muy joven, que si era un estúpido. Yo sólo quería conocer el paradero de mi madre, su nombre completo, lo que fuera que me permitiera encontrarla tras tantos años de separación. Él había roto con todo cuando fue enviado a las islas, cambió, e ignoraba los apellidos de la joven María a la que, según él, tanto me parecía. Un prestigioso abogado había sido el encargado de deshacer aquel entuerto por lo que salí de aquella casa con el nombre del letrado y una dirección en Madrid. Dejé atrás las risas de mis tres medio hermanos y el llanto ahogado y pueril de mi padre biológico. </p><p style="text-align: justify;">Fue fácil dar con uno de los bufetes de abogados más importantes de la capital. Más difícil fue localizar al emérito fundador pues apenas pasaba por allí un par de veces por semana para resolver algún que otro compromiso con clientes de toda la vida. No se sobresaltó demasiado cuando me presenté en su despacho. Se trataba de un letrado acostumbrado a solucionar con diligencia cualquier revés que se le presentase. Recordaba el caso. Algo muy triste, matizó, pero demasiado habitual en las familias de la alta sociedad de la época. Accedió a unos ficheros algo apartados y extrajo el expediente. Guardaba registro de todo lo que hacía pues nunca se sabía cuándo una información podía ser cosa de vida o muerte. Resolvimos la cuestión en un par de minutos y le agradecí su profesionalidad hasta el último momento. </p><p style="text-align: justify;">Había seguido su rastro, las huellas que sus verdugos fueron dejando en el camino como miguitas de pan, y supe dar con ella. Demasiados años. Había deseado tanto aquel momento que, por primera vez en toda aquella persecución, tuve miedo. Tuve miedo de no hallarla finalmente, de darme cuenta de que aquellas huellas sólo conducían a una verdad que, quizás, no era la que yo soñaba. Aunque, acaso había soñado con aquel momento; acaso alguna vez, por un instante, me recreé en las sábanas del deleite de aquella hipotética escena. Nunca. Jamás. Mis miras fueron siempre a corto plazo: salir de la institución, obtener un nombre, una dirección. Sólo faltaba dar con mi madre, encontrar a María. No sabía lo que sucedería entonces, si mi vida cobraría sentido, si hallaría el descanso que se me había negado desde siempre o si la verdad volvería a aplastar mi cabeza contra el suelo de la realidad. </p><p style="text-align: justify;">Tres semanas después me hallaba a las puertas de un barrio marginal. María vivía en los arrabales del suburbio. En aquellos años el caballo era peor que la mafia en el Chicago de Al Capone: te daban el arma y robabas para poder chutarte y matarte tú misma. Lo sentí al acercarme a la puerta. Pisaba jeringuillas y las miradas vacías de todo aquel con quien me cruzaba me escaneaban sin verme. A lo lejos, un par de sirenas y un sin fin de perros ladrando laceraban el silencio del atardecer en Palomeras. No había luz. Olía a orina rancia y vino de cartón. Un tipo salió de una habitación y pasó por mi lado susurrando una acertada blasfemia acorde con aquel infierno suburbano.</p><p style="text-align: justify;"> Al entrar la vi. La llamé por su nombre completo y apenas me miró. Estaba perdida, sumida en una tiniebla dulce y asténica. Su tez no tenía brillo, apenas era piel y huesos. Los pechos que quizás un día llegaron a amamantarme no eran más que un leve pliegue del pasado. El tiempo había dejado su huella en ella, la había aplastado y consumido como sólo puede hacerlo la verdad. En ese instante lo supe: había llegado tarde, siempre había sido tarde. Hay caminos que por más que los recorras jamás conducen a Roma solía decir en voz muy alta el cura en la misa del domingo. Mucho más sigiloso era por las noches cuando entraba a hurtadillas por la puerta de servicio.</p><p style="text-align: justify;"> Salí temblando de aquella casucha de chapa y cartón. No obtuve respuestas que apaciguaran la angustia que habitaba en mí. Ignoro aún hoy qué fue de ella cuando abandonó la casa donde servía, si la herida de entregarme fue la que la hizo arrastrarse hasta los infiernos donde la hallé, si tras aquellos ojos sin vida algo de ella se removió al verme. Lo único que sé es que cuando le tomé la mano balbuceó algo y un minuto después había dejado de respirar. Huérfana, esta vez de verdad, regresé al centro de Madrid con la certeza de que el sentido de la vida no era dejar huella pues a mi madre aquellas huellas la habían destruido. La vida era sólo un camino. Si los demás siguen tus huellas, o no, importa poco.</p><p style="text-align: justify;"> Han pasado muchos años de aquello y el espejo me devuelve la imagen de mi madre cuando la encontré. Creo que ha llegado el momento de romper mi silencio, de abrir esa cápsula que cerré gracias a mi habilidad para ocultar huellas y contar la verdad. Y es que nadie descubrió cómo logré escapar del manicomio donde me encerraron a los quince años, cómo hallé el patrón de vigilancia, dónde escondí las llaves de mi celda durante semanas, cuántas horas pasé agazapada entre los muros del comedor, cómo aproveché un despiste de un tipo que vino a reparar una luminaria para degollarlo y arrojarlo al pozo después de robarle la ropa. Nadie se fijó en mí porque de día las monjas se las daban de castas y no miraban a los hombres a la cara. La libertad me dio alas y los pocos duros que el pobre electricista llevaba encima me permitieron pagar la mísera pensión donde pasé mi primera noche. Ya nada podía frenarme. Localicé al viejo prostituyéndome. Es curioso cómo a los hombres se les afloja la lengua conforme les aflojas la bragueta. Fueron ocho meses repugnantes que me pusieron al día sobre la realidad de afuera.</p><p style="text-align: justify;"> Cuando di con el viejo a quien creía mi padre sentí algo parecido a esa paz que recordaba tras las palizas de las monjas. Lo sorprendí en zapatillas a punto de acostarse. Con un cuchillo en el gaznate no tardó en confesar las veleidades de mi verdadero padre, su nombre y circunstancias de su exilio balear. Lamenté no haberle preguntado más detalles que me hubiesen facilitado la búsqueda. En cualquier caso, limpié cada huella que pudiera delatar mi presencia en aquel caserón y me marché. </p><p style="text-align: justify;">No fue difícil colarme en casa de mi padre. Esperar agazapada cuatro horas resistiendo las ganas de observar a mis medio hermanos fue mucho peor. Las risas, los juegos que yo no reí ni jugué eran el pan nuestro de cada día para ellos. Un vestigio de bondad me impidió a acabar con aquel déjà vu de la que pudo ser mi vida. Como supuse, mi padre entró en la biblioteca nada más llegar para dejar su maletín y, a la postre, su vida. Sus disculpas sonaron sinceras. Por un momento me vi junto a mis hermanos disfrutando la infancia que me fue negada; riendo y jugando al borde de la piscina mientras papá leía el periódico y mi madrastra, la más buena y cariñosa de las madrastras que jamás existiera, me asumía como una hija más. Pero los golpes de las monjas volvieron a azotarme una y otra vez al ritmo que yo arremetía contra el vientre del señor de aquella casa que ya no volvería a ser la misma cuando alguien, quizás su esposa, entrara en la biblioteca y encontrara sus vísceras esparcidas sobre la alfombra de bambú. Salí de allí con el nombre del letrado y la duda de si aquel hombre herido de muerte que lloriqueaba mi perdón se arrepentía sinceramente de las consecuencias de sus irreversibles errores de juventud. De cualquier modo, era demasiado tarde.</p><p style="text-align: justify;"> Lo del abogado fue un mero trámite. Leí en sus ojos aquella resignación indiferente que todas las compañeras de cautiverio arrastrábamos cuando éramos conducidas a la habitación azul. Él sabía lo que le esperaba. Me entregó lo que le requería y murió sabedor de que yo no tenía nada en su contra. Como él bien sabía, en todo trabajo bien hecho hay que deshacerse de todo lo que pueda incriminarte. Él era un daño colateral y procuré que fuera algo rápido.</p><p style="text-align: justify;"> Me queda poco tiempo. He comprendido muchas cosas y anhelo eso que las monjas llamaban justicia divina. Esta confesión que acabo de hacer pone negro sobre blanco la verdad de todo lo que ocurrió. Pasé media vida siguiendo unas huellas y la otra media borrando su rastro. Regresé a los lugares donde maté, al lugar del crimen. No fui original ni en eso. Tuve que enfrentarme a la certeza de que mis actos tuvieron consecuencias. Dejaron huella en mis medio hermanos (quienes encontraron el cuerpo desangrado de su padre), en su madre (adicta desde entonces a los antidepresivos), en la familia del electricista desaparecido, en el mayordomo de Tres Magnolias que fue acusado de matar al viejo y condenado a veinte años. </p><p style="text-align: justify;">Por eso he invitado a mi vecino, que es policía, a pasar. Pensé que confesarle todo me redimiría; pero la niña sin madre que siempre fui sigue buscando una razón para vivir. Ella empuña de nuevo un arma y rebana, entre el espanto y la sorpresa, la voz de este buen hombre. Ahora me tocará a mí borrar sus huellas, ocultar el cadáver. Me faltan las fuerzas. La niña que fui me sonríe perversa y asumo, una vez más, que la huella que dejas suele ser un calco imperfecto de las huellas que el tiempo dejó en ti.</p><p><br /></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Alejandro Ruiz Núñez (Vélez Málaga)</span></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;">Relato ganador.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUO7lxxCRNL08siC59iXt0Ua6OnsnG6hzgnjYkgpIAs9Jh7kAVNM_3vn-dV9fao84Iug9Yt0z0dlOvLmy9l3Wi6u5QvkB9QkJZeVSofjHQjGb1vxJUOvnMbyR7a2Z273MyC9b3mhrcriP_4UlAbm6DgWAtirefS5-DzUM-TRSMvNpATO_mXz15e1Av/s2048/IMG-20221205-WA0005.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1464" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUO7lxxCRNL08siC59iXt0Ua6OnsnG6hzgnjYkgpIAs9Jh7kAVNM_3vn-dV9fao84Iug9Yt0z0dlOvLmy9l3Wi6u5QvkB9QkJZeVSofjHQjGb1vxJUOvnMbyR7a2Z273MyC9b3mhrcriP_4UlAbm6DgWAtirefS5-DzUM-TRSMvNpATO_mXz15e1Av/s320/IMG-20221205-WA0005.jpg" width="229" /></a></div><br /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br /></span><p></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br /></span></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br /></span></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br /></span></p><p><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px;"><br /></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">El <i>khoji </i>y el cazador<o:p></o:p></span></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Todo empieza en un funeral.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan Kumar y su esposa Asha ofrenden rezos al dios Shiva.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Ambos tienen los cuerpos laxos, el juicio embotado y los ojos ajados y secos tras dos largos días de interminables lloros, de desvelos nocturnos, de gritar al viento del desierto: ¿Por qué? ¿Por qué nos has arrebatado a nuestra hija? Abren las manos y las elevan al cielo naranja que en ese momento de la tarde ya amarillea en las llanuras del Rajasthan, al mismo tiempo que tambalean sus pies, y todo su cuerpo, hacia delante y atrás en un ritual ancestral transmitido de generación en generación. Es como si ambos estuviesen sincronizados tras el ensayo de una pieza teatral dramática, pero no es un teatro, ni un sainete, ni una farsa puesta en escena burdamente, es el sepelio de su amada Veena, la despedida del mundo terrenal de su única hija.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Mientras rezan Shaitan divisa a la comitiva que los acecha en la entrada del oasis. No se sorprende de su presencia e interiormente les agradece su paciencia y que hayan tenido la deferencia de no interrumpir el funeral de su hija. Solo por ese motivo está decidido a escucharlos y aceptar su propuesta. Hace un día que los espera, desde que oyó en Jodhpur, la ciudad azul de la India, que se buscaba a tres jóvenes indios que habían desaparecido una noche en el desierto del Thar, aguardaba la visita. Era solo cuestión de tiempo y ese momento había llegado. El grupo está formado por cuatro policías de uniforme, dos jóvenes <i>khojis,</i> un inspector con el rostro picado de viruela y un alto funcionario de grueso mostacho y turbante verde anudado en la cabellera. Al acercarse los agentes de policía saludan uniendo las palmas de sus manos y pronunciando un educado <i>namasté, </i>el inspector y el funcionario se inclinan hacia delante en una respetuosa reverencia y los dos jóvenes <i>khojis </i>se arrodillan y tocan los pies de Shaitan, como si fuese un pariente mayor de la familia al que rendir honores y respeto. El funcionario, con solo una mirada, conmina a un oficial de la policía a hablar. Este último carraspea e inmediatamente comienza a decir:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">— ¡Viva la India! Shaitan Kumar, os ofrecemos nuestras disculpas por interrumpir el funeral de vuestra hija —Shaitan asiente con un ligero movimiento de cabeza en señal de agradecimiento—, el estado de la India —continúa diciendo— te solicita…, te ruega que abandones tu retiro y te incorpores al servicio activo para colaborar en la búsqueda de los ciudadanos Narayan Sarin, Navil Anand y Erigassi Dronavelli, desaparecidos durante las fiestas del <i>Teej</i> en la madrugada del día veinte de agosto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan estudia el rostro del policía local y al funcionario colocado detrás y sabe de inmediato que aunque no se le ha ordenado, no puede negarse, sería una descortesía, un menosprecio y una falta absoluta de respeto a los cuerpos de seguridad con lo que trabajó y colaboró, hombro con hombro, durante toda su vida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">—Te necesitamos—musitó el oficial al observar cierta vacilación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan no lo duda más, inclina la cabeza hacia su mujer a modo de despedida, se descalza y emprende el camino junto al resto de los presentes. Ve a uno de los jóvenes<i> khojis</i> dialogar con un policía e intuye que están hablando de él. Él no los conoce, son demasiado jóvenes, pero sabe que para ellos dos y para todos los <i>khojis </i>del Rajasthan, Shaitan es una deidad. Todos veneran su nombre, todos relatan sus legendarias hazañas y sus conocimientos. Los</span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span><i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">khojis</span></i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> son rastreadores de la Fuerza de Seguridad de Fronteras de India, que vigilan la línea limítrofe con Pakistán en busca de traficantes de drogas, contrabandistas e inmigrantes ilegales. Los <i>khojis </i>son capaces de diferenciar huellas de camellos, vacas, cabras u ovejas. Aprenden el oficio cuando son solo niños que persiguen a los animales que se alejan de sus hogares a través del vasto desierto. No son un gremio, ni una comunidad, ni se rigen por supersticiones o castas, los <i>khojis </i> solo veneran a sus predecesores, a sus maestros, y entre todos ellos, despunta el más extraordinario rastreador que ha existido en la India, el viejo Shaitan Kumar. Una leyenda viva.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Lo conducen a la Fortaleza de la exótica ciudad de Jaisalmer, a las faldas del desierto del Thar y en la puerta de entrada proporcionan a Shaitan la escasa información que se había recopilado hasta ese momento. Allí se perdió el rastro de Narayán, Nival y Erigassi, los tres estudiantes desaparecidos. Un testigo declaró que los vio entrar en la Fortaleza Dorada, iban abrazados, cantando en rayastani y bebiendo a gollete de botellas <i>Old Monk. </i>Nadie los vio salir. La policía local durante dos días escrutó las calles y murallas, inspeccionó el Palacio Real y el templo Laxminath e invadió los admirados Havelis sin éxito alguno. Es como si se hubiesen desintegrado en polvo amarillo, evaporados y conducidos por los vientos del desierto a una de las miles de dunas que dibujan el paisaje del Rajasthan. Le proporcionan detalles de su constitución física, altura, peso, características singulares; precisan sus ropajes, sus vestimentas y adornos; y señalan especialmente el calzado, uno de ellos llevaba unas <i>chappal </i>y los otros dos, vestían con<i> juttis.</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan se coloca en un extremo de la plaza principal, frente a la puerta de la Fortaleza, la comitiva permanece a su espalda. La zona ha sido evacuada y la quietud se adueña de un espacio que habitualmente bulle de personas. El suelo arenoso del ágora, vacío de ocupantes y transeúntes, a salvo de ajetreo, es ahora un océano aleatorio de huellas. El funcionario ladea la cabeza y arruga la nariz. «Esto es una pérdida de tiempo. Es imposible», le dice al inspector en voz baja. Los policías expectantes guardan silencio, mientras los dos jóvenes <i>khojis </i>contemplan embelesados cualquier movimiento del Maestro, el rastreador más legendario.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan recorre lentamente con la mirada la plaza. Su mente se activa y empieza el análisis de cada una de las pisadas que atiborran el foro, deben existir miles, pero el cerebro del <i>khoji </i>funciona vertiginoso, es como una computadora moderna que superpone patrones y dibujos y descarta lo irrelevante, lo que no cuadra. En quince minutos Shaitan ya ha contextualizado la escena y suprimido todas las huellas de animales, predominan las de los camellos de carga y las vacas sagradas. Las pisadas de los animales, están ahí, impresas en la arena, pero en la mente de Shaitan ya han desaparecido y la imagen del suelo es ahora algo más clara. Desecha seguidamente las huellas de niños y mujeres, todos los pies pequeños y los más estrechos. La representación del escenario se torna más limpia, las huellas más ralas, pero aun así la superficie es un mar atestado de pisadas. Separa el calzado que consigue identificar, y elimina los zuecos, los zapatos planos, las <i>padukas, </i>las sandalias. Se aproxima a la esencia, Shaitan entonces hunde sus pies en la arena. Necesita calibrar la densidad, la profundidad de la huella. Los tres jóvenes iban bebidos por lo que su caminar podría ser algo errático, inestable, por lo que le permite desestimar todos los pasos firmes y profundos. Y entonces las encontró, mezcladas con otras marcas y signos, y quizá fue el instinto de un viejo rastreador o simplemente un golpe de azar, pero no tuvo dudas. Junto a un banco de piedra limosa, percibió unas huellas errantes de<i> jutti</i>, el característico calzado indio identificado por su punta estrecha y plana, de suela única y recta que no distingue entre el pie izquierdo y derecho, al lado de unas <i>chappal </i>corrientes. Supo que eran de ellos, lo demás fue fácil para el gran <i>khoji, </i>en su mente se dibujó la escena de la desaparición, todo el recorrido de las huellas, sus movimientos, sus acciones, sus pasos, su….<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">—¿Qué pasa? —le inquirió un joven policia—, ¿Por qué te paras maestro?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">—Se fueron corriendo. Les perseguían.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">—Explícanos —requirió el inspector pustuloso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan les invitó a agacharse. Borró cuidadosamente con la mano la arena hasta dejar solo visible una huella. Era la pisada de una sandalia. Hundida en la punta y superficial en el tacón. En medio de la planta tenía una muesca, una raja en forma de H, como si fuese el tatuaje del calzado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">—Es la huella de un cazador. Estoy seguro. Perseguía a los tres jóvenes —sentenció el <i>khoji.<o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> La revelación arrojó inquietud en el grupo. Los presagios de un posible secuestro, de un escenario criminal, se habían materializado. No fue una sorpresa, se habían barajado posibles enemigos, comportamientos oscurantistas hacia los jóvenes pero nada definitivo se había hallado, no obstante siempre fue la teoría más razonable. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">La persecución se inició rápidamente. Al grupo se unieron nuevos destacamentos policiales y nueve rastreadores y en poco más de doce horas se cerró el caso. Una vez que se conocían las huellas, el rastro a seguir, la búsqueda se simplificó en lo esencial y los avances eran como olas del mar, sucesivas y continuas. Once <i>Khojis</i> a las órdenes del gran Shaitan Kumar permitió en apenas medio día localizar la cueva donde estaban los cuerpos de los tres jóvenes. Los encontraron hacinados, devorados en parte por las alimañas y con las manos desmembradas y desaparecidas. En la cueva se perdió el rastro del cazador, en la entrada de la oquedad descubrieron cuatro tipos de huellas: unas de <i>chappal, </i>dos <i>juttis </i>y unas sandalias con la marca de una H. Todas entraban, ninguna salían.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Al día siguiente la noticia del diario local de Jodphur informaba del hallazgo y del nefasto desenlace, al mismo tiempo que se elogiaba las aptitudes de un cuerpo sin igual en el mundo, los <i>khojis, </i>los rastreadores<i>.<o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Todo acaba en un funeral.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Frente a Shaitan y Asha hay una pira cimentada en simétricos troncos de <i>Neem, </i>Colocados uno a uno, con esmero, con sentido geométrico y simbólico. Sobre ella yace el joven cuerpo de Veena. Los ojos cerrados y el cabello oscuro peinado y recogido en una larga trenza que cae por encima del hombro acariciándolo. Su expresión facial es dulce como si estuviese dormida en un sueño reparador. Lleva puesto el sari blanco y rojo con el que su madre la presentó en sociedad, distintos abalorios de plata en cuello y muñeca y unas sandalias de piel de búfalo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan Kumar coge una tea del suelo y tras prender el paño que envuelve el extremo lo arrima a la pira. La yesca intercalada entre los troncos chisporrotea y arde rápidamente extendiéndose por toda la pira en pocos segundos. Una gran columna de fuego y humo envuelve a Veena, y colorea de color ceniza el cielo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Abren las manos, las elevan al cielo y entonan un himno de alabanza a Shiva. Al terminar, se abrazan, se permiten esbozar la insinuación de una sonrisa. Ahora sus cuerpos y mentes sienten bienestar, paz interior. El camino del mundo terrenal al espiritual no siempre es fácil, pero están seguros de haberlo conseguido, el alma de Veena está a salvo y preparada para la resurrección. El <i>Khoji, </i>entonces,<i> </i>evoca los últimos momentos de su hija y es incapaz de reprimir las lágrimas. El cabello sucio y colmado de tierra, el rostro magullado, los antebrazos lacerados y con marcas de dedos, los muslos repletos de equimosis, la vagina rota, el cuerpo destrozado. Nada pudo hacer por ella, solo oír su último estertor y, entrecortadamente, tres nombres.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif";">Shaitan se mira los pies, aún está descalzo. Al pie de la pira siguen sus sandalias, las mismas que se quitó cuando llegó la comitiva. Las coge y las contempla por última vez antes de que sean consumidas por el fuego. Tienen las suelas rajadas, y una muesca con una raja extraña, en forma de H.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;">Antonio Martín Acosta (Nerja).</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;">1er. accésit</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2WZV_paz9d6T7X5wwQ0mDdPCK5q69nTLNBSm-zmvyWru6yEhip69WMdnfjBBssoyGufU0v6jeqoSuDG9MdSL_2d8mNwPa5TlBNdwsCtsSZJUNWSIaSRToL-2JsVaCHSlljMq-c_JSgw_IvAoVRN-ke-NxhjhttZDL0EIlJIS7TTEvYMxFtso2TXxL/s2048/IMG-20221205-WA0004.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2WZV_paz9d6T7X5wwQ0mDdPCK5q69nTLNBSm-zmvyWru6yEhip69WMdnfjBBssoyGufU0v6jeqoSuDG9MdSL_2d8mNwPa5TlBNdwsCtsSZJUNWSIaSRToL-2JsVaCHSlljMq-c_JSgw_IvAoVRN-ke-NxhjhttZDL0EIlJIS7TTEvYMxFtso2TXxL/s320/IMG-20221205-WA0004.jpg" width="316" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><br /><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div>MÁS ALLÁ DE LA TORMENTA <p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">8 de diciembre, 4:54 a.m. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">Los ruidos han comenzado siete minutos antes de lo habitual. Aun así es difícil determinar una hora exacta porque el sueño me gana la partida en algún momento impreciso de la noche. Al crujido de la madera se ha unido un siseo intermitente que cobra fuerza para ahogarse a los tres segundos y volver a empezar. Creo que proviene del techo abovedado del comedor o es ahí donde se percibe mejor por la resonancia de la habitación. La noche convierte la casa en una incógnita. Prefiero no salir de mi dormitorio y me entierro bajo las mantas. Pero los ruidos atraviesan cualquier tejido y se te cuelan en los oídos. Las contraventanas de madera repelen el temporal, por eso sé que los ruidos no provienen del exterior, son más cercanos, de este lado de la puerta de entrada. Siento que la noche engulle la casa.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> Flora me dijo que tardaría en acostumbrarme a la sierra pero creo que algo no va bien. Es como si la casa tuviera su propio latido, como si tratara de revelarse. Recuerdo la primera noche. Flora me seguía e insistía en que volviera a la cama mientras yo encendía todas las luces. Eres una “ratilla de ciudad” me decía cariñosamente, quitándole gravedad al asunto. Pero el ruido que ella atribuía a las cañerías roñosas tenía algo de, no sé cómo definirlo...orgánico. Ahora no me cabe duda, la casa intenta comunicarse conmigo.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> 9 de diciembre, 4:32 a.m. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">Provenía del sótano. Ha sido un ruido más fuerte de lo habitual, un golpe seco, casi un estruendo. Ahora el silencio es total. Es tan abrumador que siento que me falta el aire. Si Flora estuviera aquí me tranquilizaría. ¿Por qué tarda tanto? Seguro que el temporal la ha obligado a pernoctar en el pueblo. Estará preocupada por mi. Insistió tanto en que viniera: “el aire de la sierra te sentará bien”, decía. Pero ella anda siempre muy ocupada, va y viene desde que la conozco y el temporal la habrá pillado por sorpresa. Algunos de los árboles que flanquean la carretera habrán cedido ante las ráfagas de viento y la habrán hecho intransitable. Un cerco de naturaleza me separa kilómetros del vecino mas próximo y sólo desde la colina hay cobertura. Pero claro, es prefrerible no salir hasta que amaine la tormenta. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">Desde que asomaron las primeras nubes tengo la sensación de que no existe el día. Las horas de mayor claridad no son mas que una antesala de la noche pero aun así me tranquiliza ver los árboles a través de la ventana, doblegados por el viento. A medida que la noche se hace mas densa y cierro las contraventanas, los sonidos del exterior se van consumiendo en un susurro. Después la casa enmudece hasta que decide despertarme a lo largo de la noche. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">Ahora sigo inmerso en silencio. Ese ruido tan intenso me ha entumecido los músculos. Era un golpe brusco, tal vez una llamada, una invitación a que abandone mi cuarto. Me agazapo bajo la coraza de mis sábanas. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">9 de diciembre, 16:34 p.m.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> La escasa claridad del día se filtra por la ranura de las contraventanas. No sé en qué momento me dormí. Me ducho. Mientras dejo que el vapor que desprende mi café me envuelva, pienso en lo acogedora que resulta la casa durante el día. Parece que la lluvia ha perdido fuerza y tengo la sensación de que Flora no tardará en llegar. En la cocina abro cajones, reviso las provisiones y calculo cuántos días puedo afrontar el aislamiento. No tengo de qué preocuparme, Flora es previsora y ha dejado víveres de sobra. Mezcladas con las cajas de infusiones encuentro otras más pequeñas que me resultan extrañamente familiares. Ya recuerdo, son mis pastillas, las que debo tomar. En la residencia no tenía que estar en estas cosas porque Flora me las daba regularmente. No recuerdo la última vez que tomé una. Aparto las pastillas para agarrar la botella de vino que asoma al fondo del despensero. Beber me parece la mejor opción.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> Me despierto todavía embriagado y tengo la sensación de que me encuentro en campo abierto. Han debido transcurrir cuatro o cinco horas desde que me bebí la botella y caí vencido sobre el sofá. La oscuridad sería total si no fuera por la luz que desprende la luna, el primer claro en el cielo desde que llegamos. Mis piernas flaquean pero necesito atrincherarme en mi dormitorio y sentirme cobijado dentro de sus cuatro paredes. Tengo miedo a ser engullido por las entrañas de la casa. Al levantarme, la botella cae vacía y estalla en pedazos. Las contraventanas bailan al son del viento envolviéndome en una oscuridad intermitente. Salgo a cerrarlas. El frío mordisquea mis dedos y lucho contra el viento. Casi está hecho, sólo me falta una mitad por cerrar. Algo me hace parar. Un elemento que no corresponde al paisaje me hace girar la cabeza. Son huellas, no cabe duda alguna, pisadas en la tierra convertida en barro. Se pierden por el camino que lleva a la colina, adentrándose entre los árboles. Un escalofrío me hiela por dentro y corro hasta llegar a mi cuarto.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> 10 de diciembre, en algún momento de la noche.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> Me despierto sentado tras la puerta de mi habitación. El dolor perfora mis riñones. Todavía siento los nervios bullendo en mi estómago y oigo la contraventana que no cerré golpeando indiscriminadamente pared y cristal. Hay alguien dentro de la casa. Oigo golpes suaves y cadenciosos, pasos sigilosos que hacen crujir la tarima. El miedo me paraliza. Debo bloquear la entrada de mi dormitorio. Empujo la cama con todas mis fuerzas pero es inútil, pesa demasiado. Lo intento con la cómoda. Jadeo. Mi pecho se infla y desinfla contra los cajones del mueble. Contengo la respiración y escucho. Una especie de alarido traspasa la puerta. Cojo aire y lo vuelvo a contener. Es un balbuceo, parece... ¡la voz de Flora!</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> Abro lentamente. El pasillo se ilumina con la luz tenue de la Luna pero todo se oscurece con un nuevo golpe de las contraventanas. Espero de nuevo a la luz y me maldigo por haber olvidado la linterna en el salón. Desde que empezó la tormenta no hay electricidad. El pasillo vuelve a iluminarse y veo huellas marcadas con un rojo cenizo, que identifico como sangre. Tiemblo. Tal vez son mis huellas, tal vez pisé descalzo el vidrio cortante de la botella. Sigo respirando entrecortadamente, echo a andar, calibrando cada paso, deseando volverme invisible. En el salón descubro una silueta a contraluz. Alcanzo la linterna. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">“¡Flora!” grito. De rodillas, me mira asustada. ¿Por qué blande ese cuchillo? No reconozco su cara de terror. “Flora, soy yo, tranquila”, le digo, pero ella se estremece y suelta un alarido. Intento tranquilizarla pero lo único que funciona es mantenerme alejado. “Soy yo”, le repito, y responde agitando el cuchillo torpemente en el aire. Recula sin dejar de vigilarme, arrastrándose, hasta que la pared la frena. “¡He llamado a la policía!”, grita, y me lanza el cuchillo en lo que parece un ataque desesperado. El objeto aterriza sin fuerza en mis pies. “Volverás a la residencia para no salir jamás”, balbucea entre lágrimas. Sus palabras provocan un dolor agudo en mi estómago. Cojo el cuchillo y lo miro. ¿Qué le he hecho a Flora? ¿Por qué le asusta mi presencia? No puedo volver a la residencia. No lo soportaría. La hoja del cuchillo tiembla en mis manos y decido lanzarlo lejos. Todo se nubla de repente cuando siento un impacto en la nuca. Mi rodilla se clava en el suelo, antes de caer desplomado.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> En la oscuridad. Mis párpados están sellados y lucho por mantener la consciencia. Noto un dolor intenso en la cabeza mientras un hilo de sangre me recorre la espalda. Si no fuera porque tengo las manos atadas a la altura de mis riñones, me caería al suelo. “Dijiste que sería pan comido”, es la voz de Flora, me tranquiliza saber que está bien. “Y tú dijiste que se clavaría el cuchillo, que no resistiría tanta presión”, ¿de quién es esa voz ronca?, ¿por qué hablan del cuchillo? Intento abrir los ojos con todas mis fuerzas. La silueta de Flora se va dibujando sobre un fondo de paredes desconchadas. Hay unas escaleras irregulares de madera que suben hacia una puerta azul. Debo de estar en el sótano. No conozco a ese tipo que hace aspavientos y habla acaloradamente. Toso y ambos se fijan en mi. El silencio repentino augura la tormenta. </p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;">“¿Qué está pasando Flora?”, balbuceo. Ella desvía la mirada y se escabulle hacia un rincón, lejos de la luz contracenital que proyecta la linterna apoyada en el suelo. “¿Que qué pasa?”, responde el hombre, “¡pasa que deberías estar muerto, que tras dos intentos de suicidio deberías haberte clavado ese puto cuchillo cuando te lo pusimos en las manos!” Siento que voy a vomitar. “Tenemos que resolverlo, Flora”, dice mirando a la oscuridad. “Esto es distinto, nunca hablamos de asesinato a sangre fría”, responde ella con voz temblorosa. Los golpes siguen sonando en la planta de arriba. La tormenta aulla de nuevo con fuerza. “Ya no hay vuelta atrás. Piensa en todo ese esfuerzo para ganarte su confianza. Las horas extras en la residencia hasta convencerlo de que firmase los papeles y poder traerlo hasta aquí”. No consigo enhebrar la trama de acontecimientos. Intento levantarme y descubro que estoy atado a la silla por la cintura. La tensión aumenta cuando el hombre coge una pala que adorna la pared. “Ya no hay vuelta atrás” repite una y otra vez mirando el rostro de Flora, difuminada en la sombra. Un cristal se rompe arriba y Flora suelta un gemido de congoja que apaga entre sollozos. Es mi oportunidad. Me impulso con las dos piernas y consigo levantarme con la silla atada a mi cintura. El tipo de la pala intenta volverse pero ya he caído encima de él. La linterna baila en el suelo y envuelve el sótano en un baile de sombras hasta que se estrella contra la pared. En la oscuridad, me revuelvo incontroladamente hasta que me libero de la silla, desencajando las patas o tal vez son mis brazos. Movimientos bruscos acompañados de jadeos rasgan el aire. Me imagino al tipo, ya incorporado, blandiendo la pala, intentando cazarme en la oscuridad. Tiene miedo, los tres lo tenemos. Entonces un golpe retumba con contundencia y le sigue otro más pesado, el de un cuerpo desplomándose en el suelo. “Muere cabrón”, grita el tipo mientras la pala cae una y otra vez sobre el cuerpo abatido. Me compadezco de Flora. Casi por accidente encuentro la escalera y me arrastro hasta llegar a la superficie. En cuanto salgo del sótano giro la llave alojada en la cerradura y oigo un grito de desesperación al otro lado de la puerta. La agonía del cazador que descubre que se ha equivocado de víctima.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> Me tambaleo por el pasillo, oscilando de pared a pared. Antes de salir a la intemperie cojo mi móvil del abrigo que cuelga en la percha. Me entrego a la tormenta, a la negrura del paisaje y me siento cegado por el abismo de la noche. Es difícil ver el camino que lleva a la colina, llegar al punto de conexión con el resto del mundo. Como una paradoja del destino, encuentro las huellas que mis verdugos dibujaron en la tierra, esas que pretendían empujarme a la desesperación pero que ahora me guían hacia la colina. Piso firme sobre las huellas y me alejo de la casa, desandando el camino de mi muerte. Ina.</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;"> Juan Carlos Peña Martínez (Almuñécar).</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;">2º accésit.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBIO288FnFIVsD0yAoRQEA2HnPgyzGDYu_geFaAyuk3H-oOFNck7lF2PIxQBD3GiFN3IaPdMa8r73jWLjHw_0-Rh1yLiiL6Zomp-QQkPxX1e3XtIa1x8Ue12f_HGlXWHbrUsElDJRkrJKaJ-wFHhp_X9SSFuugex5WMimBE9LmL4bD99Z2WsR9OOYF/s2048/IMG-20221205-WA0006.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1675" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBIO288FnFIVsD0yAoRQEA2HnPgyzGDYu_geFaAyuk3H-oOFNck7lF2PIxQBD3GiFN3IaPdMa8r73jWLjHw_0-Rh1yLiiL6Zomp-QQkPxX1e3XtIa1x8Ue12f_HGlXWHbrUsElDJRkrJKaJ-wFHhp_X9SSFuugex5WMimBE9LmL4bD99Z2WsR9OOYF/s320/IMG-20221205-WA0006.jpg" width="262" /></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 32px; text-align: justify;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: "Helvetica Neue", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 16px; text-align: start;"><br /></span></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-30359743507972936932021-11-01T11:36:00.006+01:002021-11-01T11:41:03.223+01:00<p>" Escribir es defender la soledad en la que vivo" María Zambrano</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Estimados amigos y socios:<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La Aventura de escribir os comunica las actividades que tendrán lugar de forma presencial para el mes de noviembre. Las actividades tendrán lugar con las medidas de seguridad vigente distancia de seguridad, ventilación y mascarilla.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal"><b>Miércoles, 3 de noviembre. 19 horas.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b>Escritos a Vuelapluma<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se escribirá a partir de diferentes disparadores literarios con técnicas de escritura creativa. Si te animas a asistir, solo tienes que traer papel, bolígrafo y ganas de compartir tu escritura. La actividad tendrá lugar en el Local de la plaza Balcón de Europa portal 1<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal"><b>Miércoles, 10 de noviembre. 19 horas.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Escritos para leer y compartir:<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se llevará un texto escrito de nuestra autoría sobre la fotografía realizada por Lucía Muñoz. El texto pude ser en prosa o verso.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-CK5gFPWr0O9MDnOx8SpooI13NudE4-btqXkuZoTMO_hv8ptwO96k98eRDSCRY7vvJTOZ6TQo07eZYyHouCxd1F4icwwzj0AlaH-RvjyijUBPFJoK1YU26x2xT0VKOwgWyzGRJ0kJybQ/s2048/IMG-20211101-WA0004.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="2048" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-CK5gFPWr0O9MDnOx8SpooI13NudE4-btqXkuZoTMO_hv8ptwO96k98eRDSCRY7vvJTOZ6TQo07eZYyHouCxd1F4icwwzj0AlaH-RvjyijUBPFJoK1YU26x2xT0VKOwgWyzGRJ0kJybQ/w396-h362/IMG-20211101-WA0004.jpg" width="396" /></a></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El texto no deberá exceder de una página mecanografiada o bien dos hojas manuscritas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Miércoles, 24 de noviembre. 19 horas.</b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Tertulia literaria: Magdalena Sánchez Blesa.</b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se realizara una introducción sobre la autora y su obra, después se recitarán poemas y se charlará sobre la poeta y su obra.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://static.eldiario.es/clip/cc155899-6edc-4c02-a324-07ac9fe0529c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="800" height="258" src="https://static.eldiario.es/clip/cc155899-6edc-4c02-a324-07ac9fe0529c_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg" width="460" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Magdalena Sánchez Blesa</div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La actividad tendrá lugar en el Local de la plaza Balcón de Europa portal 1.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Os esperamos.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> La Aventura de Escribir.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0Pl. Balcón de Europa, 1, 29780 Nerja, Málaga, España36.7443287 -3.875509936.689305590472507 -3.94417445078125 36.799351809527487 -3.80684534921875tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-74496646971108428852021-10-12T23:42:00.002+02:002021-10-12T23:43:39.143+02:00Actividades para el mes de octubre 2021<p><span style="background-color: white; font-family: Lora, serif; font-size: 16px; text-align: justify;"> </span><span style="text-align: justify;">"Pregúntate por qué quieres
escribir, porque eso te va a decir también qué clase de escritor quieres
ser". César Mallorquí</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Estimados amigos y socios:<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">La Aventura de escribir vuelve a
retomar las actividades de forma presencial, dado que los índices de contagio
han disminuido. Las actividades tendrán lugar con las medidas de seguridad
vigente distancia de seguridad, ventilación y mascarilla.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><p class="MsoNormal"><b>Miércoles, 20 de
octubre. 19 horas.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal"><b>Escritos a Vuelapluma<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se escribirá a partir de
diferentes disparadores literarios con técnicas de escritura creativa. Si te
animas a asistir, solo tienes que traer papel, bolígrafo y ganas de compartir
tu escritura. La actividad tendrá lugar en el Local de la plaza Balcón de
Europa portal 1<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p class="MsoNormal"><b>Miércoles, 27 de
octubre. 19 horas.<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b>Escritos para leer y compartir:<o:p></o:p></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Se llevará un texto escrito de nuestra autoría sobre el
tema AÑORANZAS. El texto pude ser en prosa o verso.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El texto no deberá exceder de una
página mecanografiada o bien dos hojas manuscritas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://www.encuentos.com/wp-content/uploads/2016/10/anoranza-poema-jovenes-y-adultos.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="450" data-original-width="600" height="345" src="https://www.encuentos.com/wp-content/uploads/2016/10/anoranza-poema-jovenes-y-adultos.jpg" width="460" /></a></div><div><br /></div>No te olvides de traer tu mascarilla. <div>Os esperamos<br /><p style="text-align: left;"><br /></p></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com029780 Nerja, Málaga, España36.7565204 -3.87246588.4462865638211539 -39.0287158 65.066754236178838 31.2837842tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-54119388159693767742021-07-11T20:51:00.006+02:002021-07-11T21:09:21.983+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO DE JUNIO<p><span style="color: red;"> <span style="text-align: justify;">ESCRIBEN SOBRE LA FOTO : Paquita Díez, Francisco Gómez, José Guerrero y Vicky Fernández</span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgoMH7WP0vrkeX-DCHy8z2vFlGK12Ji4zeGeLj3OWOGbDckAwBw5ZuDjelBDL__bcYGG9dibz83annh0L6LaRduVpA7u8QgAaSa5hHD9uaqAw8NhxTGzsMksv92HRx3PmxpuCWBgipnpo/s1024/foto+de+junio.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="849" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgoMH7WP0vrkeX-DCHy8z2vFlGK12Ji4zeGeLj3OWOGbDckAwBw5ZuDjelBDL__bcYGG9dibz83annh0L6LaRduVpA7u8QgAaSa5hHD9uaqAw8NhxTGzsMksv92HRx3PmxpuCWBgipnpo/s320/foto+de+junio.JPG" /></a></div><span style="color: #2b00fe;"><b><br /></b></span><p></p><p><span style="color: #2b00fe;"><b>PAQUITA DÍEZ</b></span></p><p></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: black;"><span style="mso-tab-count: 1;"> <span style="font-family: times;"> </span></span><span style="font-family: times;">Me llaman Chulin. A mi me da igual como me llamen, sólo sé
que estoy feliz en esta casa de mi amita Fina aunque cuando me asomo a esta
ventana con rejas me siento como si fuera un delincuente en la cárcel, pero me
lo paso muy bien, desde aquí veo pasar a gente y siempre hay alguna pesada que
me saluda y me llama guapo y me intenta acariciar pero yo no me fío y la enseño
los dientes para asustarla y que se vaya y me deje en paz. Otra cosa es cuando
pasa una congénere y me mira, me envalentono y la ladro pero de diferente
manera. Entonces, muevo el rabo con mucho estilo y a veces consigo que intente
subirse a la ventana pero no puede y me quedo un poco triste. Cuando me meto
para dentro, todo son mimos y caricias, lo que me hace sentirme muy a
gusto. </span></span><span style="font-family: times;"><o:p></o:p></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: times;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>De vez en cuando recuerdo como conocí a mi amita. Estaba
cansado, llovía, pero seguí andando por la calle dónde me encontraba
desamparado y al pasar por un portal que tenía la puerta semiabierta me
refugié dentro y allí pasé un buen rato temblando de frío hasta que una mujer
que salió a cerrar la puerta al anochecer, me vio y dio un grito no sé si
de alegría o de susto lo que provocó mi huida de nuevo hacia la calle, la
mujer empezó a llamarme pero yo no me fiaba de los humanos pues no me habían
tratado muy bien en mi deambular por las calles, pero tanto insistía en
llamarme, -espera, espera- oí, y me paré. Me llamaba Chulín. Me
gustó el nombre. Nunca me habían llamado de ninguna manera. Seguía temblando de
frío y esperé que llegase a donde estaba. Al oír su voz me dio una
corazonada y en ese momento me acordé de mi madre que cuando era pequeño me
decía que era muy útil a vece fiarse de las corazonadas y así me
dejé coger. Tranquilo, tranquilo me repetía. Yo, aunque con un poco de
miedo me fié y cuando la vi cómo me miraba me dio seguridad, me pareció buena
persona. Cuando me cogió en sus brazos sentí un calor especial. Dejé de temblar
y se lo agradecí con un lametazo. Ella me achuchó aún más, y me dio un beso.
Una vecina al vernos preguntó ¿Pero Fina, dónde lo has encontrado? Fina la
explicó lo sucedido y así me enteré que mi nueva amita se llamaba Fina. Que nombre
más bonito ¡pensé¡. Cuando entramos en casa me lavó me peinó y me dio de comer
algo alargado que me supo buenísimo. Me colocó en un colchón tan calentito, que
dormí toda la noche como un lirón. Soñé con mi madre, fue un sueño muy
agradable. Cuando me desperté pensé en lo preocupada que estaría por mi.
Hacía ya varios meses que no sabíamos uno de la otra, pues en un descuido
me despisté y la perdí de vista cuando andábamos por el campo buscando
algo de comer. Lo siento por ella, pero se alegraría si supiese que he tenido
suerte de encontrar una amita que me quiere mucho y se llama Fina.</span><span face=""Arial",sans-serif"><o:p></o:p></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif"><span style="color: #04ff00;">***********************************</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #2b00fe;"><b>FRANCISCO GÓMEZ</b></span></p><p style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: -63.0pt; margin-right: -69.8pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm -69.8pt 0cm -63pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif">El perro es </span><span face="Arial, sans-serif"> </span><span style="font-family: times;">El perro es feo de coj..., pero eso no es lo que importa.</span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;"> La dueña de este pobre desgraciado tiene razones para
sentirse la mujer más infeliz del mundo. Aclaremos antes de nada que el nombre
que aparece en la fachada, es decir, CASA FINA, en absoluto tiene que ver con
la dueña de perro. Lo de casa fina, se refiere a que aquí, en esta casa,
siempre ha vivido gente fina. De hecho la decoración interior nada tiene que
envidiar al palacio de Versalles. Volviendo a la dueña del perro, diremos que
nació en Valladolid, vamos, mejor dicho, en la provincia de Valladolid, porque
en realidad aparece registrada como natural de La Mudarra. Su padre era
boticario, y Rosita, que ese es el nombre de la susodicha, estudió Farmacia. Su
vida hasta ese momento, el de su licenciatura, fue gris, plana, cada día igual
de aburrido que el anterior. Sin embargo, justo en el momento de recibir de
manos del Decano el premio Cum Laude al mejor expediente de su promoción, justo
en aquel momento, el mundo se le derrumbó ante sus ojos, el suelo se movía,
tuvo miedo de perder el equilibrio y caer al suelo de la tarima a la que había
subido. Pero a su vez, por primera vez en su vida veía claro, que estaba
equivocada, que lo que ella quería era ser veterinaria; poder cuidar y curar
animales. En su mente aparecía su padre como principal inductor a su error. Al
llegar a casa, lo primero que hizo fue increpar a su padre, el pobre don
Basilio, lanzándole, improperios y todo lo que había recibido de manos del
Decano. Algunos días después, Rosita, hacía las maletas y viajaba a Santander
para incorporarse al destino que le había correspondido: La farmacia Gallardo.
En ella haría las preceptivas prácticas necesarias para aspirar a tener
farmacia propia. Sintiéndose tremendamente desgraciada, por tener que trabajar
en algo diferente a lo que le gustaba, se pasaba el día llorando y anhelando un
cambio de fortuna. <o:p></o:p></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;"> Rosita sólo tuvo tres días de felicidad. Coincidieron con
los que tuvo la oportunidad de encargarse del perro de un cliente, quién ante
la necesidad de realizar un viaje, se lo dejó a su cuidado.<o:p></o:p></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;"> Al tercer día, el perro desapareció. Rosita movilizó a
todas las fuerzas vivas y muertas de Santander, pero nada. La policía fue
contundente. El perro había sido robado. El dueño del perro asumió la
situación, pero Rosita no, y siguió indagando hasta el extremo de aparecer en
sus pesquisas como la dueña del perro. Rosita siguió sintiéndose tremendamente
desgraciada.<o:p></o:p></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;"> Finalmente, sus esfuerzos dieron sus frutos y gracias a
Paquita, la que vive en Nerja, pero que es de León, casi paisanas, pudo saber
que el perro vive en la casa fina, en la casa más fina de Nerja y que a pesar
de lo feo que es, recibe el afecto de todos los habitantes de Nerja, por lo que
es muy feliz.<o:p></o:p></span></p>
<p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;">Rosita también es feliz y
suministra Omeprazol o lo que haga falta, siempre con una sonrisa en los
labios. Está intentando venir a vivir a Nerja, para estar cerca de su perrito,
pero con los precios de los alquileres, tendrá que esperar algo más de tiempo
ahorrando. En tanto, Paquita la sustituye eficientemente.</span><span face=""Arial",sans-serif"><o:p></o:p></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: center;"><span style="color: #04ff00; font-family: times;">**************************</span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: times;"><b>JOSÉ GUERRERO</b></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;">UN POEMA O AL ABRIGO DEL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE</span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Ser o no ser parecía ser la bandera que enarbolaba
Virginia en aquella disputa tan singular, semejante a la Razón de amor del agua
y el vino en tiempos del medievo, a cerca de cuál de los dos era más útil a la Humanidad,
connotando el agua el amor puro, y el vino el sensual. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y las aguas volvían a su cauce cuando aparecía
por entre medias la alegre perrita hipnotizando al personal, cayendo en semejantes
momentos rendidos a sus pies, como arrastrados por un complejo de cánidos.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times; font-size: 12pt;"> </span><span style="font-family: times; font-size: 12pt;">Lo tenía muy claro Virginia, sólo suspiraba
por hincar el diente en la molla, ver plasmados en un folio por dónde
discurrían en noches de aviesos vientos los tejemanejes de la pareja, los pálpitos
o íntimos subterfugios.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Su objetivo consistía en descascarillar el
núcleo duro de Lucio, abriendo en canal el melón de la farsa o frívolas bagatelas
que se guareciesen en su trastienda, al estimar que remedaba al papa de Roma con
apotegmas (cosas agraciadas y donosas como las que recopiló el viejo Catón) o
dogmas, siendo el fondo de la cuestión palpitante.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Dicho y hecho, pensaba. Y bullía todo en una
especie de hermético frasco apostando por llegar hasta las últimas
consecuencias en sus pretensiones, señalando que los hálitos de Lucio se cimentaban
en una aparente solidez, que no mostraban los fidedignos sentires de lo que se
entiende por un abnegado y auténtico poeta que se precie de ello, rubricando en
sus versos los charcos, incógnitas o secretos que se apilan en la mochila de los
días.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Las cosas así de entrada, con tales guiños y
huraño rostro tenía bemoles y unas retorcidas aristas, no sabiendo a ciencia
cierta por dónde meterle mano a los mantos de hojarasca o borrascosa
convivencia que germinaba en ese campo, al no encontrar fehacientes cimientos o
frutos maduros para su discernimiento, ni la hora justa del reloj que llevaba
en la muñeca para sentarse tranquilamente, pedir un café y poner el reloj en
hora.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Eran a veces esperpénticas cuñas o situaciones
que dormían en el ambiente y que a nada conducían por ambas partes, unos días
por ser tarde y otros por demasiado temprano, o tal vez sonaba el teléfono, pero
nadie respondía. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Todo se iba convirtiendo en un barrizal
difícil de cruzar, ya que la mugre de los pensamientos trepaba por el árbol de
sus vidas alimentando el desconcierto, las intrigas o necios desvaríos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Lo que realmente quería Virginia era
desenmarañar de una vez el pastel que tenía delante, saciar las ansiosas inquietudes
que vivían en el limbo, vegetando como la maleza que crece en los terrenos
silvestres y no tiene hartura, desplegando las garras como envenenadas fieras intentando
acapararlo todo, y fulminar al otro con torpes movimientos o inanes argumentos,
no habiendo por dónde cogerlos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Nada frenaba los impulsos que entraban en juego
en la pareja con el sonsonete de tú más o yo no soy responsable de nada, y de
esa guisa los encontrados encuentros terminaban casi siempre como el rosario de
la aurora, aunque se esmerasen en no pocas veladas poner al día y pelillos a la
mar, firmando la paz, pero se difuminaba el arcoíris del buen tiempo, disipándose
las esperanzas tan pronto se abría la puerta a los pensares en turbias tardes
de incoherencia, porque se esforzaban por buscar certidumbre y concordia incluso
en las horas de recio incordio, y brotaban los malentendidos o rencillas a la
vuelta de la esquina apostillando, nunca me traes flores, no tienes ninguna
atención conmigo, sólo disfruto de los geranios y pensamientos del balcón ornados
con el caldo de cultivo de los estados de ánimo y cambios de estación, aunque los
alérgicos berrinches me fustigan con saña no dejándome en paz, -argüía ella-.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y no había forma de que aflorasen los negros
pensares despojándose la pareja de las máscaras al subir por los peldaños de su
horizonte, y de esa manera pudiese Virginia respirar tranquila y feliz, desentrañando
en un plis plas lo más escurridizo de la identidad de la pareja.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Un día sin pensárselo mucho pero con la
alegría en el rostro, fue la pareja harto animosa a mostrarle la obra a Virginia,
aprovechando un claro de lluvia de reproches llevando en las manos ensimismado
y todo eufórico un poema, y con mucho mimo y empatía empezó a leerlo, escuchándolo
ella con los cinco sentidos, incluido el sexto, que andaba perdido por los
rincones, y escuchaba toda radiante y animosa sin nada que ensombreciese su desarrollo,
ningún respingo o estornudo importuno por parte de ella.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Pero según fue transcurriendo el tiempo de la
cadencia y carrera literal de las líneas, lo que era aquiescencia cortesía por
su parte, de buenas a primeras empezó a soplar un viento huracanado arrancando
las flores del jardín del solemne acto, al cerciorarse Virginia de la autoría,
rasgándose ipso facto las vestiduras, como si fuese una estafa o un tiro rozando
su frente, al descubrir en aquel frente poético otro nombre distinto de su
pareja, cayendo como una bomba atómica en sus afanes de ensoñación, que era
nada menos que el insigne Antonio Machado.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y cuál no fue el repudio que exhaló, no lo
pudo evitar, que una pelusa que se movía dislocada por el aire fue a posarse en
su ojo izquierdo causándole de pronto un abundante goteo lacrimal acompañado de
llanto y gritos de espanto, gritando a los cuatro vientos: ¡yo quería el tuyo, yo
quería tu poema!<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y se enzarzó en improperios y la mala
ventura contra la persona del celebérrimo poeta, enrareciéndose de tal modo el
ambiente que evocaba las peleas y zarpazos de las andanzas de don Quijote con una
tormenta de salivazos y dimes y diretes, que el propio Machado no lo habría
creído, y no digamos si se tratase de otros poetas como, Góngora, Quevedo, Lope,
García Lorca, Ladrón de Guevara o el mismo Pepe Hierro con su poema definitivo,
“Después de todo<span style="background: white; color: #333333;">, todo ha sido
nada/,</span><span style="color: #333333;"> <span style="background: white;">a
pesar de que un día lo fue todo” (.), diciéndolo </span></span>como si
estuviese brindando con un vaso de buen vino, como el prístino y célebre Berceo,
por los dioses del Olimpo o poetas del Parnaso. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Pobre Machado si levantase la cabeza, no sabemos
cuál habrían sido sus palabras en tales circunstancias, o qué memeces en las
redes se exhibiesen al hilo de lo vivido o urdido, tal vez sintiesen celos, pena
o tristeza o una especie de acoso de género literario por sentirse ninguneado,
acaso por el parlamento de Juan de Mairena o Campos de Castilla o las tardes
con Leonor por las verdes sendas de Soria: “Soñé que tú me llevabas/ por una
blanca vereda/, (.), Sentí tu mano en la mía/, tu mano de compañera/(…), como
una campana virgen/ del alba de primavera (.). <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y aterrizando en la semántica del poema, ya es
vox populi que es una composición literaria en verso donde el autor se desnuda derramando
emociones, sentimientos, pensares, de ahí los suspiros de Virginia. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y en otro sentido el vocablo poema apunta a algo
cómico, esperpéntico, como, el traje que llevó a la fiesta era todo un poema. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> El poema por la etimología apunta a la
creación, al mundo literario, siendo de tomo y lomo su areola, campando a sus
anchas por campiñas líricas o intrincados lodazales destripando las estrías del
alma, la que maneja el timón de la barca en las idas y venidas por los mares de
la vida, sacando pecho a la luz de la luna a veces, y con la savia subiendo por
las venas más íntimas del ser humano.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Y mientras tanto dormía la perrita a los
pies de sus dueños, sencilla y querida por todos con sus legendarias raíces, asomándose
al mundo a través de los ojos de la ventana con acicalada dulzura y amorosos aires
de fidelidad y lealtad, regalando vida y sembrando empatía a chorros con los
dueños y vecinos del barrio al cruzar sus dominios.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> En la ventana brillaba su excelsa mirada aplacando
los malos humores, y proyectaba escenas bucólicas, como si a pocos metros pastasen
unas blancas ovejitas, y con su fino olfato e instinto extendiese en lontananza
sus mágicos y entrañables prismáticos limando asperezas, allanando escollos o marcando
las pautas a las criaturas en su labor solidaria colaborando con los necesitados,
invidentes o tullidos en cada trance o acontecer del vivir. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> En el poema El perro cojo de Manuel Benítez Carrasco,
la pena y compasión del animal hierven en la tinta del poeta cuando asevera, “El
perro me entiende, sabe/ que maldigo la pedrada/: aquella pedrada dura/ que le
destrocó la pata/ y con el rabo me está/ acariciando la lástima (.). Ahora ya
sé por qué está/ la noche agujereada/, ¿estrellas?, ¿luceros? ¡No!/, es mi
perro que cuando anda/, con la muleta va haciendo/ agujeritos de plata. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Charles Burden, muy dolido por el asesinato
de su perro lo denunció a las autoridades, y fue objeto de burlas por ello. La
defensa del abogado George Graham Vest fue la primera piedra del cambio de
escenario, constituyéndose el corpus jurídico de los derechos de los
animales. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Nunca es tarde para aprender, y más si la
dicha es, a todas luces, buena. </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="color: #04ff00; font-family: times;">********************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="color: #2b00fe; font-family: times;"><b>VICKY FERNÁNDEZ</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> </span><span style="font-family: times;"> Copito,
el perro de mi vecina Fina, es un chiguagua blanco como la nieve, de ahí su
nombre. Tiene bastante malas pulgas y se pasa el día entero en el alféizar de
la ventana enrejada del salón con las orejas tiesas expectante de todo lo que
sucede ante él. Se puede decir que prácticamente vive en ese carcelario
rectángulo enlosado de rojo burdeos. Es raro verlo en la calle, ni para hacer
sus necesidades caninas, ya que sus heces las deposita en el patio interior de la casa. Se
cree el guardián de nuestra calle. Está siempre alerta y no hay vehículo,
transeúnte o animal que pase ante su ventana al que no le ladre. A los
barrenderos, carteros y repartidores son a los que menos tolera y a los que más
ladra, no se sabe porqué se vuelve casi loco cuando los huele, incluso los
aborrece más que a los gatos. Y que no se atreva nadie a tocar el timbre de la
casa o de acercarse a su reja. Es entonces, cuando las altas frecuencias de sus
agudos ladridos taladran los tímpanos de la vecindad e incluso de los que viven
en las calles aledañas. Aunque como dice el refrán; perro ladrador poco
mordedor. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Menos mal que por las noches lo
tienen dentro de la casa y podemos dormir tranquilos. Eso sí, a las ocho en
punto de la mañana lo dejan en su minúsculo habitáculo y ya todos tenemos que
despertarnos queramos o no.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> Soy vecina de Fina, ella es muy
mayor y el perro le sirve de compañía, todos la comprendemos, así que
soportamos con paciencia los ladridos del esmirriado perrito. Siempre la he
visitado, pero desde que adoptó este perro procuro ir poco a su casa, solo lo
imprescindible porque Copito es lo más antisocial que conozco en su especie,
además de ladrar, se lanza hacia la persona que osa atravesar el quicio de la
puerta de la casa y se engancha con sus afilados dientes a los pantalones o a
las faldas y no te suelta, a ser que le des una patada y no es cuestión de
maltratar al animal. No muerde, pero el susto te lo llevas Ya tengo varios
agujeros en mi ropa imposibles de zurcir<a name="_Hlk76927394">.<o:p></o:p></a></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: times;"> En fin, aguantaremos con estoicismo al chucho, todo sea
por el bienestar de nuestra vecina Fina.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: times;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> </span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: times;"><b><br /></b></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: center;"><span style="color: #04ff00; font-family: times;"><br /></span></p><p style="line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: times;"><br /></span></p><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-77604602397469170752021-05-31T19:01:00.020+02:002021-06-03T19:36:53.970+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO 1 Y 2, MAYO<p><span style="color: red; font-size: medium;"> Escriben: Marcos Marín, Lucía Muñoz, Juanita Viruega, Vicky Fernández, José Guerrero y Paco López</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDCrhCWDUof82T4_r2KAi8MbWdIRlxUcPG9DXTWF-YG2wEOKn8SeuL1sF8g7emTzoQG74I4COBI8RVeSklrQhKn5hbHZ6BtfHSE6ltvcQ0qTbs12z1EmHhrfOQOveVDANL7pwNdqEMkpQ/s640/Foto+1+mayo.JPG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="438" data-original-width="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDCrhCWDUof82T4_r2KAi8MbWdIRlxUcPG9DXTWF-YG2wEOKn8SeuL1sF8g7emTzoQG74I4COBI8RVeSklrQhKn5hbHZ6BtfHSE6ltvcQ0qTbs12z1EmHhrfOQOveVDANL7pwNdqEMkpQ/s320/Foto+1+mayo.JPG" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXojT-f1VDBHlpEq-seVBITN-bnkON07ekD2u90vyZ1Nwh2czNj5ePQD5266P2s2sLrysi-Dc6L-UaX9zlm6mRyqX3rBl-YHxsL_6vzR-aPi-0eI15HDniQszNeswGc6CxxldVq8fPcc/s640/Foto+2+mayo.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="480" data-original-width="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgjXojT-f1VDBHlpEq-seVBITN-bnkON07ekD2u90vyZ1Nwh2czNj5ePQD5266P2s2sLrysi-Dc6L-UaX9zlm6mRyqX3rBl-YHxsL_6vzR-aPi-0eI15HDniQszNeswGc6CxxldVq8fPcc/s320/Foto+2+mayo.JPG" width="320" /></a></div><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><p><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><br /></span></p><b>MARCOS MARÍN</b></span><div><span style="font-family: arial;">Al amanecer, al despertar,</span></div><div><span style="font-family: arial;">abre María las ventanas</span></div><div><span style="font-family: arial;">para ver la luz del Sol despuntar</span></div><div><span style="font-family: arial;">y dar al nuevo día las gracias</span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;">Se explaya mirando las golondrinas</span></div><div><span style="font-family: arial;">y el agudo piar que se oía,</span></div><div><span style="font-family: arial;">volando por el cielo de las mañanas.</span></div><div><span style="font-family: arial;">Respira hondo el aire del día.</span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;">Empezaba a hacer algo de calor</span></div><div><span style="font-family: arial;">y tiene que salir a comprar.</span></div><div><span style="font-family: arial;">Viste liviana ropa de azul celeste, color.</span></div><div><span style="font-family: arial;">Coge el carro, y sale para bajar.</span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div><span style="font-family: arial;">Se sienta en una mecedora,</span></div><div><span style="font-family: arial;">al caer la tarde, con sosiego.</span></div><div><span style="font-family: arial;">Con ganchillo, tapetes labora,</span></div><div><span style="font-family: arial;">que a la gente regala luego.</span></div><div><span style="font-family: arial;"><br /></span></div><div> <span style="color: #ff00fe;">*********************************</span></div><div><span style="color: #2b00fe;"><b><br /></b></span></div><div><span style="color: #2b00fe;"><b>LUCÍA MUÑOZ</b></span></div><div style="text-align: center;">AMADORA Y PAUL</div><div style="text-align: justify;"> Amadora, a sus ochenta y nueve años, no tenía más distracción que mirar por la ventana de su comedor cada vez que tendía la ropa que ella misma lavaba a mano. </div><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 35.4pt;"> Algunas veces, cuando observaba a algún
turista, o alguna pareja de jovencitos, su mente, ya un poco nublada por los
años, le traían recuerdos de su niñez y juventud, sobre todo, de la época que
ella era una jovencita delgada con pelo largo castaño que gustaba de montar en
bicicleta y pararse a descansar y ver el atardecer en unos de los soportales
entre dos columnas de la calle que daba al precioso puente veccio, por donde
discurría a veces tranquilo y otras enloquecido el río Arno. Uno de esos
atardeceres se le acercó un joven, alto y delgado, con pelo rubio rizado. Ella
al instante se ruborizó. El joven, que
estaba de turismo en Florencia, le preguntó en inglés por un restaurante, donde
había oído, que la dueña cantaba Arias mientras servía a los clientes los ricos
platos que su marido preparaba. Amadora sonrió al turista inglés, pues resultó
que ese restaurante era el de sus padres y la que cantaba Arias era su madre. Juntos caminaron hasta el restaurante. Paul, se emocionó de la voz de la madre y se
enamoró de la belleza de Amadora. Desde ese día, durante las dos semanas que
permaneció Paul en Florencia, una mesa estaba reservada para él. La despedida
como todas las despedidas de enamorados fue dura y tristes, se prometieron amor
eterno y de cartearse cada día. Paul volvió a Florencia un año después con su
diploma de abogado bajo el brazo, y ya nunca más se separaron hasta el día que
Paul murió entre sus brazos. Aún rememora Amadora los largos paseos en
bicicleta con su Paul, y cómo se detenían a descansar junto a las columnas
donde se conocieron, y se besaban y abrazaban, viendo cómo caía la tarde dando
un color amarillento y rojizo al río Arno.</span></div><div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Amadora se estremece al sentir la ligera
brisa de la mañana que le trae, como un eco a su memoria, una hermosa voz que
cantaba:<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">"Te voglio bene assaje,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Ma tanto tanto bene sai</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">è una catena ormani,</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Che scioglie il sangue dint' 'e' vvene sai. ...."</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #ff00fe;">******************************</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left; text-indent: 35.4pt;"><b style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="color: #2b00fe;">JUANITA VIRUEGA</span></b></p><p><span style="font-family: arial;"> <span face="Arial, sans-serif" style="background-color: white; color: #222222; font-size: 12pt;">Alicia estaba asomada
a la ventana como si estuviera esperando a alguien y nerviosa porque no
llegaba. </span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sentada en una banco,
Luisa, una vecina, descansaba de su paseo en bicicleta, antes de subir a su
casa. "Parece que no llevas prisa está mañana", le dijo Alicia".
Ésta levantó la cabeza y le espetó: "baja, anda y nos tomamos un café".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Su amiga dudó un poco
pero al final bajó. Luisa le comentó que le iba ha sentar muy bien intercambiar
unas palabras con ella. Empezaron a hablar del tiempo y de cosas banales hasta
que Luisa se mostró algo sería. Le explicó que se le había presentador un
pequeño problema y temía darle un disgusto a su hijo. Alicia le invitó a que se
lo contara. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">"A veces, los
amigos pueden echar una mano", insistió Alicia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Luisa empezó a
contárselo, comentando que en realidad era una tontería pero que se lo tomaba
todo muy a pecho. Su preocupación era no quedar bien con la gente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia le escuchó
atentamente:"Ya sabes que a mi hijo le gusta mucho el ciclismo, como a tí,
y desde que le compramos la bicicleta de carreras, siempre que puede, se va a
entrenar por esas cuestas tan peligrosas. Quiere participar en la prueba
ciclista en las fiestas del pueblo. Yo me siento preocupada pero al mismo
tiempo no quiero quitarle esa ilusión. ¡Qué no haría una madre para su hijo y
sobre todo el mío que es tan bueno!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia le reconfortó,
diciendo que eso no era importante.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Pero Luisa prosiguió.
"El problema es que me llamó Manolita, la de la farmacia, para preguntarme
si Eduardo podría ir a cortarle unos leños porque el otoño se nos echaba encima
y el frió con él".<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia le comentó que
conocía mucho a Manolita, que eran buenas amigas desde que se instaló en el
pueblo pero tenía un defecto, que era muy tacaña y que seguro que le pagaría
con unos cuantos euros, adujo Alicia. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Luisa le manifestó que
no importaba lo que le pagase, eso no le preocupaba. Siempre ha sido una buena
amiga y muy atenta con ella. A su hijo le tiene mucha estima.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia no entendía
cuál era el problema.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Luisa le informó que
tenía que ser el domingo por la tarde y Eduardo estaba pensando en ir a Madrid
para ver la llegada de la vuelta ciclista de España.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Le dijo a Manolita que
no había problema sin saber los pensamientos de su hijo. No quería ni
imaginarse el disgusto que se llevaría su hijo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tras la conversación,
las dos amigas se fueron cada una a sus quehaceres.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia, en vez de irse
a su casa, se dirigió a la farmacia. En la puerta dudó un segundo en entrar
pero al fin, accedió al local. Se saludaron y entre y cliente, cómo el que no
quiere la cosa, Alicia habló del tiempo tan veraniego que aún disfrutaban,
aunque no había que fiarse porque cuando menos lo esperas se tiene el frió
encima. "Ya me hago cargo", respondió la farmacéutica.
"Precisamente, hace un rato, le he pedido a Luisa que me mande a su hijo
el domingo para que me partiera la leña", contestó Manolita. "Es un
muchacho la mar de bueno y atentísimo", preciso la misma.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Alicia aprovechó para
comentarle que ya se lo había dicho Luisa y que estaba muy disgustada pues
decía que era una abusona, que por no querer llamar a un profesional, le
pediste que fuese Eduardo para ahorrarte el dinero. Alicia le suplicó que no le
dijera nada a Luisa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El enfado de la
farmacéutica fue tremendo, no salía en sí de su asombro. Ni se podía esperar un
comportamiento de tal naturaleza de la que tenía por muy amiga.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Nada más salir Alicia
con una malévola risita en los labios, Manolita, en un arranque de ira, se fue
al teléfono para pedir explicaciones a Luisa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #222222; font-family: arial; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Cuando Luisa se lo
aclaró todo, Manolita le recitó unas frases que siempre le recordaba su madre:<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: arial;"><span><span face="Arial, sans-serif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #3c4043;">Cuando
dos amigos</span><span face="Arial, sans-serif" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial; background-repeat: initial; background-size: initial; color: #222222;"> </span></span><span style="color: #3c4043;">tienen
confianza es porque se demuestran que vale la pena confiar en el otro. Se
tiene una opinión totalmente positiva. Y si ésta se rompe por alguna
razón, será muy difícil recuperarla. La confianza se gana cuando la
persona demuestra lealtad y que busca lo mejor para su amigo.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="background-color: transparent; font-size: 12pt; text-align: left;"><span style="color: #ff00fe;">*************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background-color: transparent; font-size: 12pt; text-align: left;"><span style="color: #2b00fe;"><b>VICKY FERNÁNDEZ</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-align: left;"><span> <span style="font-family: arial;"> </span></span><span style="font-family: arial;">La pequeña ventana de la cocina, protegida por dos persianas verdes de
madera, era la única visión que tenía Ana Méndez del mundo, o, mejor dicho, de
su mundo. Esa ventana y la pantalla de la televisión constituían las dos únicas
fuentes de conocimiento de la realidad que la rodeaba. Tan solo asomaba la
cabeza por la ventana para tender o destender la colada, cada cuarto de hora
tocaba la ropa para comprobar si ya estaba seca para descolgarla de los
cordeles. Para colocar las pinzas de la ropa se concentraba al máximo porque no
quería que cayeran a la acera y perder alguna, la misma concentración ponía
cuando tenía que retirarlas. Ni se entretenía en mirar a las personas que iban
y venían por la calle, nunca le interesó el devenir de los demás.</span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: 12pt;"><span> </span>Ana había cumplido noventa años y estaba
orgullosa de poder realizar todas sus tareas domésticas sin tener que depender
de una asistenta por horas, aunque la tenía asignada gratuitamente por los Servicios
Sociales del Ayuntamiento. No quería que personas desconocidas le tocaran sus
cosas ni que se las cambiaran de sitio ni la trataran o hablaran como si fuera
una niña pequeña o estuviera lela. No soportaba que la visitaran sus dos hijas
porque solo querían mangonearla, pero Ana les dejaba claro que ella era la
dueña y señora de su casa y que no la consideraran una mujer dependiente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: 12pt;"> Vive recluida desde hace cinco años
en su piso. Una reclusión voluntaria desde que le atropelló una bicicleta en la
acera cuando se dirigía al mercado municipal para hacer la compra. Como
consecuencia de esta caída tuvo rotura de cadera y de hombro y estuvo
hospitalizada quince días. Ana, a partir de aquel accidente cogió miedo a salir
de su casa sola o acompañada y se negó a poner los pies en la calle. Una vez en
semana hace un pedido telefónico al supermercado para que le lleven la compra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span style="font-family: arial;"> Ana es una de esas mujeres
admirables que lucharon y se sacrificaron en los tiempos de escasez en este
país, que se olvidó de ella misma para dedicarse en cuerpo y alma a sacar
adelante a sus cuatro hijos. Era viuda cuando salió del pueblo huyendo de la
miseria y llegó a la capital buscando trabajo; fue camarera, costurera,
planchadora, operaria en un almacén de pasas, es imposible numerar toda la
relación de ellos. Ahorró para comprase el piso en el que vive y del cual no
piensa salir hasta que no la saquen en el ataúd. </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #ff00fe; font-size: 12pt;">*************************</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: 12pt;"><b>JOSÉ GUERRERO</b></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: arial;">PRIMAVERA O PERDERSE POR LAS FRAGANCIAS
FLORENTINAS<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> El mes de las flores era el escenario propicio
para que Rosario disparase toda su artillería y dotes planificadoras con no
poco desparpajo y sigilo, dirigiendo el protocolo en la parroquia del pueblo
con el lema, cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa, realizando las
diferentes tareas, como la ornamentación del altar de la Virgen con los
inmaculados ramos de flores que traían para la novena.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> En todos estos menesteres ella se las
prometía muy felices. Todo le iba miel sobre hojuelas. Los días rivalizaban
entre sí diluviando alegría en el ambiente, junto con los bruscos cambios
climatológicos propios de la impredecible primavera, pintando los más exóticos
horizontes crepusculares.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Nunca pensó Rosario en permanecer en la
costumbre, enrolándose en la parafernalia ancestral quedando para vestir santos
ni mucho menos, ya que con su talento y ardides echaba por tierra todo eso y
más saltándose los controles más estrictos si fuese necesario, y despacio pero
sin pausa fue modulando su mundo, priorizando las aficiones y delectaciones más
rabiosas, y de esa guisa tras los oficios eclesiales llegó a ser con el paso
del tiempo y con todos los honores <b>madre
soltera</b>, en una época tan recatada y puritana.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> No se andaba por las ramas a la hora de
aliviar tristuras, y se movía con los pies en el suelo conjugando lo divino y
lo humano, la mística y la magnesia pergeñando los escarceos de su instinto,
como pelar la pava en el parque como cualquier hijo de vecino, sin que se le
cayesen los anillos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> El
nudo del relato se fragua en el mes de mayo por múltiples razones, como ocurre
en el Romance del prisionero, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y
están los campos en flor, cuando los enamorados van a servir al amor, y vestía
Rosario ropa ligera con generoso escote, lo que hacía que brillasen aún más sus
encantos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Y pasaban por su vida aprisa y corriendo los
días, los estados de ánimo, las estaciones y pensares sin saber nunca lo que le
aguardaba a la vuelta de la esquina.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Fue un día gris de negros nubarrones cuando
Rosario se sintió de pronto rara, indispuesta, y los dedos se le volvían
huéspedes presagiándose lo peor. Y empezó a hervir en su interior lo nunca
imaginable, unas extrañas contracciones y preocupantes pálpitos no sabiendo a
qué atenerse, llegando a tumbarla la tristeza.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Ante el cariz tan alarmante que iba tomando
su estado físico y psíquico, no acertaba a manejar el timón de su barca, yendo
como veleta al son del viento, y en un acto de honda reflexión acudió a la
ginecóloga a fin de esclarecer todas sus aflicciones. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Tras una batería de pruebas de toda índole,
al salir a la calle camino de su mansión se desmayó cayendo de bruces en mitad
de la acera, desvelándose su misterio a plena luz del día con toda rotundidad,
reconociendo con lágrimas en el alma que las hormonas la empujaban a
convertirse en <b>varón</b>, sintiéndose
culpable, y no podía soportar la presión a la que se veía sometida, así como lo
más importante, el no seguir desempeñando el rol de madre.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Su retoño de dos añitos, la inocente y preciosa
criatura a su corta edad no entendía lo que se cocía en derredor, encargándose
la abuela materna de su cuidado, la alimentación y la educación. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Ella tan pronto como pudo cambió de aires.
En un súbito vuelo se trasladó a Latinoamérica con intención de rehacer su vida
de la mejor manera. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Lunático, flemático, ido, evanescente, vil o
cuerdo, tales epítetos y muchísimos más sonaban en aquel enrarecido ambiente al
hilo de los avatares que acaecían, coincidiendo con los tiempos enmarañados y
locos de aquella retadora primavera, como lo rubrica el proverbio, <b>la primavera la sangre altera, ¡y de qué
manera a veces!</b> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Es increíble las sorpresas que da la vida en
los vaivenes del vivir. En determinadas coyunturas del fluir del tiempo, los
lances e ilusiones pueden llegar a los más insospechados tronos, bien por
fallos de la madre natura, bien por necios o caprichosos desvíos de malavenidos
procesos en los que el carburante humano pierde el norte y fuelle discurriendo
por otros cauces equivocados, o vaya usted a saber el porqué, y se desborda el
río de la vida con tal virulencia que arrasa con todo, como el río Chíllar o el
de la Toba, no dejando títere con cabeza, no pudiendo Rosario salir airosa de
tamaña tropelía sumida en el abismo.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Los vínculos de unos endemoniados vientos
con intrincadas mareas la arrastraban hacia otros horizontes poco fiables, que
iban in crescendo en sus sentires. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Una especie de gusano invisible la mordía y roía
en el silencio de la noche, y las pesadillas y angustia se cebaban con ella, y
no podía por menos que reconocer el misterioso veneno que la embargaba
sufriendo vejaciones o arrebatos dentro del cuerpo al verse convertida en
hombre de repente, cuando el bebé que amamantaba con su pecho y leche abrigaba en
sus genes las esencias de la madre, y no tenía más remedio que apechugar con
ello rompiendo con lo anterior, el trascendental papel de madre.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> El pasado invierno, sin ir más lejos, le
había resultado matador al no transcurrir un día sin que no se le atragantase
algún hueso duro de roer en las salidas y entradas de su vivienda, o verse
envuelta en fraternales enfrentamientos o ásperas controversias con los
allegados, recibiendo golpes de todo tipo, sintiendo dolores o un inquietante
hormigueo en el pecho que le alarmaba sobremanera en las coyunturas por las que
atravesaba, aunque su corazón quisiese alcanzar la luna para su bebé o el mismo
sol en un ataque de enajenación mental.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> No disponía Rosario del tiempo preciso para
arribar adonde le encantase, y llevar a cabo tal hazaña enterrando lo tóxico y pútrido
soslayando la tozuda realidad por mucho que lo postergase.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Tenía que romper con el pasado forzosamente,
con lo que había conformado su cáliz de vida, y buscarse otros amaneceres,
nuevos alicientes, una refrescante luz o bosque encantado poblado de verdes
pinos y robles donde folgar, expulsando los malos humores que habitaban en su
cuerpo, tales como desengaños, incomprensiones o bofetadas promovidas por las
aparentes incongruencias que afloraban en los más variados campos, como por
ejemplo, en el mundillo de la moda llevar escotes, minifaldas, o en el asunto
culinario por mor de los antojos de los suyos por tomar arroz con leche a
destiempo algunos días, acarreándole no pocos disgustos, echando mano de
milagreros ungüentos o visitas al galeno por los reiterados vómitos acentuados
en los días festivos o fines de semana, como si le hubiese tocado el gordo en
el sorteo de la vida, a pesar de no haber metido ni un centavo en tan macabro
juego de lotería. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Tal suceso tan sui géneris y privado a nadie
interesaba, ni ella quería que llegase a sus oídos, asumiéndolo Rosario con
regocijo. No le agradaba en absoluto que anduviese su vida en boca de la gente
ni por asomo, lo tenía muy claro.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> A Rosario le hacían muy feliz los viajes, y perderse
por el planeta Tierra. La última vez que estuvo en Florencia le acompañó una
amiga dispuesta a olvidar las andanzas y correrías de otros tiempos, cuando la
visitaron con la ilusión de descubrir un nuevo mundo o el paraíso perdido de la
Biblia.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Más tarde quiso establecerse en la Toscana y
crear un nuevo nido llevando una vida placentera, trabajando y estudiando las
tradiciones y acervo clásico de aquellos envidiables parajes que le subían al
tren de la vida, despertando la curiosidad y el interés por vivir el arte y la
historia de la Humanidad. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Pero ahora no pasaban por su mente tales encantamientos,
y lo que le motivaba era ser ella misma, y hacer lo que se le antojase hasta
madurar el concepto de ser un hombre, el nuevo enfoque existencial. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> En los tiempos borrascosos que le tocó vivir
a Rosario quería sentirse auténtica, pidiendo a los cielos que fuese cuanto
antes la operación sexual, y con la ayuda divina llegar a ser un apuesto galán,
y echarse luego una novia firense, porque aseguraba Rosario que las nativas de
la Toscana llevaban en el alma un sello indeleble que le hacían estremecer, y
dibujaba corazones en el aire con la yema de los dedos, convencida de que con
su gracejo marcaban de por vida a los visitantes de tan seductores lugares.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Recordaba Rosario que cuando llegó la
primera vez a Florencia lo primero que hizo fue alquilar una bici, o mejor aún,
se la encontró en una plaza sin ningún amarre, yendo con la amiga a patear las plazas
y rincones más emblemáticos de la ciudad, deteniéndose en los monumentos
señeros inhalando sus aromas primaverales, las fragancias de jardines,
parterres y coquetas macetas en ventanas y balcones quedando extasiada por
momentos, aunque sin caer en el síndrome de Sthendal.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Ese aire nuevo que refrescaba su rostro le
ayudaba a serenarse ante los acerbos advenimientos y pasos tan comprometidos y
valientes que debía emprender, al convertirse en un hombre maduro, toda una
mujer hecha y derecha como era ella, acostumbrada en el pueblo a rezar el santo
rosario en la novena del mes de María, así como en casas de vecinos por el deceso
de algún familiar, quedando la gente eternamente agradecida. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Quizá siguiese Rosario las huellas
intelectuales del filósofo griego al pie de la letra, “nosce te ipsum”
(conócete a ti mismo), y en ésas andaba buscando unos sólidos pilares y
sugestivas estructuras para su flamante edificio humano, su persona, un hombre
recién hallado dispuesto a comerse el mundo, a enfrentarse a los tiburones que
le rodeaban y a los aviesos vientos que le abordasen navegando por el mar de la
vida, yendo con la cabeza bien alta, y a su vez sacrificarse por su vástago,
dándole todo el cariño del mundo, corrigiendo a la madre natura que en
ocasiones mete la pata sin paliativos, y aportar su granito de arena al buen
hacer, dando testimonio con su conducta y lecciones al Sumo Hacedor por aquello
de que nos hizo a su imagen y semejanza.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> La primavera borra las estatuas del miedo
con su hermosura y aromáticos encantos, decorando las tierras del alma, las
campiñas y oteros generando inconmensurables panorámicas y delicados sueños a
través del arte, y más aún en Florencia por la majestuosa beldad que destila su
corpus artístico configurado por la mano humana, derrochando excelsas joyas con
sumo talento en un carrusel de monumentos, así como en el mundo creativo de las
letras y la poesía.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Lo atestiguan con voz recia autores como
Boccaccio, Dante o el ardiente Petrarca a través del célebre soneto a su amor,
Laura, “Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra/, y ardo y soy hielo; y temo
y todo aplazo/; y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra/; y nada aprieto y
todo el mundo abrazo/. Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra/, ni me
retiene ni me suelta el lazo/; y no me mata Amor ni me deshierra/, ni me quiere
ni me quita el embarazo/. Veo sin ojos y sin lengua grito/; y pido ayuda y
parecer anhelo/; a otros amo y por mí me siento odiado/. Llorando grito y el
dolor transito/; muerte y vida me dan igual desvelo/; por vos estoy, Señora, en
este estado”. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Y por tierras hispanas, brilla con luz
propia la primavera en poetas como, Antonio Machado, que exclama estupefacto en
sus versos, “La primavera ha venido/ y nadie sabe cómo ha sido//… O Juan Ramón
Jiménez que, abocado a la melancolía, apunta, “Y yo me iré y se quedarán los
pájaros/ cantando/. Y se quedará mi huerto con su verde árbol/, y con su pozo
blanco//…<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: arial; font-size: 12pt;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Ante tanta barahúnda, confusión o perjuicios
a terceros cabe preguntarse, ¿quién paga los platos rotos de las aberraciones
existenciales en tan convulsa vida? </span><span face="Arial, sans-serif"><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> <span style="color: #ff00fe;"> *****************************</span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: 12pt;"><b>PACO LÓPEZ</b></span></p><p class="MsoBodyText2" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span> </span><span> </span>Doña Paula está del todo escandalizada. Nunca imaginó a
su nieta Enriqueta levantar la pierna con tanto descaro. Es verdad que los
tiempos han cambiado, pero eso sigue siendo una provocación. Seguramente, doña
Paula permanecerá tras la ventana observando a su nieta hasta que desaparezca
de su vista. Enriqueta en cambio totalmente ajena a que está siendo observada
por su abuela lleva sus pensamientos justamente en sentido contrario a los que
abruman a su abuela. Ni por lo más remoto se le pasa por la cabeza que su
postura, es decir, lo elevado de su pierna pueda llamar la atención de alguien.
Se siente cómoda, al menos hasta ahora. Quizás, en algún momento opte por
variar el grado de inclinación de la pierna, que sin duda será porque sus
músculos empiecen a notar fatiga y su cerebro determine optimizar el confort
del organismo que controla. Doña Paula sigue esperando dicho cambio, pero no
puede evitar el pensar en sus lumbares, que por los mismos motivos que tendría
su nieta para cambiar de postura, la condicionan a mantener la postura forzada
que exige su estado de vigilia. Se plantea un reto, una buena ocasión para
apostar. ¿Será la abuela la primera en cambiar su actitud, o será la nieta
quién cambie antes? Desgraciadamente, el carácter de instantáneas de las
fotolucis no nos permiten ir más allá. La vida de las mismas se la damos
nosotros, -los contempladores-. Sólo nuestra imaginación tiene la capacidad de
resolver esta incógnita. Yo apuesto a que será la nieta en cambiar de postura,
y argumento mi convencimiento en que la nieta no está bajo presión, y lo hará
inconscientemente, como un acto reflejo de sus músculos. En cambio, que la
abuela se retire de la ventana exige un acto de voluntad contra el que su
consciente se resiste. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: 14pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span> Dicen
los cronistas del lugar que no hay caso de disputa, ya que, tanto la abuela
como la nieta, llevan así desde tiempos de Garibaldi, y así seguirán en tanto
la municipalidad no decida cambiar este atractivo turístico por otro más acorde
con el gusto de los visitantes de la ciudad. </span><span style="font-size: 14pt;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;">
</span></p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-ansi-language: ES; mso-fareast-font-family: "Times New Roman";"><br /></span></p><span style="color: red; font-size: medium;"></span><p></p></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-6741251687932190672021-05-04T21:03:00.015+02:002021-05-15T19:09:30.487+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO 2, ABRIL<p> Escriben sobre la foto: Marcos Marín, Juanita Viruega, Vicky Fernández y José Guerrero.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZi4K_4Cz9-W8JDoJewLV3xjiZsT8fKsCGiEP6RyWu9L6Yspwgsl6DonOz0uj1qEuf10YCArbhYYMuhD7yYSzfNWJExXW_cboK-m17c86aBwlPxWsN0jChzwtXErdOX0En776VI7rdG8g/s1024/Foto+2%252C+abril.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="937" data-original-width="1024" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZi4K_4Cz9-W8JDoJewLV3xjiZsT8fKsCGiEP6RyWu9L6Yspwgsl6DonOz0uj1qEuf10YCArbhYYMuhD7yYSzfNWJExXW_cboK-m17c86aBwlPxWsN0jChzwtXErdOX0En776VI7rdG8g/s320/Foto+2%252C+abril.JPG" width="320" /></a></div><span style="color: #2b00fe;"><b><i><div><span style="color: #2b00fe;"><b><i><br /></i></b></span></div>MARCOS MARÍN</i></b></span><div><p class="MsoNormal">Al atardecer del día<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Con la guitarra cantando<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">En aquella triste vía<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Derruida, sin nadie
pasando.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">Chaqueta tejana<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Pantalón vaquero,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">El blues sonaba<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Melancólico tono.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">Música derramando,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Entre las seis cuerdas,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Sus dedos tocando<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Acordes de notas.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal">En la penumbra<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">De la luz de una farola,<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Su voz ronca<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal">Atravesaba la noche,
amarga.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"> <span style="color: #38761d;"> </span><span style="color: #04ff00;"> *************************</span></p><p class="MsoNormal"><span style="color: #2b00fe;"><b><i>JUANITA VIRUEGA</i></b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><b style="color: #2b00fe; font-style: italic;"> </b>Como cada día, por la mañana, hace años ya, cuando me dirigía al trabajo, cruzaba aquel parquecito coqueto, pintado de bellas flores de colores, arropado de majestuosos y frondosos árboles de hoja verde. Siempre me sobraba tiempo, con lo que me sentaba en el banco de la paciencia como lo llamaba yo.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span> Me ponía a pensar en mi vida y en mi devenir; sentada en un rincón, alejada de cualquier mirada; sentía paz y me permitía afrontar el día con más ganas y energía.</span><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span> Al echar la vista atrás, me percaté que había un hombre triste, de cabellera y barba blanca. Abrazaba, como de un ser querido se tratara, su guitarra. Estaba sentado, la espalda recta, digno, la mirada perdida, como si viajara al fondo de sí mismo.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span><span> No me atreví a mirarle, aunque si lo hiciera, no se hubiera dado cuenta, estaba en su mundo, no pestañeaba, como si estuviera a punto de llorar, como si recordara algo triste. Estuve a punto de dirigirle la palabra, pero no osé. Siempre me iba en el último momento, ese día tuve que andar deprisa pues casi llegaba tarde a mi puesto de trabajo.</span><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span><span><span> Al día siguiente, hice la misma ceremonia. Cruzaba el parque, disfrutando de la mezcla de olores de las flores. Como siempre, en mi banco de la paciencia, pero en vez de pensar en mí, me dediqué a observar al mismo hombre triste, que estaba sentado invariablemente en el banco de atrás. Nunca le vi tocar la guitarra y seguía teniendo esa misma mirada perdida en sabe Dios qué mundo.</span><br /></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span><span><span><span> Era un hombre pobre, de esa pobreza del alma que a nadie le interesa. Ese día, sí lo vi llorar, sus lágrimas por su rostro, un rostro marcado por las arrugas de la vida. Pero de repente, advertí que su rostro era mi rostro. Comprendí, entonces, que el hombre triste con pelo y barba blanca era producto de mi imaginación.</span><br /></span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span><span><span><span><span><span> A</span> veces, todo se descompensa y desequilibra, tenemos que hacer un parón forzoso. No nos maltratemos ni dejemos que nos maltraten. Cuidémonos con amor y conciencia.</span></span></span></span></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"><span style="color: #04ff00;"> ***********************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-family: "Times New Roman",serif;"><b><i>VICKY FERNÁNDEZ</i></b></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; text-align: center;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">GUILLERNMO, <i>EL MAZORCA</i><o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">Casi
todas las tardes, en mi plaza, puedes encontrarte a Guillermo, al que todos
llaman </span><i style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">el Mazorca</i><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;">. Si lo miras fijamente comprenderás porqué tiene ese apodo,
pues desde joven llevaba la melena larga, rubia y acaracolada que se parecía a los pelos de las panochas de maíz; y aun la conserva, a pesar de superar la
sesentena, lo que sí ha disminuido ha sido el espesor de la misma y las canas
van ganando cada año más terreno y una poblada barba canosa.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Él no es un músico callejero que canta
flamenco y toca su guitarra para ganar dinero, de hecho, no verás delante
de él ningún recipiente para que la gente deposite monedas. No, él ofrece su música
gratis a todos los viandantes que quieran disfrutar escuchándolo, porque oírlo rasgar las cuerdas de la guitarra es todo un espectáculo, pues éstas parecen que lloran o gritan. Lo mismo te canta unas bulerías que unas
malagueñas o unas peteneras y siempre con la misma pasión. Todos los palos
flamencos los domina y te quedas extasiado escuchando su voz redonda. En realidad,
<i>El Mazorca</i> lo que hace es ensayar y divertirse en la plaza y quiere compartir su arte, no desea que su cante se quede encerrado entre las cuatro paredes de su pequeño apartamento y procura no molestar a su familia ni a la vecindad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Siempre canta apoyado en una pared
desconchada que la usa como telón de fondo y la acera le sirve de escenario, no
usa megafonía, pues su potente voz resuena en la plaza y se transmite por la
arcada de los soportales. Hace años que se retiró de los escenarios de
los tablaos flamencos, prácticamente están todos cerrados y los pocos que
quedaban han echado el cierre a causa de esta maldita pandemia que asola a la
humanidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> <span style="color: #04ff00;"> *****************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="color: #2b00fe;"><b><i>JOSÉ GUERRERO</i></b></span></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 115%;">CRÓNICA
SEXITANA O PAISAJE CON FIGURAS<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"> Todo empezó con una copa de vino tinto en las
Bodegas Calvente y las notas de una guitarra de fondo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"> Fue una charla informal entre barricas, al
abrigo del vino y de los libros.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"> -¿Me va a permitir una pregunta, señor
Calvente, cómo se inició en la elaboración del vino?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-
Pues como casi todo en la vida, se empieza de la nada y paulatinamente se van
incorporando sugerencias, elementos, saberes, uvas, experiencia y sensaciones
provenientes de distintos puntos, sobre todo de donde ya se han asentado la
confianza y la prosperidad comercial, como ocurre con el vino bordelés.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- ¡Qué
sorpresa!, me está usted traduciendo al español las sabias lecciones del
inigualable vino de Burdeos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- En
realidad no deja de ser un desafío montar una empresa de estas características
en esta ubérrima tierra de aguacates, papayas, chirimoyas, mangos…, urgiendo
estudiar al detalle los pros y los contras para no dar un patinazo a la vuelta
de la esquina.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- No
cabe duda, le felicito por ello, y le adelanto que se confunden o interfieren
mis orígenes con los del afamado vino que mienta.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Me
está apuntando que coinciden las madres de las cepas, las copas y las piezas
teatrales…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- En
efecto, le podría embalar una caja de ricas botellas de vocablos ensamblados
con el mejor buqué y solera de mi tierra, que, aunque esté hecho de ferruginosas
arenas en accidente geográfico, y no de barro, enarbola unos sensibles aires de
mar y ostricultura acaso única en el
mundo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Perdone
la osadía, me encantaría probar tales ostras, pero ¿me está sugiriendo que es un
escritor?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- No
está bien que lo diga, pero a la corta edad de diez añitos, en la escuela del
pueblo el maestro me designaba con el apelativo de poeta: la redacción tiene
ribetes de poeta, apostillaba. Aunque yo no entendía nada de la trascendencia o
el discernimiento de la sospecha.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Pues
con el paso de los años el sombrero de hollejos de la uva va aportando al vino
tinto color, aroma y sus taninos, mejorando el sabor al paladar. Y se supone
que al igual que el currículo del vino, usted, a estas alturas de la vida, debe
asimismo exhalar un buqué selecto, de gran cortesía, en los relatos y poemas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Le
diré que la batalla creativa la tengo ganada, y en lo referente al vino me va la
botella con el epígrafe de Guindalera, la denominación de origen, pues quizá sea
la que más armonice con los ritmos de mi música temática y métrica libre y
burbujeante, que bulle en los corazones y hierve en el cerebro, incrustando las
esencias de las tres emes, Mar, Mujer y Muerte, que es el vivir y el soñar más
perspicaz y reconfortante.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-
Entonces, usted vive y escribe aquí en estos lares sexitanos, según se deduce
de su conspicuo escanciar parlamentario.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Verá,
por el Mare Nóstrum, no lejos de la Sirenita en playa Puerta del mar arribaron
a la antigua Sexi los más diversos pueblos, si bien, con las vueltas que da el
mundo, sic, nunca se sabe los intrincados enigmas que aguardan detrás de la
puerta por las veleidades del destino. Y en el transcurso de lunas llenas y
menguantes, del orto al ocaso, a buen seguro que yacen bajo estas aguas
vestigios fundados de una Sexi atracada por hordas corsarias, que, empujadas por
el hambre o un golpe de mar hacia cualquier parte bogasen perdidas por el mar
de Alborán, y, perdiendo el vínculo del cordón umbilical de Oriente y el rumbo diesen
de bruces en estas playas, y teniendo en cuenta que no disponían de las
modernas tecnologías para calcular los mares –corrientes, mareas, vientos,
reglajes-, y peor aún si se les asoció todo un ejército de famélicas bromas perforando
la madera de la embarcación en medio de una furiosa tempestad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Por
el argumentario intuyo el rico acervo de hispanista que rezuma.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-No
tanto, señor, y me interrogo algo confuso cómo atemperar o contrarrestar las
acometidas o bravuconadas de aquella tripulación durante la inquieta travesía, acaso
echando mano de algún raro ansiolítico de herbolario con objeto de evitar o
aminorar en lo posible los excesos o despendoladas orgías en el desnortado
periplo, en que creyendo ir al norte, iban al sur, queriendo cada cual montar
su numerito o bailar con la más sexi y, abrazados a la zozobra, embarrancaran en
las rocas y salientes sexitanos, y cegados por el desconcierto cayesen
exhaustos en brazos de Morfeo, y al despertar en tan tentadores parajes se
sintiesen tocados por una energía tropical, y tras la frenética caída de las
hojas y de las noches sin cuento se encasillaran allí, encariñándose perdidamente
de la flora y la fauna o de alguna aborigen despertando en ellos un no sé qué,
una atracción fatal o morbosa curiosidad. Y más tarde llegarían otros pobladores,
atraídos tal vez por el aura y el espíritu aventurero al socaire de lo ignoto,
conviniendo en perpetuarse por estos pagos el resto de sus días, y explotar las
bondades de la Punta de la mona, Cantarriján, la playa del muerto, de San Cristóbal,
Velilla, el Majuelo o la Galera, refrescándose en la blancura de las olas,
recalando al fin en estas hospitalarias tierras harto contentos y felices. No
obstante, se respiraba en el escenario no poca incertidumbre, si tras el abordaje
harían una de las suyas perpetrando irreparables daños en el medio ambiente, o
si por el contrario, se establecerían de manera pacífica y confortable en su
regazo respetando lo autóctono, y en un futuro no lejano generar prósperas factorías
con industrioso comercio –el garum entre otros -, y así sorprender al mundo conocido
aportando los mejores frutos<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Mire,
señor…, vislumbro que en la escuela no perdió el tiempo, enfrascado en
mapamundis y venturosos viajes telúricos, pero dígame, por favor, ¿vive usted escribiendo
o escribe para vivir? <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Antes
de nada le manifestaré que en los escritos soy reconocido por Guillermo X y
Juan Bruca. Y bien, señor Calvente, debo remarcarle a propósito del fruto del
dios Baco, quién contó con la ayuda de Sileno para plantar viñas, así como de las
Musas para instruirse en el canto y la danza, que otro tanto acontece con la riqueza
enológica al brotar de los veneros galos mediante el oportuno asesoramiento de
la vitivinicultura. Y asimismo, siguiendo la estela del río Verde que riega la fértil
vega sexitana, de la misma manera con las limitaciones precisas fluían las
aguas líricas de EL Ventanal –revista cultural y literaria de Almuñécar-, que inundaba
de sueños y frescor la vida con la colaboración de toda una pléyade de genuinos
caballos de Troya, estrategia acertada sin duda, alguno con melenas de león, habiéndose
dejado la piel en sus páginas, en las brisas ardientes del entorno, hilvanando innumerables
y sugerentes aventuras con no poco talento. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Y en
ese pulular de plumas, concursos, premios, veladas en el Martín Recuerda, en el
café de Mila, entrevistas radiofónicas, artículos periodísticos y revistas
–como la invulnerable revista cultural Voces-, de esa guisa, unos, creadores de
aquí, otros, de lejanas tierras, y todos en bloque se confabularon para aportar
su granito de arena a la noble causa, levantando una torre de palabras enlazadas
sin necesidad de intérpretes ni más historias conformando un corpus artístico
de primer orden, que se puede consultar o paladear en las redes, hemerotecas o
en los más privilegiados rincones sexitanos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Muy
agradecido por su cortesía, señor Bruca, ah, por cierto, me podría reseñar los
autores que más le han pellizcado en su mundo creativo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-A
bote pronto le mencionaré tres nombres, Antón Chejov, por los magistrales
relatos, como “La señora del perrito”; Malcolm Lowry, por la hondura de las
creaciones narrativas, siendo un náufrago en la vida que vivía debajo de un volcán
etílico, y sus ebrios versos, “La única esperanza es el próximo trago”…; y el
lusitano Fernando Pessoa, que plantea el problema de la doble personalidad con un
abanico de heterónimos, pseudónimos y ortónimos en su universo poético rebosante
de filosófico e irónico escepticismo, y así destila el licor en sus versos,
“Empiezo a conocerme. No existo/, soy el intervalo entre lo que deseo ser y los
demás me hicieron ” … “O no somos más que nuestras propias sensaciones”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Y como
cierre, perdone la intromisión, ¿podría decirme por qué le pone un diez a
Guillermo?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">- Muy
sencillo, monsieur Calvente, usted que es generador de felices alborozos y
despierta las afecciones más placenteras ahogando los pesares y soledades de
las criaturas, lo entenderá pronto, pues le seré sincero, por redondear la
dinastía del Príncipe de los poetas, Guillermo IX, y de esa suerte siga ella viva…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-No
quiero marcharme sin romper una lanza en favor del delicioso caldo, como hace
el refranero, “el vino alegra el ojo, limpia el diente y sana el vientre”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">-Señor,
Calvente, le sugiero que tome una copita de vino con nueces, y eche en el
macuto algo de lectura, ah, y no lo eche en saco roto el consejo… <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"> En un día gris o trasparente, lo mejor tal
vez sea tomar una copa de vino acompañado de un buen libro que, con su magia,
permita conocerse uno un poco más a sí mismo y a los demás, viviendo más vidas que
un gato.</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-size: 12pt;"> </span> </span></p><p><br /></p></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-33322151627182666872021-05-04T20:45:00.006+02:002021-05-04T21:04:46.761+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO 1, ABRIL<p> <span style="color: red; font-size: medium;"><i>Escriben sobre la foto: Antonio Vera</i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5EQ5OQO43wmcteNm9wR0v1RdPrOSgrZMQuvXa8uuug98W8x1tOI4z_2Iz_EkIQ6tFN06P4jraRUes16scs-dx5tvDUh9WDjy2_rx3nKQxU188Ssq0dHuPFgiIKQp4-RLKUGDvSPIgpes/s873/Foto+1+%252C+abril.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="873" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj5EQ5OQO43wmcteNm9wR0v1RdPrOSgrZMQuvXa8uuug98W8x1tOI4z_2Iz_EkIQ6tFN06P4jraRUes16scs-dx5tvDUh9WDjy2_rx3nKQxU188Ssq0dHuPFgiIKQp4-RLKUGDvSPIgpes/s320/Foto+1+%252C+abril.JPG" /></a></div><br /><blockquote style="border: none; margin: 0 0 0 40px; padding: 0px;"><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: left;"><b><i><span style="color: #2b00fe;">ANTONIO VERA</span></i></b></p></blockquote><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">LA BICICLETA</span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="background: white;"><span style="text-align: start;">Poco antes de cumplir los doce años los Reyes Magos le
trajeron una bicicleta. Qué alegría le dieron aquellos queridos Reyes. Era una
bicicleta de persona mayor, marca BH, como las que tenían los hombres de su
pueblo para ir a trabajar al campo, con su faro, que encendía en la noche
conectando la dinamo a la rueda delantera, su portamaletas de color negro igual
que el resto de la bici, que era fuerte, pesada y dura, porque, nunca mejor
dicho, tenía que durar, los Reyes de entonces eran pobres y no estaban para
caprichos, no se podían permitir traer cada año una bicicleta.</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"> Aunque
la bicicleta llegó en invierno, no empezó a disfrutarla plenamente hasta que
llegó el verano y tuvo todo el tiempo del mundo para ello. Cómo la disfrutó. Y
además empezó a utilizarla para necesidades propias de la casa, traía del campo
atados en el portamaletas sacos de hierba para los conejos, haces de varetas de
los olivos para la cabra y cuanto era necesario transportar para las
necesidades de casa.</span><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><br style="text-align: start;" />
<span style="background: white;"> <span style="text-align: start;">En verano le quitaba los guardabarros, la dejaba más ligera,
más manejable, y llegó a hacer con ella auténticas acrobacias, aunque de tanto
forzar los límites del equilibrio, tuvo caídas que aunque no graves, alguna vez
lo dejaron bastante magullado.</span></span><br style="text-align: start;" />
<span style="background: white;"> <span style="text-align: start;">Y así fueron pasando años unido a aquella bicicleta que acabó
siendo para él todo en lo que a transportes ligeros, y desplazamientos a
lugares y a pueblos cercanos se refería, tanto, que fueron cumpliendo años él y
su bicicleta, unidos, inseparables, y ya jubilado, se le ve tan jubiloso en su
BH como aquél lejano día en que siendo niño se la trajeron aquellos dos reyes
tan queridos para él y que, aunque ya desaparecidos lleva siempre en la bicicleta
de su alma.</span><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><p><br /></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-57381692375272244782021-04-01T21:40:00.003+02:002021-04-01T21:40:19.147+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO 2, MARZO<p> Escribe sobre esta foto: José Guerrero</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyl1TS1tOXJKctudajPH548wUwuRqhAUXMhuSiKOuSrX0zxFSgNr1hGcorYeGC38kEuq-yWlbUfB47W4fQY39PBQKBnhebggMReH7wGCa-cgvRZxaAuWdliAjM6rVlVyKGNCkFMItUuqs/s1024/Foto+2+%252C+marzo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyl1TS1tOXJKctudajPH548wUwuRqhAUXMhuSiKOuSrX0zxFSgNr1hGcorYeGC38kEuq-yWlbUfB47W4fQY39PBQKBnhebggMReH7wGCa-cgvRZxaAuWdliAjM6rVlVyKGNCkFMItUuqs/w320-h320/Foto+2+%252C+marzo.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>José Guerrero</b></span></p><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">PEGANDO LA HEBRA<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En una carrera por sacudirse la asfixia pegajosa
por la pandemia ante tantas limitaciones, querían las amigas Eulalia y Leocadia
poner en las alturas el listón de los sentires, los dimes y diretes del barrio por
los azotes de la vida sin frenos a su fantasía, y se sentaron en las
respectivas sillas del patinillo de la casa haciendo un alto en el camino, dejándose
llevar por el instinto de curiosidad buscando un tiempo de evasión que les
arrojase paz, sosiego y armonía en sus maltrechos avatares.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y con las mismas se acomodaron cada una a su
manera soltándose la lengua, cual río desbordado por la crecida, hablando de lo
divino y lo humano, sosteniendo que el mundo al fin y al cabo es un pañuelo, dando
lugar en ocasiones al llamado efecto mariposa en el planeta Tierra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y con no poco desparpajo echaron mano de su alegre
locuacidad y facundia robándose los tiempos parlamentarios en un apresurado aluvión
de emociones e inquietudes jugando con el idioma que les vio nacer a través de vivaces
expresiones en su coloquio (lejos sin duda del célebre coloquio de los perros
cervantino) abundando en las voces utilizadas en el discurrir cotidiano con su encapsulada
estructura configurada a sangre y fuego a través de los siglos pasando de
abuelos a nietos y padres a hijos, pergeñándose una sólida sedimentación lingüística
en los registros, no sólo de los hispanoparlantes de acá sino de allende los
mares, y empezaron a bucear en las aguas de los latiguillos, chascarrillos,
muletillas, aforismos, refranes, dichos, proverbios, adagios, sentencias y
máximas recorriendo el universo idiomático desde Roma a Santiago dando por descontado
que cada término o frase tiene su ego, las connotaciones y preferencias, como
cualquier hijo de vecino, las partes donde más les duele o ilusiona, y no cabe
duda que cada cual lleva el agua a su molino, aunque teniendo siempre presente
que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">donde las dan las toman, y siendo en
innumerables ocasiones de armas tomar, tanto las expresiones como las personas</b>,
sin olvidar que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">las armas las carga el
diablo</i>. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquella mañana lo tenían todo hecho, diciéndose
para sus adentros<i style="mso-bidi-font-style: normal;">, Zamora no se conquistó
en una hora</i>, y de esa guisa se entregaron a la causa ansiosas por saber la una
de la otra y del entorno, poniéndose al día de los últimos aconteceres o rumorología
de la gente, pues hacía un siglo que por distintos motivos no se reunían.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los temas o tópicos a los que se echa mano
en estos casos son siempre los más trillados o rutinarios, la salud de familiares,
hijos, nietos, fallecimientos o separaciones de los más allegados o conocidos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y por fin tuvieron ocasión de llevarlo a
cabo sentándose encima de las horas parando el oleaje del reloj, y se pusieron
manos a la obra disfrutando de lo lindo, contándose las más divertidas o
disparatadas historias de hacía varios lustros, al no verse las caras por los imponderables
de la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y en esas tesituras y quisicosas andaban
inmersas Eulalia y Leocadia haciendo honor al espíritu femenino, desentrañando
todo lo que caía en sus manos, como un acto ancestral innato del ser humano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-En un principio prefiero vivir tranquila, Leo,
sin más, que las penas vienen solas, y para eso me viene a la mente aquello de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">a enemigo que huye, puente de plata</b>, y
no se hable más –dijo Eu.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No sé si con esos términos o troncos se
puede echar una lumbre hermosa, y matar el gusanillo y el frío del alma y el de
marzo, pues ya ves que cuando febrero marcea, marzo febrerea –dijo Leo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Fíjate, hoy el cielo está encapotado, y ¿cómo
se dice el trabalenguas, ah, ¿quién lo desencapotará? el desencapotador que lo
desencapote buen desencapotador será, aunque esto de estar en las nubes no es
lo más acertado, Leo –dijo Eu.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Ahí parece que coincidimos, yo prefiero
hablar de lo nuestro, así por ejemplo ver a mi niña feliz y contenta como unas
castañuelas, y tenga un buen casamiento, aunque se<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>diga que casamiento y mortaja del cielo
baja, aunque eso no me gusta, y que dé con un buen hombre, y tenga la vida
cubierta y segura, que no está el horno para bollos, o piense lo de aquel dicho
ingenuo como el que no hace la cosa, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">contigo
pan y cebolla</b>-dijo Leo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No creas, hoy día en menos que canta un
gallo ocurre cualquier cosa, y lo dicen categóricamente con un repentino, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">me importa un pepino</i>, o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ahí me las den todas</i>, y se quedan tan
panch@s est@s niñ@s de hoy día-dijo Eu.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Yo quiero lo mejor para ella, y parece que
promete, aunque “no es oro todo lo que reluce” en ella –dijo Leo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-También es verdad que nosotras ya hemos
pasado por todas las romerías de la vida, y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">más sabe el diablo por viejo que por diablo</b>, si bien no estamos muy
al corriente de lo que acaece a cada paso con la rebeldía de la juventud, pues ya
sabes que el tiempo vuela, y estamos a años luz de sus antojos y desmarques.
–dijo Eu.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-No sé qué pensarán los posibles lectores
del uso que hacemos del refranero, tal vez piensen que somos de otra época o unas
pedantes, pareciera que estamos resucitando al inmortal Sancho Panza, de todas
formas, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no digas nunca de esta agua no
beberé</i>. –dijo Leo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-¿Sabes una cosa? <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Que no todo el monte es orégano,</b> pues <i style="mso-bidi-font-style: normal;">en todas partes se cuecen habas</i>, y si no que se lo pregunten al
sacristán de la parroquia con la cantidad de secretos que guarda de los
distintos párrocos con el confesionario por medio como testigo, y que han
desfilado por nuestro municipio -dijo Eu.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">-Hay
que tener en cuenta que el machismo impera o el patriarcado en los más variados
matices, juicios y leyes, siendo el pan nuestro de cada día, y eso lo ve un
ciego, hasta el propio Max Estrella valleinclanesco. Pero claro, alguien tenía
que hacerlo dándole cuerpo y vida al lenguaje, marcando los tiempos de la época
y del mismo verbo que se conjugue en cada caso conforme al hablante de turno, encarnándose
en la palabra elegida por el hablante, que hasta en la Biblia se cita con no
poca fe de los creyentes, y no podían tener en cuenta tantas cosas o causas ni
tantos escrúpulos, porque eran otros tiempos bastante duros y opacos, y con un
plato de migas o unos bocadillos de chorizo, chicharrones, morcilla o lomo de
orza iban que chutaban las criaturas por los inciertos caminos de la vida. No
existía este disloque de hoy día, alimentado por l@s nutricionistas para
guardar la línea con un estudio metódico de comidas y sabores, evocando los
mejunjes de antaño, y hoy día con verduras, frutas, infusiones estomacales o hierbas
para puñaladas hepáticas, y relajantes para el sueño o panaceas para el mal de
amores, etc.-dijo Leo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>-Bueno, amiga mía, muchas gracias por darme
esta oportunidad, ah, y luego me explicas el remedio para los amores, y ha sido
muy enriquecedor y grato el encuentro, ¡qué tiempos aquellos! a ver si nos
vemos con más frecuencia, y no olvidemos el dicho clarificador, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">dime de qué presumes y te diré de qué
careces</b>. –respondió ella.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y así
acabó su parlamento, y en cuanto a concreciones y resultados, al parecer como
el rosario de la aurora, algo deslavazado, disertando emocionalmente sobre el
comer y beber de la vida, de lo poco que nos podemos llevar al otro mundo, precisamente
por ello dejemos al menos lo mejor de nosotros mismos, por aquello de la
honrilla familiar, que tanto nos ayuda sobre todo en estos días negros de la
existencia, que vivimos vendidos ante la incertidumbre sanitaria por los
furibundos estragos de los innombrables virus que ni se ven ni se oyen, pero
matan como el veneno en un plis plas, y pasean disfrazados con guantes,
pajarita, sombrero, un habano en la boca y un clavel en el ojal, y para realizar
la gesta vuelan como espíritus con el perfil de una mosca muerta. <o:p></o:p></span></p><br /><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-17328640570406641112021-04-01T21:36:00.011+02:002021-04-01T23:16:36.899+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR. FOTO 1, MARZO<p><span style="color: red; font-size: medium;"> Escriben sobre esta foto: Juanita Viruega, Marcos Marín, Antonio Vera y Lucía Muñoz</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzAhylArluoIH3oVnmvILCvpL52KS6oHLXrZlt-gkCpfa7RGBx-2mvVceJExXhvMDs6qHqln_oX8YBwu4ajeU5jMPnECRSpJMqk4vpYDKRM-subq4k91ntLPG4RVQIOFiosxOhC7Sl6Vg/s1280/Foto+1%252C+marzo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="930" data-original-width="1280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzAhylArluoIH3oVnmvILCvpL52KS6oHLXrZlt-gkCpfa7RGBx-2mvVceJExXhvMDs6qHqln_oX8YBwu4ajeU5jMPnECRSpJMqk4vpYDKRM-subq4k91ntLPG4RVQIOFiosxOhC7Sl6Vg/s320/Foto+1%252C+marzo.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="color: red; font-size: medium;"><br /></span><p></p><p><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>Juanita Viruega</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Era un almendro frondoso y bonito, sus ramas daban
sombra a casi todo el porche, en las mismas anidaban los verderones que con sus
trinos alegraban las primaveras y los veranos y el aroma de sus flores en
primavera hacía agradable su cercanía, cuando circulaba el viento sus ramas
producía un sonido arrullador como queriendo proteger a los que con tanto
cariño cobijaba...pero era viejo ya...</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Tenía casi cuarenta años y cualquier
día, alguna de sus viejas ramas podía caer encima del tejado y con su peso
romper algo y ocasionar gastos desagradables e inesperados. Yo le tenía cariño
y también, no se porqué, respeto, quizá por su bella estampa o quizá por eso,
por viejo, por su veteranía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Fue plantado cuando se construyó la
casa para pasar los veranos en Lanjarón, lindo y acogedor pueblo de las
Alpujarras granadinas, fresco como el que más en las noches de verano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Un día, se decidió cortarlo, matarlo sin
compasión. Ya se olvidaron los niños, jugando alrededor de su tronco, niños que
ya son hombres y mujeres que trajeron otros niños y niñas a jugar los
mismos juegos bajo la misma sombra. ¡Cuántas tardes de meriendas, cuántas cenas
al fresco, con el aroma de todas las flores, envolviéndonos suavemente!
¡Cuántas confidencias y secretos se revelaron bajo su silencio! Pero era viejo,
molestaba, podía ocasionar gastos, como nosotros los viejos humanos. Lo que
molesta, se elimina.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El hacha criminal comenzó a golpear y
tardó en tumbarlo. Era viejo, sí, pero fuerte, de buena cepa, almendro de la
tierra. Los golpes del verdugo eran vigorosos y al final cayó con su cargamento
de nidos todavía llenos de huevos y algún que otro verderón y con sus ramas
llenos de recuerdos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ya en el suelo, el último hachazo y el
más certero, partió un corazón grabado hace tiempo en su tronco, cuando ambos,
dueño y árbol, llenos de ilusiones, rompió un corazón atravesado por una flecha
sangrante con los nombres de Pepe y Nieves, jurando amor eterno y que el viejo
almendro fue el depositario de esa promesa. Juramento que se fue con el último
hachazo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">¡Lástima que ese juramento no incluía al
que tanto tiempo fue testigo de ese amor!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Ahora en su lugar, hay flores, arbustos,
sin jerarquía, del montón pero eso sí, ¡JÓVENES!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #222222; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Espero que nadie marque sus troncos con
promesas amorosas que ahora son tan difíciles de cumplir y que otra hacha
criminal destroce una ilusión y una vida por el terrible delito de ser viejo.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-size: large;"><b><span style="color: #351c75;"> </span><span style="color: #ff00fe;"> ****************</span></b></span></p><p><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>Marcos Marín</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">El
dia se</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">abrió</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">al
sol de la</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> mañana</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">que
una</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> luz cálida</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">en
el aire</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> dejo</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">El
monte se</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;">vistió</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">de</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> verde hierva</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">de
rosa flor se vio,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">llego
la primavera.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">La
vida</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> otra vez renació</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">las</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> abundancias llegaron</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">pastos
frescos</span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES;"> brotaron</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p>
<span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: CA; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">los que el pollino</span><span lang="CA" style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">pació</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><span style="color: #ff00fe;">***************************</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 107%;"><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>Antonio Vera</b></span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">La primavera,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">por fin la la primavera,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">por fin el almendro luce </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">su flor como él desea,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">por fin encuentra el burrito</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">su tan deseada hierba.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">por fin el campo se viste</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">de verde, de primavera.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">La primavera,</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">ya llegó la primavera.</span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><span style="color: #ff00fe;">*************************</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 107%;"><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>Luci Muñoz</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Charo ha vuelto de
vacaciones de Semana Santa a su pueblo de nacimiento para pasar una semana
junto a sus abuelos maternos. Ha tenido un año muy duro en el hospital debido a
la pandemia del Coronavirus. Tanto trabajo y estrés la ha mermado anímica y
psicológicamente. Tras dormir de un tirón toda la noche, cosa que no hacía
desde hace más de un año, desayuna con una buena rebanada de pan casero, hecho
por su abuela en horno de leña, al que le ha rociado una buena ración de aceite
de oliva de las aceitunas de los olivos que su abuelo labra aún a sus ochenta y
tres años. Su abuela le sirve un vaso de leche con manzanilla, cosa que sólo
toma cuando está con ellos. En el hospital lo que desayuna es un café bien
cargado y unos donuts o un bollo dulce de la cafetería. Ese pan tostado con olor a leña y aceituna
machacada, le sabe a gloria, y en agradecimiento, le da dos besos y un gran abrazo
a su abuela. Lo hace con la seguridad de haberse vacunado del Covid, ella y sus
abuelos. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-¡Cómo os he echado de
menos, abuela!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Y nosotros a ti,
cariño. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-El abuelo, ¿Dónde
está?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-¡Dónde va a ser, hija!
Afanado en el campo. Es que no para este hombre. Cualquier día temo que me
llame algún vecino del campo comunicándome que tu abuelo se ha caído o algo
peor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Abuela, mejor que le
pase lo que sea en el campo que no en mitad de una ciudad donde nadie conoce a
nadie. Qué se caiga en el frío asfalto o
que lo arroye un coche al cruzar un semáforo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Tienes razón cariño.
Pero me tiene siempre con el alma en un vilo. Cuando dan las tres y no aparece
para almorzar, comienzo a pensar cosas malas y me pongo de los nervios, y ya
sabes que tengo la tensión alta y no me vienen bien que me altere, pero tu
abuelo parece que lo hace a cosa hecha. Llega tan feliz canturreando un
fandango, y yo de la tensión acumulada, comienzo a gritarle y entonces
discutimos, así cada día…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Bueno, así tenéis estáis
distraídos cada día – le dice Charo dándole un sonoro beso en la frente
arrugada de su abuela. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-¿No vas a dar una
vueltecita por el pueblo?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Sí, abuela. Pero
primero voy al huerto a saludar a Perico. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Anda, ve. Seguro que
se alegra de verte. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Charo sale de casa de
sus abuelos, con la mascarilla puesta, y girando hacia la derecha se encuentra con
un campo donde ella tanto ha jugado de pequeña con sus primos y amistades. Le
parece como de ensueño. La tierra tiene una pequeña manta de verdor de hierba y
amarillo de las florecillas, y en medio de todo, tranquilo y feliz, un burrito
desayuna hierba fresca junto a dos viejos almendros cuyas ramas están cuajadas
de preciosas flores blancas. Charo se quita la mascarilla, y el burrito levanta su cabezota, mira hacia ella y
le muestra sus dientes grandotes y blancos; rebuzna y da unos pasos para
acercarse a ella, que le acaricia el lomo de suave pelo gris. Siente en su mano
su calidez y el latido agitado de su corazón, su respiración fuerte. Lo abraza por el cuello y le da un beso. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">-Hola, Perico. ¿Me has
echado de menos? – Y el burrito, mueve su cabezota de arriba abajo, y luego a
ambos lados. <o:p></o:p></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Unas lágrimas afloran
en los ojos de Charo. Camina unos pasos seguida por Perico, y se acerca a unos
de los árboles. Aquellos almendros ella
los ha conocido desde que vino al mundo y ahí siguen, renaciendo cada
primavera. Han envejecido junto a sus abuelos, en cambio sus abuelos están cada
día más mayores, y algún día ya no estarán en este mundo y los almendros ahí seguirán,
esperándola a ella, recordándole lo frágil que es la vida, y que hay que
intentar hacer como ellos, renacer cada primavera siendo mejores personas,
sobre todo con nosotros mismos. <o:p></o:p></span></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: ES; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p><br /></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-38600564104588731502021-04-01T21:26:00.001+02:002021-04-01T21:26:12.409+02:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FOTO 1 Y 2, MARZO<p><span style="color: red; font-size: medium;"> Escriben sobre las fotos 1 y 2: Paquita Díez y Paco López</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcEIMQTKHi6n7-D0GvZjblmffa32omI9bBNdm19bW_Ph1wfsb_uDAvvaF80pfGORztw3UD1IZgt_1B9FaVeAWs1BB6bwXem3ncSJXV8ySF2P2vXuhRAcMA6UW0DZBjr52rk38D7asOIgI/s1280/Foto+1%252C+marzo.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="930" data-original-width="1280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcEIMQTKHi6n7-D0GvZjblmffa32omI9bBNdm19bW_Ph1wfsb_uDAvvaF80pfGORztw3UD1IZgt_1B9FaVeAWs1BB6bwXem3ncSJXV8ySF2P2vXuhRAcMA6UW0DZBjr52rk38D7asOIgI/s320/Foto+1%252C+marzo.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFL47GxkkvntdVg2-4FJSOi3x5ctct8beAxT7-Rxy4D_GEbKekCCO8n-d73wX3aPJEI2b8v4vOa8ynUPhPt9IR9xYLBSF6aKUGceyFrD_CQZ7kan6JBMpf396_N4T2cXpJAdj1m03rdjk/s1024/Foto+2+%252C+marzo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="264" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFL47GxkkvntdVg2-4FJSOi3x5ctct8beAxT7-Rxy4D_GEbKekCCO8n-d73wX3aPJEI2b8v4vOa8ynUPhPt9IR9xYLBSF6aKUGceyFrD_CQZ7kan6JBMpf396_N4T2cXpJAdj1m03rdjk/w320-h264/Foto+2+%252C+marzo.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b>Paquita Díez</b></span></p><p></p><p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm;"><span style="font-size: 12.0pt; font-weight: normal; line-height: 150%;">Llegó la temporada
de las flores: la primavera-, comentó Filomena -¿recuerdas cuando éramos
jovencitas e íbamos a coger flores al campo para tirárselas a D. Segismundo, el
cura, cuando el día del Corpus Christi<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>íba cantando bajo palio, con el cáliz en la mano, y salíamos en
procesión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por la carretera, la única
calle que tenia el pueblo, cumpliendo la<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>tradición de todos los años y los cabreos que cogía cuando le tirábamos las
flores y más de una vez se le metían en la boca? ¿Lo recuerdas?-. Gertrudis con
cara de nostalgia contestó, -Ya lo creo que lo recuerdo, y cómo nos reíamos y
más que se cabreaba de vernos reír-. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm;"><span style="font-size: 12.0pt; font-weight: normal; line-height: 150%;">Filomena y
Gertrudis eran dos mujeres, ya mayores, que aprovechaban el atardecer sentadas
en las puertas de sus casas repasando los recuerdos de sus vidas y así animarse
mutuamente a sobrellevar el paso de los años.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm;"><span style="font-size: 12.0pt; font-weight: normal; line-height: 150%;">Las dos eran
viudas y sus hijos habían volado a otros lugares haciéndolas sentir su ausencia
pero su cita para pasar el rato<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y
contarse los chismorreos del día no fallaba. Era para ellas como un mantra. Yo,
casi todos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los días, pasaba por la calle
y cuando llegaba a su altura me llamaban para contarme historias que les habían
ocurrido en sus tiempos pasados. Me parecía divertido y a veces reíamos tan
fuerte que nos asustábamos a nosotras mismas. Yo tenía una huerta con árboles
frutales y plantas silvestres que cada año en primavera me regalaban el placer
de ver como brotaban sus hojas, y más tarde sus flores, impregnando el ambiente
con su aroma primaveral. Cuando yo iba a la huerta, casi siempre al volver en
esta estación de las flores, las traía un ramito para cada una que hacía que se
emocionasen y cada una recordaba su pasado. Filomena recordaba cuando su marido
le regalaba todos los años flores por su cumpleaños. Gertrudis en cambio
recordaba a su amante retozando por el campo entre los arbustos y el costalazo
que les había propinado un burro al intentar montarse en él, pues éste levantó
las patas traseras y los tiró al suelo dejándolos malheridos. Gertrudis reía y
reía sin parar diciendo, -sí, pero ¡y lo bien que lo pasamos. Que me quiten lo
bailado!- A veces sus caras cambiaban de semblante y asomaba la nostalgia
llegando incluso a caer alguna lágrima. -¡Que envidia nos das¡-,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>me decían con frecuencia -¡Quién fuera joven
como tú!- A mí me daba pena y las recordaba que ellas, también habían sido
jóvenes y tenían la ventaja de poder contar más historias que yo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><u><o:p></o:p></u></span></p><p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm; text-align: center;"><span style="font-size: 12.0pt; font-weight: normal; line-height: 150%;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="color: #38761d;">********************</span></span></span></p><p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-weight: normal; line-height: 150%;"><span style="color: #351c75; font-size: large;">Paco López</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Casi imposible
poder relacionar ambas fotos, pero vamos a intentarlo.<o:p></o:p></p><span style="color: #351c75; font-size: large;"><b></b></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Assunpta ha
vivido lo suficiente como para poder comentar a su vecina Agripina, mucho más
joven que ella, cómo conoció a su marido Doroteo, muerto ya hace la pila de
años. <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Todas las tardes,
a eso de las ocho en verano, y a eso de las cuatro en invierno, Assumpta y
Agripina cogen sus respectivas sillas y las colocan, unas veces delante de la
puerta de la casa de Assumpta y otras veces delante de la puerta de la casa de
Agripina. Y allí, bien sentadas cada una en su silla parlotean sin cesar a lo
largo de las dos horas que permanecen juntas.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Assumta utiliza
una silla que heredó de su marido, que era director de cine. Ya está borrado,
pero en el respaldo de la silla figuraba el nombre de aquel hombre. “Doroteo”,
se podía leer en la silla desde que uno entraba en el patio del estudio
cinematográfico dónde trabajaba.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">La silla de
Agripina es más modesta. Se puede encontrar en cualquier tienda de IKEA por
18,75€.<o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Tras un rato de
conversación, Assumpta increpó a Agripina al intuir que ésta no la estaba entendiendo -¡No, no, no!
Agripina. Me has entendido mal. El burro que aparece en la foto no es Doroteo,
es el burro de mi marido. ¡Pobrecillo, qué final tuvo. ¡Qué no Agripina, que el
burro murió de viejo en el Hospital y mi marido murió en una de sus películas.
Él había escrito el guión, dónde decía que todo debía de ser muy real. Por
tanto, las balas eran de verdad. Al salir del saloon antes de tiempo lo
acribillaron. Nada se pudo hacer. Sí, sí, el burro murió después que Doroteo,
seguramente de pena, aunque como te decía, los médicos dijeron que fue de
vejez. Por eso conservo la foto del pobre burro pastando en ese precioso bosque
al que voy todos los días. Comprenderás que hay una razón. En efecto, lo
acertaste. Sus restos descansan junto al árbol de la izquierda. No, no. A
Doroteo lo incineramos. Me dije, y para que quiero conservarlo entero. Sus
cenizas las subasté, y quieres creer que saqué un buen dinero por ellas.
Últimamente se ha puesto de moda utilizarlas de elemento móvil en los relojes
de arena. Bueno rica, ya está bien. ¿No te perece? Seguimos mañana.- <o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">¡Pero bueno!,
protestó Agripina, -¿No ibas a contarme como conociste a Doroteo?- <o:p></o:p></p><p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; margin-right: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">-Mañana,
mañana-, añadió Assumpta, arreando con su silla a cuestas. <o:p></o:p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-89826925010256210682021-03-02T20:17:00.008+01:002021-03-03T20:34:17.073+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FEBRERO, FOTO 2<p><span style="color: red; font-size: medium;"> Escriben sobre la fotografía: Marcos Marín, Vicky Fernández y Antonio Vera</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtYU3DJXFsYuX6MEQ0amSlZnGt7LMAHGqr2zKs2-vcTJNvZiSdCUFbupWmUlk7bRmGJczY2MLUPsQvdWRY-lwZb-cg97OcFM5bzPDn-pEYhF0pMERjneYhkjPVidL2k4eMf2pPRkRhhQU/s1024/foto+2+febrero.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="941" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtYU3DJXFsYuX6MEQ0amSlZnGt7LMAHGqr2zKs2-vcTJNvZiSdCUFbupWmUlk7bRmGJczY2MLUPsQvdWRY-lwZb-cg97OcFM5bzPDn-pEYhF0pMERjneYhkjPVidL2k4eMf2pPRkRhhQU/s320/foto+2+febrero.JPG" /></a></div><div><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: large; line-height: 24px;"><b>Marcos Marín</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">Van por el callejón subiendo, </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">hechos de peldaños los peldaños.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">Al compás, sus pasos andando,</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">entre pidistras y helechos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">De las serranías, pueblos, </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">de Andalucía son.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">Limpios y blancos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">De Andalucía son.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">Sin rumbo, dando rodeos.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">A donde los lleve el viento.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">En encrucijadas y caminos.</span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe;"></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 24px;">Mientras el sol de aliento.</span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe;"><br /></span></span></p><p style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe;">********************</span></span></p><p style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>Vicky Fernández</b></span></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 14pt; line-height: 150%;">AMOR ETERNO<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Caminan cogidos de las manos por las solitarias
y empinadas calles como si fueran los únicos habitantes del pueblo y del
planeta. Se embelesan con la frondosidad de las plantas que adornan las
empedradas y escalonadas calles. El verdor de las aspidistras, helechos y
enredaderas que trepan por las enrejadas ventanas, contrastan con la blancura
de las encaladas paredes. Solo sus pasos decididos irrumpen el silencio de la
calle. Los habitantes les han cedido este bello entorno para su reconciliación,
última oportunidad que se han dado para recomponer, a ser posible, el amor que
un día se profesaron. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Andrés y Berta sintieron una gran atracción y enamoramiento
desde el primer día que se conocieron en la universidad. Se les podía ver
juntos a todas las horas del día y de la noche, hasta se aislaron de los amigos
y compañeros porque deseaban permanecer solos. Como cualquier enamorado no se
veían defectos y se prometieron amor eterno. A los pocos meses decidieron
convivir y alquilaron un apartamento cerca del campus universitario, querían
compartirlo todo y ser dos en uno, su pasión era inacabable. No se sabe
exactamente en qué momento o circunstancia aquel éxtasis cesó; se filtró entre
ambos la monotonía y la rutina diaria y comenzaron los reproches y las culpabilidades.
Tras cinco años de compartir sus vidas, de ser el uno para el otro, se
cuestionaron su futuro en común y aceptaron que los dos tenían sus defectos y
virtudes y que necesitaban decidir si proyectaban continuar su relación en el
futuro y se comprometían a dar un paso más, tener hijos y formar su propia
familia.<o:p></o:p></span></p><p style="text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="line-height: 107%;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Eligieron pasar unos días en este precioso pueblo serrano, el decorado perfecto para decidir durante una
semana si era viable recomponer su amor eterno.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #ff00fe; font-size: 12pt; line-height: 150%;">************************</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: medium; line-height: 150%;"><b>Antonio Vera</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="background: white; color: #222222; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">Han preparado el viaje con la ilusión y el mimo
de su fresco amor. Tras varias horas de tren y un corto trayecto en autobús,
han llegado a la ciudad soñada, han acomodado sus cosas en el lindo hotelito y
se han apresurado a conocer el barrio morisco, por el que suben despacio,
aspirando la magia de cada rincón, el perfume de las macetas, el aroma del
amor. Y se adentran poco a poco, saboreando cada paso, en el maravilloso e
intrincado barrio. No saben que se perderán en el dédalo de sus preciosas
callejas, que no acertarán a salir de ellas, que lo tomarán primero a risa, con
nerviosismo después, y que tendrán que recurrir a un vecino para que los
oriente primero y los saque del laberinto después. Pero todo ello es sólo una
graciosa anécdota más de su primera tarde en tan hermoso lugar. El argumento
central de su viaje es un fin de semana de amor, belleza y libertad.</span><span style="font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 24px; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 14.2pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></p><p><span style="color: red; font-size: large;"><br /></span></p></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-27742657718433677792021-03-02T19:45:00.004+01:002021-03-02T20:19:13.738+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FEBRERO, FOTO 1<p><span style="font-size: large;"><span> <span style="color: red;">Escribe sobre esta fotografía: Lucía Muñoz, José Guerrero</span></span><span style="color: red;">, Paquita Díez, Vicky Fernández y Haydée Acosta</span></span></p><p><span style="font-size: large;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcKmTClzHI6rk5Q6MHjG6rGRSvXLq2Le5mOibR5dlwyoRXz6VYPlLwtljEujHSNm0O7-4HHOg1_KeTMXiDs87DRDk31ox0z3RLfnag6DSy9t5CpXgbtKA9c9N-fZzhidKBcYbanyjoaOw/s782/foto+1+febrero.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="782" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcKmTClzHI6rk5Q6MHjG6rGRSvXLq2Le5mOibR5dlwyoRXz6VYPlLwtljEujHSNm0O7-4HHOg1_KeTMXiDs87DRDk31ox0z3RLfnag6DSy9t5CpXgbtKA9c9N-fZzhidKBcYbanyjoaOw/s320/foto+1+febrero.JPG" /></a></span></div><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>Lucía Muñoz</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Alejo se rascó la lustrosa
calva pues no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, el bar de Mauro
totalmente vacío. Las mesas y sillas limpias y bien alineadas y recogidas, la
barra vacía, sin la presencia gruesa de Mauro, ni los parroquianos de cada día
sentados en taburetes hablando a voces, unas voces que llenaban ellas solas el
local. Ni tan siquiera olía a ese aroma característico de fritanga mezclado con
el agriodulce del vino o los licores, el de los zapatos o pies; sudores y
colonias baratas.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Miró su viejo reloj de
cuerda con esfera dorada, las 6 menos cinco minutos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquí había gato encerrado, pensó Alejo, o me
están gastando una broma los colegas de la partida del cinquillo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Admiró el local, le pareció
más amplio. En verdad nunca lo había visto tan limpio y con ese olor a
fregasuelos de pino, como el que usaba su mujer. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Quiso dar un paso dentro del
local y de pronto alguien le sujetó por un hombro.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-¿Qué pasa? – preguntó
dándose la vuelta. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">- Es que no te has enterado
que hay toque de queda – le dijo Mauro, con el mandil blanco lleno de toda
clase de manchas de no se sabía que origen. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-¡Lo que nos faltaba! ¡Esto
es una dictadura!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-Qué dictadura ni leches,
Alejo. ¿En qué mundo vives? ¿Es que no ves las noticias?<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Que estamos en la tercera ola y los
carcamales como tú están cayendo como chinches. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-Oye, más respeto, que yo no
soy ningún carcamal – y acompañó sus palabras agarrándose el cinturón negro y
subiéndose los pantalones exageradamente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-Ten cuidado no te los subas
tanto que te van a servir de mascarilla.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Ambos se ríen a carcajadas,
tan fuertes que resuenan en toda la calle vacía en esos momentos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-Alejo, ya sé que es una
putada, pero no puedo servirte nada.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Qué
más quisiera yo. Tengo que echar el cierre, son las nuevas normas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">-Pues ya sabes dónde me meto
yo las nuevas normas, y se pasó la mano por la bragueta del pantalón gris. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Mauro, sonriendo, apagó las
luces y echó el cierre al bar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Alejo se
despidió fastidiado con las manos en los bolsillos y maldiciendo, sabiendo que tenía
que volver a casa con el mal gusto de no haber podido jugar su partida de
cinquillo, cosa que era sagrada para él desde que cumplió los treinta años. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center; text-indent: 35.4pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #ff00fe;">*************************</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>José Guerrero</b></span></span></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">PRUEBA DEL ALGODÓN<o:p></o:p></span></b></p><span style="font-size: medium;"></span><p></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Es sabido que siempre se rompe la soga por
lo más delgado, y la excepción confirma la regla. Fue lo que acaeció en el
affaire que nos ocupa, por ello no se puede vender la piel del oso antes de
cazarlo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> El trajín cotidiano delata los roces de los
zapatos pateando las calles o frías baldosas de las aceras retratando los impulsos
interiores, que al unísono se van descargando o transformando.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> La mente humana cifra a veces los
procedimientos y obsesiones en lo primero que se le viene a la boca, exhalando sentencias
como si de la Biblia se tratara.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Virtu en su pubertad tuvo no pocos
escrúpulos, y con el trascurso del tiempo no se le abría una ventana en su vida
por donde evadirse o recibir luz, algún rayo de esperanza que echase por tierra
los sinsabores o la fuerte atracción que sentía por los fulgores del espíritu, tal
vez porque su ambiente familiar era tan hermético y angosto que no le dejaba expansionarse,
vivir a su aire.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Con el paso de los años no hallaba una salida
a su oscuro estado de ánimo, y ante tanta incertidumbre y desánimo, si bien lo llevaba
con no poco sigilo, se dijo para sus adentros, <i>ya lo tengo, me meto a monja y me libero</i>, y de esa guisa conseguiré
un esposo como Dios manda para toda la eternidad, no teniendo que mendigar en
los mercadillos fiesteros de invierno o en chollos verbeneros a bajo precio en la
intemperie dando unos pasos inciertos o anodinos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Como dice el proverbio, <i>del dicho al hecho hay un gran techo</i>, por lo que no las tenía todas
consigo generado a la sazón por las rarezas que le acechaban, unas extrañas limitaciones
que le impedían volar libremente a su antojo, como era el mal olor del aliento
o los inoportunos ataques de asma que le rompían el ritmo de vida, y la dejaban
de pronto en el dique seco, obligada a llevar una vida constreñida y con
bastante sacrificio.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Para sacudirse la pusilanimidad o sopor que
la embargaba se fue una noche con un@s amig@s a las fiestas del pueblo vecino
con idea de soltarse el pelo y divertirse como nunca había hecho, y al regresar
caminando por la carretera de madrugada llegó un coche que paró de repente a su
altura y con la rapidez del rayo se bajaron dos individuos amordazándola, toda
vez que se hallaba un tanto alejada del grupo por molestias de sus zapatos
introduciéndola en el maletero del vehículo, y con las mismas desaparecieron como
si de un platillo volante se tratase.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Y al cabo del tiempo no se sabía nada de su
paradero, y el día de San Valentín a los primeros rayos de sol asomaba acompañada
de un galán como en un desfile de modelos por la pasarela, tan radiante y
hermosa que no la reconocían ni los más allegados. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Su trabajo le costó engatusar con sus
ardides a un vigilante del secuestro para que la llevase a la fiesta prometiéndole
por lo que ella más quería en este mundo que estaba locamente enamorada de él,
volviendo luego al zulo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Un tiempo después llevando con nervios de
acero y mucha inteligencia su incierto secuestro, que se le hacía eterno, ideó
una fuga, pergeñándola cuando el guardián se había dormido, y con las mismas
pilló las de Villadiego presentándose en el pueblo acabando felizmente el
calvario, verificándose el dicho popular, <i>nunca
es tarde si la dicha es buena. <o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Mas Virtu por su espíritu aventurero y
travieso no cesaba en sus anhelos de saber y conocer mundos, personas, culturas,
y merodeaba por los más inverosímiles resquicios degustando caricias, licores, ambientes,
privilegiadas recepciones que se le ponían por delante, y no se conformaba con cualquier
cosa, cayendo más pronto que tarde en la desesperanza y cansino hastío,
mostrando el lado más lastimero en galopante depresión y una penosa ansiedad, y
a fin de encontrar sosiego y aplomo en el alma acudía con frecuencia a la
parroquia apuntándose a cursillos que proliferaban por tales fechas en la comarca
debido al incesante incremento de pobres que iban engrosando las filas del paro
y el hambre por mor de una inmisericorde pandemia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Finalmente quiso darle sentido a su vida, y
liándose la manta a la cabeza tomó los hábitos haciendo votos de pobreza,
castidad y obediencia, aterrizando en la vida espiritual del convento como una
estrella que viniese con la estatuilla del óscar en la mano. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Las monjas la recibieron con los brazos
abiertos, irrigándola de innumerables parabienes y regocijos, sintiéndose sumamente
satisfechas y felices. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Sin embargo, no era oro todo lo que relucía,
ya que en las horas más tontas de los rezos se venía abajo al penetrar por su
pecho un aire rebelde y fresco del mundanal ruido que le hablaba al oído
voluptuoso e inquieto, y para acallarlo se sentía impulsada a acercase a la
capilla a hacer penitencia rezando rosarios encadenados, con objeto de atemperar
el fogoso fuego de las tentaciones.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Y en esa pugna y tortuoso caminar
transcurría el tiempo, y como no hay mal que por bien no venga ni enfermedad que
cien años dure, cierto día tuvo que acudir a urgencias por un golpe de asma, siendo
hospitalizada por prescripción facultativa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> El médico
de guardia era una persona afable y tierna cayéndole en gracia a Virtu, y a
media mañana, cuando le dieron el alta para regresar al convento de clausura
sufrió un nuevo desvanecimiento, hasta el punto de necesitar el recurso de boca
a boca, y cuál no fue el milagro que se produjo cuando una vez recuperada de
los síntomas que la atormentaban se quedó prendada del médico, no queriendo
despegarse de él y menos aún volver al convento. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Al cabo de un lapso de tiempo la madre
superiora toda preocupada y molesta por la tardanza telefoneó al centro médico
preguntando por Virtu, pero ella no quería saber nada, y entre los aspavientos
que exhalaba y unas cosas y otras <b>con la
bata de enfermería </b>que llevaba se enganchó al galeno y ambos, como el que
no hace la cosa, atravesaron el umbral del hospital y echaron a volar cogidos
de la mano mirándose a los ojos, mostrando una envidiable y efusiva felicidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Ante el exasperado nerviosismo de la
Comunidad por la ausencia de Virtu, llamaron a la guardia civil por si había
sido víctima de algún atropello o secuestro, como suele ocurrir en esos casos cuando
alguien no da señales de vida, pero el algodón no engaña, y sus labios rojos aparecían
esculpidos en los del doctor. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> La prueba del algodón lo rubricó con dulzura,
al pasar por el corazón de carmín que había dibujado en la mejilla.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="color: #ff00fe;">*******************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>Paquita Díez</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Sí, era una noticia bomba. Los
periodistas de la TV daban la noticia de que se estaba extendiendo por todo el
mundo una enfermedad desconocida hasta el momento. La OMS y los gobiernos
escuchaban también esta noticia sin saber de dónde procedía y si era veraz,
presintiendo que esta información de ser cierta provocaría un caos a nivel
mundial que obligaría a recabar mas información a las altas esferas de la
sanidad y gobiernos para tener mas seguridad y ponerse a trabajar casi a
ciegas. La noticia corría como la pólvora de cómo la gente comenzaba a sentir
síntomas totalmente desconocidos y a los pocos días morían. Las instituciones
sanitarias presas de pánico recomendaban a la población no salir de casa hasta
que no se pudiese investigar de que enfermedad se trataba. Recluidos todas y
todos en sus casas no se atrevían ni a asomarse por las ventanas. Julia y Mario
que vivían en el campo totalmente aislados libres de TV, móviles ni teléfono
decidieron ir al pueblo más cercano a hacer unas compras. Cuando llegaron al
lugar se encontraron un pueblo fantasma donde las calles estaban desiertas, los
establecimientos cerrados a cal y canto y el silencio cortaba el aire.
Desconcertados recorrieron las calles con la esperanza de encontrar a alguien
que los pudiera contar el porqué de aquella situación. A una señora mayor que
paseaba a su perrito la preguntaron y ésta sin titubear los contestó que el
cura, desde el púlpito mientras decía la misa, les había dicho que se fueran a
sus casas y que no saliesen, porque si no lo hacían iban a morir, pero como a
mí no me importa morir pues no le he hecho caso. Julia y Mario despavoridos se
marcharon a su casa de campo hasta que la plaga los invadió también. Pero,
¿quién quedó para contarlo? Yo el narrador.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: #ff00fe;">*******************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>Vicky Fernández</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><b>RESTAURANTE
EL ASTADO</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> En el restaurante taurino <i>El
Astado</i> todo quedó limpio y desinfectado, dispuesto para su inauguración y
para prestar servicio a una clientela taurófila. El olor a fritanga y a cerveza
de barril aún no se había impregnado en las paredes y cortinas. El local olía a
lejía y a aerosoles desinfectantes que amenazaban dejar las pituitarias inodoras
y paralizadas por algún tiempo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> El mobiliario era sencillo y nada pretencioso;
mesas para los comensales con patas de hierro fundido y encimera de mármol
blanco, sillas de madera de abedul negras y rejillas de ratán, una gran barra
inmaculada de bar de acero inoxidable, las lámparas y apliques de tulipas
blancas y suelos impolutos de losetas de cerámica.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> El dueño quería que su afición
taurina quedara impresa en la decoración de su nuevo restaurante, que con tanta
ilusión había inagurado. Las paredes se atiborraban con cuadros de tauromaquia y
también estaban decoradas con carteles de antiguas corridas de toros bravos en
famosas plazas como: Jerez, la Maestranza de Sevilla, Madrid, etc. Estos anunciaban
a los héroes de la arena que vestían costosos trajes de luces. Toreros
legendarios como: Paco Camino, Paquirri, Manolete, Antonio Ordóñez, Gitanillo
de Triana y todo el elenco de toreros, rejoneadores, banderilleros, matadores y
torturadores de toros de las más famosas casas de criaderos de astados bravíos
que pastaban pacíficamente en las dehesas de encinares y alcornocales y que eran
conducidos a los cosos taurinos de pueblos y ciudades para celebrar sus fiestas
y ferias.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> <span style="color: #ff00fe;"> ******************* </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 150%;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><b>Haydée Acosta </b></span><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"> </span><span style="font-size: 12pt;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 12pt;"> </span></span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">EL</span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">AYER</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">La
vieja cafetería duerme, en la penumbra aún tibia de los recuerdos.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Tras
sus puertas cerradas yo alcanzo a oír los murmullos de charlas distendidas, de
animadas conversaciones entre amigos, poniendo al mundo del revés y del derecho
tantas veces como fuera necesario replantear la historia, el futuro, la vida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Esas
sillas vacías, esas mesas pulidas con entusiasmo por la fuerza de la
comunicación en repetidos diálogos de complicidad codo con codo, son los testigos
vanos de una filosofía ahogada en el silencio. Añoradas charlas de café que
ronronean como un gato mimoso desde un rincón del alma.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="line-height: 150%;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">Sólo
los cuadros revistiendo incólumes las paredes, acarician un poco a la sufrida
nostalgia. Fotografías, carteles, se mantienen abrazados en el contexto de la
memoria, aguardando tal vez que un nuevo día, los despierte con luz del letargo
del olvido.</span><span style="font-size: 12pt;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: #ff00fe;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: white;">Vic</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: white;">Vicky</span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="color: #ff00fe;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="line-height: 150%;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b><br /></b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-26021747714948018792021-03-02T19:28:00.001+01:002021-03-02T19:28:40.756+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, FEBRERO, FOTO 1 Y 2<p><span style="color: red; font-size: medium;"> Escribe sobre estas dos fotografías: Paco López</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPvd1aQKav70j3bMHuMs9VBhDT9PE0iNAGEds6a6PdITKSYFKdioYMeWvXa11jXogo_AM6x1EB8QxKNv5Oe2d1zYQo1WRA0AtJlwyw1BDOzsedXNs7XDhdImBk-LcY6dqPl4oIujSq2Wg/s782/foto+1+febrero.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="782" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPvd1aQKav70j3bMHuMs9VBhDT9PE0iNAGEds6a6PdITKSYFKdioYMeWvXa11jXogo_AM6x1EB8QxKNv5Oe2d1zYQo1WRA0AtJlwyw1BDOzsedXNs7XDhdImBk-LcY6dqPl4oIujSq2Wg/s320/foto+1+febrero.JPG" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgapqdobd6DiL5Zt9unsBvNY2ZMP-jsIReuyIz4scE_SvAnSoeTEnz8JrPJKZte3Do-il8On1xCplDXF7ojx77MtVE6pxv1XUeDRQl_3bgGnoQphdr8yUUtjvG8DEwxQckkKvvvdgaKOFE/s1024/foto+2+febrero.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="941" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgapqdobd6DiL5Zt9unsBvNY2ZMP-jsIReuyIz4scE_SvAnSoeTEnz8JrPJKZte3Do-il8On1xCplDXF7ojx77MtVE6pxv1XUeDRQl_3bgGnoQphdr8yUUtjvG8DEwxQckkKvvvdgaKOFE/s320/foto+2+febrero.JPG" /></a></div><span style="color: #2b00fe; font-size: large;">Paco López</span><br /><p></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">¿Os imagináis la cifra que alcanzaría la suma de los años
de los presentes en este bar a las 5 de la tarde de cualquier día del año 1923?
Seguramente sería muy alta. Y muy doctos, los portantes. Entregados a sus
disquisiciones sobre si con g ó con j, en la palabra ma(g ó j)nesia; o bien, si
mejor Cagancho que Angelete en el paso de pecho. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Allá en el rincón me parece estar viendo
a Ernestina de Champourcín. Semiescondida, como si estuviera fuera de lugar por
la presencia mayoritaria del género masculino. Ajena aún de su encuadramiento
en el colectivo de las “Sin sombrero”.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">En primer plano, es decir sentados en la
primera mesa me imagino sentado a algún miembro de los que luego fueron
conocidos como la generación del 27. Podría se Rafael Alberti o cualquier otro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Sobre la mesa el cafelito humeante y
multitud de papeles manuscritos en espera de ser tenidos en cuenta como para
formar parte la obra literaria que pase a la posteridad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Veo los afilados dedos de los presentes
que hábilmente mueven veloces las plumas que pondrán negro sobre blanco, las
palabras que el ingenio de las mentes de sus propietarios están a punto de
parir. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoBodyTextIndent" style="line-height: 150%; text-align: justify; text-indent: 0cm;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">La foto es ciertamente nostálgica. Casi imposible encontrar
en nuestros días, un sabor a sabiduría como el que transmite la foto. Por eso
es una fotoluci. Tampoco el cafelito que nos tomáramos ahora, sabría como el de
entonces.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Otra cosa muy distinta buscan los
jóvenes que pasean cuesta arriba, por las empinadas cuestas de un pueblo, que
bien pudiera ser Frigiliana. Ellos están haciendo la ruta de la Pasa. <o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif;">Van caminando e irán
encontrando<strong><span style="font-weight: normal;">, sucesivamente lugares emblemáticos del pueblo, donde todo el mundo
hace y se hace fotos</span></strong>. Tomando la escalinata, se toparán en el
Barribarto, la <strong><span style="font-weight: normal;">zona morisca</span></strong><span class="apple-converted-space"> </span>de
la ciudad. Se encontrarán con calles
empinadas, fachadas blancas y puertas azules que alegran la vista.<o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif;">En el camino se toparán
con la<span class="apple-converted-space"> </span><strong><span style="font-weight: normal;">fábrica de miel de
caña de Nuestra Señora del Carmen</span></strong>, la única fábrica de miel de
caña que existe en Europa, instalada en el antiguo Palacio de los Condes de
Frigiliana. También visitarán el Museo Arqueológico, situado junto a la oficina
de Turismo, y más cosas.<o:p></o:p></span></p><p style="background: white; line-height: 150%; margin: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif;">Y naturalmente, podrán
comprar pasas en cualquier tienda de comestibles.<o:p></o:p></span></p><p>
<span style="color: #333333; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">¡Ah! Que no es Frigiliana. Entonces que el lector
ponga el nombre. La verdad es que es lo que menos importa.</span></p><p><br /></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-18632243893025809942021-02-01T19:27:00.001+01:002021-02-01T19:29:36.904+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, ENERO, FOTO 1 Y 2<p><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"><i>Escribe sobre estas fotos: Paco López</i></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzmudIcspchrWD0nChDecXL3GXEu6JL9xfpYjxJXCDW83RMOwXUvadKrAoEXgOjAoNLu2o6FuP1bxHcfegHU-qwDmsIP4mrFyVjop5IqmjAXeYEtzzTBowTu-whYGJbuweHNry15m0Vdc/s320/Foto+1+enero.JPG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzmudIcspchrWD0nChDecXL3GXEu6JL9xfpYjxJXCDW83RMOwXUvadKrAoEXgOjAoNLu2o6FuP1bxHcfegHU-qwDmsIP4mrFyVjop5IqmjAXeYEtzzTBowTu-whYGJbuweHNry15m0Vdc/s0/Foto+1+enero.JPG" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4RTbVvAUs2EhBwqkHJ_NYcYdU9HJrNUQKIRGQst3K550iwJPl1SQbSUSp_BPjp3RpvWpAVf0k6UXidFlNWBvpPQFqbgyFDTWKMpLKJ0flk0NOHDRZwIAaV2sVxriWtz533iugvWtDDHY/s1600/Foto+2+enero.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4RTbVvAUs2EhBwqkHJ_NYcYdU9HJrNUQKIRGQst3K550iwJPl1SQbSUSp_BPjp3RpvWpAVf0k6UXidFlNWBvpPQFqbgyFDTWKMpLKJ0flk0NOHDRZwIAaV2sVxriWtz533iugvWtDDHY/s320/Foto+2+enero.JPG" width="320" /></a></div><br /><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><a name="_Hlk63099298"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;">¡El turismo! ¿Os
acordáis de aquellos tiempos? En efecto. Pasará mucho tiempo para volver a
vivir aquellos momentos en los que se podía disfrutar de un capuchino sentados
en una terraza al aire libre. Eso es justo, lo que hace el turista de la
fotoluci de la izquierda.</span></a><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> </span><a name="_Hlk63099427"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Disfruta no sólo de una infusión de hinojo y anís
estrellado, sino del encanto del lugar, en este caso de un pueblo cualquiera de
la Toscana. La plaza parece diseñada para lograr una escena como ésta.
Edificios que parecen sacados de la película “Novecento” ; bicicletas que
parecen estar diciendo, -aquí estoy, usadme o, robadme; establecimientos
hoteleros, como el Welcome to Lucca que dicen al visitante, estábamos
esperándote, tenemos la mejor pasta del mundo. No te defraudaremos. Mientras
las palomas, ajenas por completo al fenómeno turístico, se afanan por encontrar
algo que llevar a sus buches. <o:p></o:p></span></a></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Del turista
poco se puede decir. El hecho de que esté de espaldas a la cámara nos impide saber
sí sus ojos son azules o no. Ciertamente podemos arriesgar un presentimiento.
Casi seguro que sí. Este turista tiene los ojos azules; mide más de 1,90 metros
de altura y pesa casi 90 kilogramos. Viene del Reino Unido, pero tiene
pasaporte neocelandés. Se dedica a comprar y vender arte, y ¿qué mejor país
para realizar su trabajo que Italia?. Por eso, cuando se vio fotografiado por
Luci, no dudó en ofrecerse para ser su representante artístico allende los
mares. Luci se lo está pensando. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">No te lo
pienses, Luci. Mira, avión ya tienes; el de la otra fotoluci. Podrás volver a
viajar, ya que ahora tendrías una justificación. Serían motivos laborales.
Exposiciones de fotografía se celebran en todo el mundo, por tanto se te
abrirían todas las fronteras. Eso sí, te ibas a hinchar de hacerte pruebas PCR
con confinamientos de 10 días de cuarentena en los hoteles de 4 y 5 estrellas
de cuantas ciudades visitaras. Esto que puede parecer un inconveniente, no lo
es tanto. Después de todo, paga la organización y te podrías dedicar un poco
más a la escritura, que yo creo tienes un poco abandonada. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-family: Calibri; mso-bidi-theme-font: minor-latin;"> </span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><o:p> </o:p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-44878819722425543612021-01-31T13:53:00.013+01:002021-03-02T21:05:07.731+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, ENERO, FOTO 2<p><span style="font-size: medium;"><span style="color: #cc0000;">Escriben sobre esta fotografía: </span><span style="color: #cc0000;">José Guerrero, </span><span style="color: #cc0000;">Lucía Muñoz, Vicky Fernández y Antonio Vera y Haydée Acosta.</span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xNkuJPqd8GY8y2KxTp9TPgVhD4Wq3LaBKxkHr7tIH7jhzjLYplgFwS7tyKyQNYwZkRBqgxv9LXSb1Kc1kTVSOk2XoJhouE-KzTjwaldCGjlJVquxpZV2NU0h9D1RfQhwRnnyBpaHJkA/s819/Foto+2+enero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="614" data-original-width="819" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3xNkuJPqd8GY8y2KxTp9TPgVhD4Wq3LaBKxkHr7tIH7jhzjLYplgFwS7tyKyQNYwZkRBqgxv9LXSb1Kc1kTVSOk2XoJhouE-KzTjwaldCGjlJVquxpZV2NU0h9D1RfQhwRnnyBpaHJkA/s320/Foto+2+enero.jpg" width="320" /></a></div><p><span style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: large;">José Guerrero</span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> <b> ENTRE NUBES</b></span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En los caminos de la vida, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Augusto</i> no estaba en las nubes, sino a
ras de tierra muy atento a los aconteceres vitales, defendiéndose en las aguas
turbias como gato panza arriba. Cuando peligraba el entendimiento entre los
habitantes de la comarca por algún litigio lindero de bancales o ancestrales roturas
del terreno, ponía toda la carne en el asador como mediador, y con no poca
facundia y dándole las vueltas precisas a las espinosas situaciones dialogando
zanjaba las desavenencias, procurando que no llegase la sangre al río.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Cuando se tensaba demasiado la cuerda lo
cegaba todo, y se convertían las criaturas en auténticos tigres de la selva
emulando a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Caín, </b>acaeciendo lo peor.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Hubo no pocos casos luctuosos a lo largo de la
historia, tal vez más de lo que se piensa, dado que en ocasiones las fechorías las
tenían al alcance de la mano, tan fácil como coger la escopeta que dormía en la
cámara de la casa (que tan buenas piezas se había cobrado en cacerías) y bastaba
con apretar el gatillo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Brillaban con luz propia las buenas artes de
Augusto como moderador en las intrincadas querellas entre vecinos evitando trágicos
desenlaces, no obstante, cuánto se echaba de menos en algunas situaciones sus
puntuales y balsámicas intervenciones. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No es de recibo que por un quítame allá unas
pajas o piedras como mojones a la vera de un camino o esquina de parcela, asome
caprichosamente la muerte para ajustar cuentas por aquellos pagos tan relajantes
y fructíferos a lo largo de los lustros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Normalmente los negros nubarrones en la
borrasca los solventaba Augusto de la mejor manera, poniendo los puntos sobre
las -íes con magistrales decisiones que tomaba sobre la marcha. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En cambio, en otros escenarios y
circunstancias de la vida los sucesos presentaban otro color, eran más halagüeños,
llegando finalmente a darse la mano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Uno de los eventos en los que todo le salió
a pedir de boca a Augusto fue en la <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">despedida
de soltero</b>, que marcó un hito en el municipio rompiendo moldes, hasta el
punto de no poder imaginar nadie los extraordinarios preparativos que llevaría a
cabo como antesala del casamiento, sorprendiendo a propios y extraños. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Al poco llegó el día de <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la boda</b>. Aquello fue lo nunca visto, como el día grande de la
patrona del pueblo con toda clase de atracciones, juegos, serpentinas, globos
de colores, puestos de dulces, fuegos artificiales y banda de música, y como
colofón contrató a unos payasos que hicieron la delicia de los más pequeños, y lo
hizo con el fin de que guardasen en su memoria la efeméride de la boda, cuando Augusto
derretido por el cariño de la novia dio el sí quiero, pasando de célibe a la
vida de casado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>De todos los divertimentos y actos ofrecidos
en el convite, quizá fueron los columpios lo que más hondo caló en el alma de
los chiquillos, acaso por las fervientes ansias de los humanos por volar como las
aves.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No cabe duda de que lo pasaron en grande
tanto jóvenes como mayores, pese a las reservas de la gente mayor para zambullirse
en las aguas de los jolgorios y algarabías de la bulliciosa juventud.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Tras la despedida de soltero y las sagradas
bendiciones al uso, aunque no comulgaba apenas con tales formularios, emprendió
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">el viaje de luna de miel</b> con Rosa al
Caribe <i style="mso-bidi-font-style: normal;">volando entre nubes</i>, enfrentándose
en las alturas a unas escenas dantescas, incontrolables para su conocimiento
apegado como estaba a la tierra firme, yendo con el animal tirando del ronzal o
a lomos de su envergadura, y no resultando el vuelo tan romántico como lo había
soñado por mor de la incertidumbre e incomodidades a causa del cúmulo de
turbulencias durante el vuelo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>No hay que olvidar que Augusto era hombre de
tierra dentro, habituado a desplazarse por el terruño pateando caminos de la comarca
y poco más, que ninguna falta le hacía, saludando sobre la marcha a chicos y
grandes en olor de multitudes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y mira por donde se le troncharon de la
noche a la mañana los arraigados <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">pilares
de su modus vivendi</b> con el planeado viaje de novios, familiarizado como
estaba con aquellos vericuetos transitando por verdes caminos, siendo para él
un paseo por la vida, un baño en la fragancia del campo, saliendo de la cueva o
casa donde residía, sonriéndole todo cuanto encontraba a su paso, incluso las flores
del campo le rendían pleitesía quizá por una mutua empatía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Daba alegría ver cruzar a Augusto montado en
la acémila, cuando el campo sacaba pecho exhibiendo el esplendor de la cosecha y
se vendían a buen precio los productos, permitiéndole ponerse al corriente con
los deudores, que le asfixiaban sin descanso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En ciertas épocas del año ganaba un dinerillo
con <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">el estraperlo</b> si bien a
minúscula escala, llevando unos pellejos u odres de aceite de oliva a la costa
con la bestia, pudiendo darse con un canto en los dientes porque, aunque fuese
reducida la ganancia con la venta en churrerías y bares en época de alto
consumo, al menos era una grata ayuda que le venía como agua de mayo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Gracias a tales arrimos y unos cuantos <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">saquillos de almendra</b> de los secanos junto
con la aceitunilla de rebusca por desfiladeros y balates podía el hombre ir tirando
y criando a la prole, así como a gallinas, cochinos, cabrillas y algún conejo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Como no es orégano todo el monte resultaba
que había años de malas hechuras en que los frutos escaseaban, aunque subiesen
los precios, y no sacaba ni para hacer pan de higo, cazuela mohína o la rica
matanza con morcilla, chicharrones, lomo de orza y longaniza, debiendo
apretarse el cinturón, porque las circunstancias mandaban.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Para sobrellevar el temporal económico había
que acudir <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">a las gabelas</b>, echándose
en brazos del usurero de turno, toda vez que antes de nada hay que comer, y los
tiempos no daban para otra cosa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Un día compró Augusto un décimo de lotería,
y tuvo toda la suerte del mundo pillando un buen pellizco, que le vino como caído
del cielo, permitiéndole tapar algunos agujeros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y en ésas andaba Augusto en tales fechas con
la resaca de la lotería, disfrutando de los apetitosos bocados de los días
felices, y saboreando los navideños mantecados y almendraíllos con pasas. En un
alto en el camino le asaltó un pensamiento del futuro, si con el paso del
tiempo los hijos quieren o no a los padres cuando ya son una carga, y si les
prestan la atención debida al hacerse mayores, como una obligación filial y
rutinaria dentro de la familia, y se quedó pensando mirando al horizonte…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y el viaje seguía su curso. El vuelo del
avión llegó felizmente a <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">las aguas del
Caribe,</b> donde había reservado un hotel de moda, y estando en plena luna de
miel con Rosa la felicidad le chorreaba por los cuatro costados, siendo lo que más
ansiaba Augusto, so pena de que se le cruzasen los cables a la naturaleza y ocurriese
algún seísmo (como en Granada) o venganza súbita que enturbiase las claras
aguas del viaje.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la estancia caribeña llevaba a cabo
múltiples visitas a centros culturales y paseos por la ciudad. Y un día fue de
excursión en un ferry a explorar aquellos parajes, y contemplar las envidiables
aguas azules, arboledas y sensuales panorámicas del entorno, extasiándose ante tan
hermoso espacio cósmico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Mas una noche ocurrió de pronto algo no
esperado, surgió de repente un horrible tornado echando pólvora incendiaria y por
alto toda la calma chicha reinante, saliendo la gente corriendo despavorida a
la calle con algunas pertenencias, al ver que el edificio se desmoronaba como
un castillo de naipes, y cuál no sería su estupor al contemplarlo sin poder
hacer nada por su parte, y se interrogaría Augusto farfullando entre dientes si
en tan críticos momentos le permitirían los nervios tener la serenidad para llevar
a cabo el restablecimiento de la cordura y sensatez requerida en tales casos de
caos, como solía hacer con los exaltados labriegos en su municipio. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aquel escenario parecía el fin del mundo, la
playa quedó sembrada de las pertenencias de los turistas, zapatos, toallas,
albornoces y ropa de toda clase nadando como pececillos muertos, siendo
arrastrados de un lado para otro, de una negra roca a la otra por la furia del
oleaje, que no respetaba a nadie, ni siquiera la luna de miel de Augusto con su
acariciado y entrañable ceremonial.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Y a la sazón de los acaecimientos vitales viene
al caso el adagio: ¡qué poco dura la alegría en la casa del pobre! <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe; mso-spacerun: yes;">*********************</span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: large;">Lucía Muñoz</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Por la ventanilla del avión las
nubes se le antojaban dragones o gigantes de algodón, y rememoró sus años de
niñez y aquel huerto de la casa de sus padres donde gustaba de tumbarse sobre
la tierra a ver pasar las nubes. En aquellos años deseaba tocar las nubes,
tener una escalera mecánica y poder subir a ellas, para saltar de una a otra,
pues se las antojaba que eran de algodón o de goma espuma.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Para Lola, este era su primer vuelo
en avión. Sus primeras vacaciones ganadas con su suelo de bibliotecaria. En dos
horas estaría en Florencia, admirando esculturas, galerías de cuadros, puentes
y miles de cosas maravillosas. El avión de vez en cuando atravesaba una nube y
aquel deseo de saltar de una a otra se le vino abajo como un castillo de
naipes. Algunas gotas de agua nacieron en la ventanilla y fueron atravesándola
de izquierda a derecha. Lola echó su aliento en el grueso cristal y con el dedo
índice dibujó un corazón. Pensó en Roberto, su compañero en la biblioteca, se
había enamorado perdidamente de él, pero estaba casado y ella no se iba a
entremeter en un matrimonio, ni pensarlo, ella no era una rompe familias, como
su amiga Fernanda. Con lo que la había criticado, ahora no iba ella a hacerlo. Esos
pensamientos la hicieron borran de un manotazo el corazón dibujado en el
cristal y removerse intranquila en su asiento. De pronto le pareció el avión
pequeño y los asientos enanos, apenas podía moverse. A su lado había un hombre
corpulento y delante uno de unos dos metros que había reclinado su asiento al
máximo. Cerró los ojos y respiró profundamente tres veces. Para convencerse así
misma empezó a repetirse en su mente:
Lola, piensa lo bien que lo vas a pasar en cuando llegues a Florencia,
los Italianos guapos que vas a conocer, y puede que hasta ligues con alguno…</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Por megafonía el comandante saludó
y deseó buen viaje, dijo que en Florencia hacía un día soleado y había 21
grados. Las azafatas sacaron sus carritos para ofrecer un café, infusión,
refresco, bocadillo, pizza calentada en el microondas … todo a precio
prohibitivo, pensó Lola. Por eso se había preparado en casa un buen bocata de
tortilla de patatas y comprado en el aeropuerto un botellín de agua que le
costó lo que una de diez litros, menudos ladrones los de los aeropuertos, pensó
Lola, dando el primer mordisco al pan con tortilla, que le supo a gloria
mirando por la ventanilla pasar las nubes y soñando con los guapos Italianos,
el David de Miguel Angel, y en los restaurantes con mesas pequeñitas con aromas
de tomate, albahaca fresca y Mozzarella.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Después del almuerzo, echó una
siestecita y ya no despertó hasta que sintió como algo le zarandeaba. Abrió los
ojos sobresaltada y se recuperó escuchando al capitán por megafonía advirtiendo
de que estaban pasando por una zona de turbulencias, y se disculpaba en cuatro
idiomas.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;">Volvió a mirar por la ventanilla
del avión y las nubes, espesas, gruesas, blancas y algodonadas la volvieron a
meter en un sopor del que no despertó hasta que el avión llegó a su destino. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;"><span style="color: #ff00fe; font-family: "Times New Roman",serif;">********************</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: large;">Vicky Fernández</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span><b style="text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 150%;">EL ALERÓN</span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> ¡</span></b><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Qué mala suerte he
tenido en este viaje! Me han colocado un asiento al lado del alerón derecho y
no podré disfrutar de las impresionantes vistas que se divisan a miles de kilómetros
de altitud. Si el avión llevara menos pasajeros me podría cambiar de asiento
por un tiempo, ya he visto que es imposible porque va a tope. Así que, me
quedaré sin ver bien los paisajes a escala diminuta; las ciudades, los pueblos,
el océano, las montañas que en este tiempo se cubren de nieve y los valles
atravesados por los serpenteantes ríos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> ¡Qué fastidio! Tampoco podré
contemplar el atardecer y los cambios de luz. Solo veré nubes y más nubes
blancas. En un viaje intercontinental que durará diez horas llega un momento
que estás hasta el gorro de nubecitas algodonosas por muy bucólicas que sean.
Yo pensaba echar un montón de fotos y hacerme varios selfis para subirlas en
mis redes sociales y presumir un poco, pero solo puedo sacar este dichoso
alerón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Voy a dejar de pensar tan
negativamente y seré positiva. A ver, sí. Los asientos próximos al alerón tienen
una puerta de salida de emergencia cerca. En una probable evacuación de
emergencia puedo salir de las primeras. ¡Ay! ¡Dios no quiera que tengamos un
aterrizaje forzoso! Ya he vuelto a la negatividad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Bueno, me colocaré mis auriculares y
escucharé música hasta que me duerma. ¡Qué
aburrimiento de viaje!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="color: #ff00fe; font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">***************</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: large; mso-spacerun: yes;"><b> Antonio Vera</b></span><span style="font-family: Times New Roman, serif;"><o:p style="font-size: 12pt;"></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">LAS ALAS</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">Las Alas... Volar...</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">como pájaros humanos</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">en el cielo virginal.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">Las Alas...Volar...</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">el gran sueño de Leonardo,</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">de su mente sin igual.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">Las Alas...Volar...</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">por encima de las nubes,</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">muy por encima del mal.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">Las Alas...Volar...</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">escapar de las miserias</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">con Alas de Libertad.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;">Las Alas...Volar...</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="color: #ff00fe; mso-spacerun: yes;">****************************</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-family: georgia; font-size: large; mso-spacerun: yes;"><b>Haydée Acosta</b></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"><b>LAS NUBES</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Nunca el cielo había estado tan cerca, como aquella vez que
el avión volaba entre las nubes trayendo a mis sentidos la sensación de
atravesar desiertos neblinosos que se alternaban por momentos con llanuras
azules, creando en mi interior una emoción desconocida, casi infantil; parecida
a la que me provocaba descubrir formas en las compactas nubes cuando las
observaba recostada sobre el césped de un jardín o acodada sobre la barandilla
de algún balcón. Las nubes, admiradas por mí desde mis primeros dibujos
colegiales, incansables viajeras ligadas siempre a la libertad de los trazos y
la imaginación. Mirar al cielo y perseguir nubes era para mí como volar hacia la libertad. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;">Ahora, en su contacto más íntimo y cercano, acababan de transformarse
en mis compañeras de viaje.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium; mso-spacerun: yes;">
</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 115%;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><br /></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif;"><o:p> </o:p></span></p><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"></span><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-59194101293697452842021-01-31T13:24:00.010+01:002021-02-01T19:29:09.537+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR<span style="color: #cc0000; font-size: medium;"><i>Escriben sobre la fotografía: Juanita Viruega, Marcos Marín, Vicky Fernández y Paquita Díez</i></span><div><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"><i><br /></i></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLEEl2lXT7q-KbMsuSA7VHU3FzxpyMqe55y3nBOz1ajB4z7iLbAnTdv34V6NR60uON7I3UQBgp1IHmX6Wki4AqwulqE3V1nfPymmxFcCNzfbaP69hc3jYWOYy1tLo7zd31oMIqCifDe14/s320/Foto+1+enero.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="256" data-original-width="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLEEl2lXT7q-KbMsuSA7VHU3FzxpyMqe55y3nBOz1ajB4z7iLbAnTdv34V6NR60uON7I3UQBgp1IHmX6Wki4AqwulqE3V1nfPymmxFcCNzfbaP69hc3jYWOYy1tLo7zd31oMIqCifDe14/s0/Foto+1+enero.jpg" /></a></div><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><br /></span><div><span style="color: #2b00fe; font-size: large;">Juanita Viruega</span></div><div>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Y
TRIUNFÓ EL AMOR</span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; mso-bidi-font-size: 11.0pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Celia estaba
nerviosa, escribiendo un mensaje a Jorge, su novio, para ella el hombre de su
vida. Lo había conocido en el cumpleaños de su amiga Rebeca. Enseguida
conectaron, tenían gustos similares como leer, escuchar música y el cine.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Empezaron
a ir juntos a varios eventos y lo que más les gustaba, a los estrenos de
películas.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Celia no dejaba de mirar el reloj de
las pantallas del aeropuerto, no comprendía cómo todavía no había llegado, el
avión no iba a esperar. El móvil de Jorge estaba apagado, cosa rara en él. No
dejaba de mirar, inquieta, la puerta del control de seguridad y nada, ni rastro
de Jorge.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Al
oír la llamada por megafonía anunciando su salida, su angustia creció. Pero no
podía esperar más y no tuvo más remedio que embarcar. Con ojos llorosos, buscó
su asiento. Cuando lo encontró se sitió aliviada, no había nadie a su lado.
Empezó a sollozar sin poder remediarlo, sus lágrimas caían amargamente. No
concebía que después de decirle una y otra vez que la quería, no fuese ni a
despedirla.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Celia había aprobado unas
oposiciones de la Unión Europea y tuvo que mudarse a Bruselas, por lo pronto un
año.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Él
y ella lo habían hablado y los dos estaban de acuerdo. Si le iba bien a Celia,
él haría lo posible para trasladarse también allí.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Él era gerente de la empresa de su
padre. Su idea era expandirse e instalarse en Bruselas con Celia, si todo le
iba bien, claro está.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Con el zumbido de los motores,
mirando por la ventana, empezó a recordar los meses vividos con él, ¿Qué había
cambiado? Y sobre todo, porqué la dejó esperando y sin decirle nada, ni
siquiera un adiós.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Llegó
a Bruselas por la mañana, hacía un día triste y lluvioso como estaba ella,
triste, en su rostro se fundían las lágrimas y el agua .</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Una amiga iba a ir a buscarla. Ella
fue la que le animó a presentarse a las oposiciones. María llevaba meses
trabajando en UE, con sueldos altos y compañeros estupendos.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Celia,
a pesar de toda la vorágine de instalarse y de su nuevo trabajo, no dejaba de
pensar en Jorge. ¿Qué podía haber pasado? Y sin una llamada, su móvil seguía
apagado.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Es
que no tenía ni su dirección, ningún dato para poder contactar con él.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">De
pronto, un día, se acordó de Rebeca, la de la fiesta de cumpleaños donde
conoció a Jorge. Con su mano temblorosa, buscó el móvil de su amiga , rezando
que tuviera la dirección del chico.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">La
llamó y se alegró cuando oyó la voz de Rebeca, era su última oportunidad. Pero
todo se derrumbó cuando se lo preguntó y su amiga le contestó que no sabía
dónde vivía Jorge y que además hacía tiempo que no lo veía. Se quedó
desconsolada y pensativa, Ahí decidió olvidarle.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">En
ese momento llegó María, su amiga y compañera de piso.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Era
muy extrovertida y ella le ayudó a sobrellevar su pena. Llegó a acostumbrarse a
la vida en Bruselas. Sus amigos le animaban para ir a fiestas, eventos o
conciertos. Aunque aún le costaba, ella iba con la intención de olvidar su
vida<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pasada, había sido muy duro el
desengaño que tuvo con su primer amor, pero el tiempo lo cura todo y a Celia,
también se le iba curando la herida de su corazón.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Estaba
contenta y no tenía la intención de volver a España, salvo para ir a ver a sus
padres. Ya hacía un año que estaba en Bruselas y pensó que era hora de ir a ver
a su familia.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Esta
vez, se fué en un vuelo directo a Madrid.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Cuando se bajó del avión y pisó
suelo español, se emocionó, cerró los ojos y recordó el día de su partida,
esperando en Barajas a su amor que aún no había olvidado del todo.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">A
la salida del aeropuerto, la esperaban sus padres y su hermano “el peque”, como
le llamaba ella, aunque ya era casi un hombre. Se abrazaron entre lágrimas y
risas, dirigiéndose al parking.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Y
así, felices, tomaron el camino<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para
casa.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Celia disfrutaba de un mes de
vacaciones y lo pensaba aprovechar.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Contactó
con sus amigos y amigas para quedar, con ellos seguro que se lo pasaría bien!</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Un
día, pasaron por el parque donde quedaba con Jorge y se atrevió a preguntar si
sabían algo de Jorge. Nadie sabía nada, no habían vuelto a verle, parecía que
se lo había tragado la tierra</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Uno
de sus amigos, Felipe, le propuso que lo buscara por internet, en cualquier red
social. Ella le contestó que no merecía la pena, si no fue a despedirla es que
se habría arrepentido y que seguramente ya la habría olvidado. Felipe le
contestó que le veía muy enamorado, hacían una pareja perfecta.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Por
la noche, dando vueltas a la cabeza, se sentó ante su ordenador y en ninguna
red social aparecía el nombre de Jorge Ruiz. Estaba abonada a un periódico
digital y sin saber porqué fue a buscar las noticias del día de su partida. Se
quedó de piedra cuando vio que había habido un accidente múltiple en la autovía
por donde tenía que pasar Jorge. En la lista de los heridos aparecía Jorge
Ruiz. No lo podía creer.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">A
la mañana siguiente, llamó a su amiga Merche, era médico y lo mismo estaba al
corriente de algo. Ella no sabía nada pero conocía a un médico que trabajaba en
La Paz, donde iban todos los casos graves.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Merche
lo llamó y...¡Sí, se acordaba! Le dió su dirección, que aunque no se podía, al
ser amiga de Merche, se la proporcionó.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Al día siguiente, cogió un taxi sin
decir a nadie donde iba. Su corazón latía a cien por hora, sentía que iba a
explotar.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Era
a las afueras de la ciudad. El taxi se paró delante de una casa grande y
bonita, de un cierto nivel social.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Armándose
de valor, llamó al timbre y salió una señora, elegante, aunque vestía ropa de
estar en casa. Le dió los buenos días y preguntó si vivía ahí Jorge Ruiz. La
señora la miró y le dijo que si ella era Celia. Le contestó “sí, ¿cómo sabe mi
nombre?. Sin contestarle, le rogó que la acompañara al jardín. Al fondo, estaba
Jorge, en una silla de ruedas, con barba y muy delgado.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">“Hable
con él, no la ha olvidado, tiene su foto en la mesita de noche de su
dormitorio”.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Caminó
hacia él y lo llamó, volvió la cabeza y su cara resplandeció. Le tendió los
brazos y ella llorando, corrió hacia él.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Se
contaron sus vidas desde el fatídico día. Él tuvo un accidente, yendo a
Barajas, estuvo a punto de morir y quedó inválido pero con su tratamiento y
mucho esfuerzo podría volver a andar.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Celia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pasó el resto de sus vacaciones con él.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Volvió
a Bruselas y pidió el traslado a Madrid para estar con su primer y único amor.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;">Una
año después se casaron y él también acabó por poder caminar.</span><span style="font-size: 12pt;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Prometieron ir juntos a Bruselas, en
avión, ese avión que casi separa sus vidas.</span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt;"><br /></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><o:p> Marcos Marín</o:p></span></p><p class="MsoNormal">Una vieja plazoleta,</p><p class="MsoNormal">de un antiguo pueblo,</p><p class="MsoNormal">no muy bulliciosa,</p><p class="MsoNormal">con un ambiente sereno.</p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal">Casas con muchos años,</p><p class="MsoNormal">ventanas y fachadas,</p><p class="MsoNormal">tejados con musgos.</p><p class="MsoNormal">Las calles empedradas.</p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal">Terrazas de bares,</p><p class="MsoNormal">bajo un cielo nublado.</p><p class="MsoNormal">Me senté, después,</p><p class="MsoNormal">de haber andado.</p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal">Pedí una limonada.</p><p class="MsoNormal">La brisa sopla agradable</p><p class="MsoNormal">suave, dócil y apacible,</p><p class="MsoNormal">a flor de piel, templada.</p><p class="MsoNormal"><br /></p><p class="MsoNormal"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><o:p>Vicky Fernández</o:p></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b>MI PLAZA</b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"> <span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;">Esta plaza me embauca y
me siento como en casa, si tuviera tiempo, podría pasarme horas y horas sentada
en una de sus terrazas. En este espacio jugué de niña y me di bastantes
castañazos montada en mi bici, siempre llegaba a casa llorando con moratones y
heridas en las rodillas y codos. Mi madre no me consolaba como yo esperaba, mientras
me curaba con mercromina me regañaba, amenazándome con no dejarme más montar en
la bicicleta. En esta plaza paseaba de adolescente con mi pandilla y flirteaba
con los chicos, fumé los primeros cigarrillos a escondidas. En los bancos,
que han desaparecido, besé por primera vez a mi novio, con él me casé; todavía recuerdo
las cosquillas que sentía como si reviviera aquella noche. La plaza tenía pocas
farolas y las parejas se besaban en los puntos ciegos donde no llegaba la
iluminación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Todas las tardes me siento sola, no
me gusta venir con nadie porque es una hora que me relajo y me olvido de los
quehaceres diarios y me gusta observar el fluir de la gente, la mayoría no la
conozco porque el pueblo ha crecido en número de habitantes, y, además, hay
muchos turistas de paso que visitan la plaza. Parece que estoy en la platea de
un teatro y los viejos edificios restaurados sirven de telón de fondo. Hoy no hace
calor y las pequeñas nubes algodonosas y caprichosas me permiten permanecer más
tiempo y saborear un delicioso café.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; font-size: 12pt;"> Hasta hace una década la plaza
estaba ornamentada con esbeltos árboles caducifolios que en verano cobijaban
con sus sombras, se sentía correr la brisa que llegaba del mar, oías el zumbido
de los insectos o el trino de las aves que anidaban en las ramas de los tilos,
de los castaños de Indias y de los álamos blancos. En otoño se alfombraba el
suelo con sus hojas. Había bancos donde podías sentarte a descansar o a
conversar. Los chillidos de los niños que jugaban y corrían irrumpían la
quietud de los ancianos. Había un bar con tres mesas en la puerta donde los
hombres jugaban al dominó. La plaza era un lugar de encuentro para sus
pobladores.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Pero llegó la modernidad, y el
político de turno tuvo la gran idea de talar los centenarios árboles. La tierra
de albero fue sustituida por estas horrorosas y grandes losetas grises. Una de las
explicaciones que dio el alcalde para justificar el cambio fue que así los
niños no se mancharían de amarillo. También desaparecieron los bancos y se llenó
la plaza de cafeterías y restaurantes que acapararon el espacio de todos nosotros
con sus terrazas abarrotadas de mesas, sillas, gigantescas sombrillas y cada
vez más artilugios que se inventan para que la clientela permanezca durante
tiempo sentada en las incómodas sillas de hierro forjado. Ahora, si quieres
descansar y conversar un rato, tienes que pagar una consumición, como estoy haciendo
yo. A no ser que se quiera permanecer en pie o sentarse en el suelo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> ¿Dónde están los niños y niñas de
este pueblo que siempre alegraban la plaza? Seguro que en los colegios entretenidos
con actividades extraescolares, en sus casas con los videojuegos y la
televisión, o en el parque infantil que se construyó para quitarlos del medio y
que no molestaran a los adultos y turistas que disfrutan esta antigua plaza, ahora casi
privada. Echo de menos ahora las risas infantiles, sus gritos e incansables juegos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Me voy porque me está dando llorera.
Esta tarde me ha embargado la nostalgia.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; line-height: 107%;">Paquita Díaz </span> </span></p>
<p class="MsoBodyText3" style="line-height: 150%; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Me pregunté, y ¿porqué no. Y si lo
hiciera? ¡caramba!, claro que sí soy capaz, me dije. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyText2" style="line-height: 150%;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Me coloqué mi vestido rojo, me coloreé los pómulos, me pinté
los labios con el color rojo más fuerte que tenía de pintalabios y perfilé mis
ojos con un color cielo. Me observé en el espejo y me sentí eufórica y algo
nerviosa también. Salí a la calle con mi vestido rojo ceñido y mis tacones de
10 cms., y comprobé como los hombres se volvían a mirar a mis caderas
contoneándose colocada tras la máscara que ocultaba mi verdadero estilo. Pero
creí que ese momento lo requería. Sí, lo requería.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">Hacia muchos
años que no nos veíamos. Éramos del mismo pueblo pero por circunstancias
particulares de cada uno lo abandonamos para ir a otro lugar a buscarnos la
vida. Siempre me había gustado y creo que yo también a él, pero éramos muy
jóvenes y en aquella época nada de besos y abrazos como mucho algún pellizco disimulado y alguna mirada
insinuante pero nada más. Recuerdo perfectamente como desde una atalaya desde
donde se divisaba el pueblo vi con tristeza como se metía en el coche de su
padre y se perdían por la carretera rumbo a no se donde. En ese momento sentí
que se esfumaba mi ilusión. Hasta lloré en silencio. A los pocos días me fui yo
también, en este caso rumbo a Madrid. Al cabo de varios años, como 30 más o
menos, recibí un mensaje de él diciéndome que por internet me había localizado,
que a que hacer, pero mi respuesta fue
que me parecía bien. Yo estaba viuda y de él yo no sabía en qué situación se
encontraba, pero me volvió a llenar de ilusión volver a verle Llegué jadeante a
la cita en esta plaza y con los pies hechos polvo de los tacones. Había una
mesa vacía y me senté pidiendo un café al camarero. La plaza estaba con buen
ambiente y rodeada de terrazas llenas de gente. Niños y mayores pasaban con sus
bicicletas disfrutando del día tan maravilloso que hacía. Me sentí con envidia,
pues siempre me hubiese gustado haber aprendido a andar en bicicleta, pero no
lo conseguí. Observaba a los pájaros que se paseaban por entre las mesas
picoteando todo lo que caía al suelo. Ya llevaba más de media hora allí sentada
sin que él hiciese su aparición. Pagué el café y ya mosqueada decidí darme una
vuelta por a plaza. Al momento de levantarme de la mesa alguien me cogió por el
brazo, me volví en plan arrogante y allí estaba él. Me pidió disculpas por la
tardanza, nos saludamos como amigos y nos sentamos en otra mesa. Me costó
reconocerlo pero según él me había reconocido a primera vista. Lo siguiente,
repasar el tiempo vivido cada uno en la lejanía. <o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="text-align: left;"> </span> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-size: 12pt;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><br /></div></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-81295973589227362322021-01-04T19:43:00.006+01:002021-01-04T19:54:44.697+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, DICIEMBRE, FOTOS 1 Y 2<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"><b>Escribe sobre la foto: Francisco López</b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihLoFwZfcm-IW_E8cxS1ngMsHcoW7gEvLADUPnlY7ezXzf4QjThAtcY8lan-9i1o3XHV858OpFGIg8i0B_cPrmJA0c71X-XXr88Fdo1Gfz4AYodHLNFLXpRSEH15dDKOd6M1ec_XoYz24/s577/1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="577" height="187" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihLoFwZfcm-IW_E8cxS1ngMsHcoW7gEvLADUPnlY7ezXzf4QjThAtcY8lan-9i1o3XHV858OpFGIg8i0B_cPrmJA0c71X-XXr88Fdo1Gfz4AYodHLNFLXpRSEH15dDKOd6M1ec_XoYz24/w200-h187/1.jpg" width="200" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj_dBKwtD2MOuncdbWRc5s-5pLBtRqhi-RPVamhyYSe-EGlCH01PjG2QVPrdkMaWzehJqvxOOn5wBsLQB2sncJvrryLdHxKM_CUymrGvGFMPnuN6naSR8zaMkRg0WtDGEKj4ClsuoHOnQ/s910/2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="720" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjj_dBKwtD2MOuncdbWRc5s-5pLBtRqhi-RPVamhyYSe-EGlCH01PjG2QVPrdkMaWzehJqvxOOn5wBsLQB2sncJvrryLdHxKM_CUymrGvGFMPnuN6naSR8zaMkRg0WtDGEKj4ClsuoHOnQ/w158-h200/2.jpg" width="158" /></a></div><br /><p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Incon</span></p><p> </p><p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Inconmensurable. En efecto, éste es el
adjetivo que les cuadra a ambas fotolucis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Idénticas formas de celebrar la Navidad.
Luz, luz y más luz por todas partes. Luz para iluminar el mundo; para salir de
las tinieblas, para recibir al nuevo año.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Seguramente, para cualquier observador
constituye un reto establecer las diferencias entre lo que se ve en cada
fotoluci. Para mí también, y no me voy a quedar callado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">La fotoluci de la izquierda muestra
claramente un nivel tecnológico arcaico en la producción de luz de la época que
fue captada por la cámara, que a todas luces y valga la redundancia no es una
cámara de aquel tiempo sino mucho más reciente. Por tanto, es evidente que Luci
hubo de viajar al pasado, quizás utilizando el túnel del tiempo. ¡Enhorabuena,
Luci! ya nos dirás como lo haces.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Hay que ver con que poquito se
conformaban nuestros ancestros para celebrar la Navidad, cuando lo más seguro
es que aún no hubiera nacido Jesucristo, lo que indicaría que eran unos
portentos anticipándose en el tiempo al consumismo que después se desarrollo.
Prueba de ello, son los regalos que les trajo Papá Noel y que están apoyados
contra la pared. Tienen hasta un fuelle para avivar el fuego, elemento de
tecnología intermedia. ¡Claro! Papá Noel se lo llevó desde la edad Media sin
ningún problema. Por cierto, que hoy en día lo tienes en Amazon por 13,95 € y
entrega en 48 horas, aunque no hay ni punto de comparación con el fuelle genuino
y con denominación de origen Atapuerca de la fotoluci.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>*******************<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La fotoluci de la derecha nos recuerda hasta
dónde puede llegar la humanidad ¡Qué derroche, qué despilfarro, qué dispendio!
¡Parad de una vez esta dilapidación, este desatino, esta manipulación de masas!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">También es verdad que el esfuerzo para
iniciar el alumbrado se circunscribe a poner en posición ON el interruptor que
permite conectar la corriente eléctrica a las bombillas y ¡Se hizo la luz! Nada
más fácil desde el célebre Big Bang.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">¡Y de gente, qué decir? Pues eso
mogollón de gente alucinada por la desbocada riada de luz que les inunda. ¡Cebollinos!
Eso es lo que sois, unos cebollinos que os dejáis manipular sin sospechar
siquiera que esa luz ha salido, en parte, de vuestros bolsillos y que sólo
responde a un único objetivo; que vuestro dinero siga saliendo de vuestros
bolsillos. Exponente claro de colaboración de las diferentes Administraciones
con los intereses de los que más tienen, en el afán de transferir el dinero
público, en forma de alicientes consumistas, a las arcas privadas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: -45pt; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Menos mal que en este caso Luci no tuvo
que cambiar de dimensión. Bastaron 50 kms. de viaje para captar la fotoluci.<o:p></o:p></span></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-48468702291817894742020-12-30T21:22:00.005+01:002020-12-30T21:32:57.686+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, DICIEMBRE, FOTO 2<p><span style="color: red; font-size: medium;"><b> Escriben sobre esta foto: Marcos Marín y Antonio Vera</b></span></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR7N8zXjJ-XgbE3rMCfrA1J_-Ty2ib5NRoezcJcuWj9C1a5xPIlS-L_OqtkOzoKqiYCwhdiOviZTaoWEwLgnojgMPFCi_ndNnXg564lamoRA8o96YuPv4-b25U_RuWUu36RKk7efMSgJg/s910/Foto+2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="910" data-original-width="720" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjR7N8zXjJ-XgbE3rMCfrA1J_-Ty2ib5NRoezcJcuWj9C1a5xPIlS-L_OqtkOzoKqiYCwhdiOviZTaoWEwLgnojgMPFCi_ndNnXg564lamoRA8o96YuPv4-b25U_RuWUu36RKk7efMSgJg/s320/Foto+2.jpg" /></a></div><br /><p></p><p><span style="color: #351c75;"><b><i>MARCOS MARÍN</i></b></span></p><p><span>El hogar encendido,</span></p><p><span>calor, luz y llamas,</span></p><p><span>el fuego colorido,</span></p><p><span>quemando las ramas.</span></p><p><span><br /></span></p><p><span>La candela chispeando,</span></p><p><span>en ascuas candentes,</span></p><p><span>de pavesa volando,</span></p><p><span>a cenizas calientes.</span></p><p><span><br /></span></p><p><span>Volutas de humo,</span></p><p><span>ascienden en la bodega,</span></p><p><span>bodegón pintado</span></p><p><span>es la despensa.</span></p><p><span><br /></span></p><p><span>Hay un cántaro de agua,</span></p><p><span>recién sacada del pozo,</span></p><p><span>en el vano de un muro,</span></p><p><span>sobre el dintel de roca.</span></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #20124d; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><i><b>ANTONIO VERA</b></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 107%;">EL
FUEGO DEL HOGAR</span></b><b><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></b></p><p></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br />
<span style="background: white;">Es un día tan frío. Diciembre va diciendo adiós
en los campos endurecidos por la escarcha. El aire corta la piel de sus pómulos
mientras camina hacia su casa después del helador, del duro día en las
aceitunas. Todas sus ilusiones están en el calor del fuego de su hogar, de su
casa, y a ella dirige sus acelerados pasos mientras un gélido sol huye rápido
por el horizonte. Sólo piensa en el calor del fuego que le espera en su humilde
lar este veintinueve de diciembre de hace un siglo, de cualquier siglo, de
cualquier invierno, de cualquier lugar, mientras regresa, extenuado por el
esfuerzo, aterido por el frío, al sublime y humilde calor de su pobre y querida
casa.</span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p><br /><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-67110861415337934522020-12-30T21:13:00.014+01:002021-01-04T19:33:10.853+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, DICIEMBRE, FOTO 1<p> </p><p><span style="color: #cc0000; font-size: large;">Escriben sobre esta foto: Lucía Muñoz, Haydée Acosta, Vicky Fernández y José Guerrero</span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqLhvHTyeG-RnXnZVOI1xhdSWFWZo0yNuLbfv2ko68fQ3EzklEkA2z_zs3MNv99hv7TA2KQgBBqGxh2Eb_AerkR2LNbHDXfhDr82CN-x_2fYuzQJJ2WPbBzzb68fD6e88xp3NoI1sBY54/s577/foto+1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="577" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqLhvHTyeG-RnXnZVOI1xhdSWFWZo0yNuLbfv2ko68fQ3EzklEkA2z_zs3MNv99hv7TA2KQgBBqGxh2Eb_AerkR2LNbHDXfhDr82CN-x_2fYuzQJJ2WPbBzzb68fD6e88xp3NoI1sBY54/s320/foto+1.jpg" width="320" /></a></div><br /><p><b><span style="color: #351c75;"><i>LUCÍA MUÑOZ</i></span></b></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Si me lo llegan a decir hace justamente
un año, no me lo creo. Estaba yo tan a gusto en la calle Larios viendo la
preciosa iluminación navideña junto a cientos de personas, todas ajenas a lo
que dos meses y medio después se nos vendría encima.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Yo no paraba de hacer fotos por todas partes,
quería captar el ambiente navideño, el movimiento de gente cargados de bolsas
de compras, o llevando de la mano a sus niños. Parejas cogidas de la mano que
se abrazaban haciéndose selfis con sus móviles a cada paso, divertidos y
felices. Mimos disfrazados de Papa Noel, artistas callejeros, magos… <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El ruido de los gritos en las terrazas de los
bares y restaurantes, las risas, los chillidos de los niños, los alegres
cánticos de una pastoral; el aroma del café y el dulzor de los pasteles; el
aroma embriagador de colonia de los probadores de las tiendas repletas de
clientes. El espectáculo de luz y sonido, comenzó y la gente empezó a bailar, a
abrazarse riendo; a besarse y acariciarse, silbidos, gritos y aplausos … todo
me llegaba a mis oídos y me hacía sonreír ilusionada por la llegada de la de
navidad…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Un años después todo me parece tan
lejano…<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Decidí ir a Málaga cuando se
levantó la prohibición de salir de mi pueblo. “Prohibición y confinamiento” dos
palabras que hemos escuchado hasta llegar a odiarlas. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Quería ver la iluminación de este año, que ha
resultado ser la misma que la del año anterior, pero con algunos pequeños
cambios; lo pude comprobar viendo una foto del 2019 en mi móvil. Lo que más me
llamó la atención es que no había a penas niños, ni mimos ni magos, que no se
escuchaba el alegre sonido de las pastorales, no había gritos en las terrazas
de los bares. Todo estaba amortiguado por esas mascarillas que tapaban los
rostros de la gente, unos rostros cuyos ojos no eran los vivaces y alegres de
otros años. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las tiendas casi vacías,
algunas tristemente estaban cerradas y con el cartel de “se alquila”. Sentía
que todos nos mirábamos con desconfianza, metro y medio de distancia o más,
como apestados. Sólo se les veía relajados cuando se encontraban con algún familiar
o amistad, y se saludaban con los codos o bien llevándose la mano al corazón.
Llegaron dos coches de policías que recorriendo de cabo a rabo la calle Larios,
durante el confinamiento todos, incluida yo, lo confieso, aplaudí alguna vez
desde mi balcón a las ocho de la tarde cuando pasaba la policía por mi calle,
ahora la gente se apartaba, los miraban de reojo. Algunos vi cómo se echaban las
manos a la cara creyendo que no llevan la mascarilla puesta. Varias reuniones
de amigos o familiares, se dispersaron, incluso los pocos que están sentado a
las terrazas, se colocaron la mascarilla y dejaron hasta de hablar entre ellos.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Apagué mi cámara y me volví al pueblo.
Tengo guardadas todas las fotos, para que me quede constancia de lo que estaba
pasando, para cuando pase el nuevo año y vuelvan otras navidades, con suerte,
las mire y no se nos olvide lo vulnerable que somos, que luchamos contra un
enemigo tan pequeño, que era invisible, pero con muy mala leche. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif"><span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Posdata: Os deseo Felices Fiestas.
Disfruten mucho. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #351c75;"><b><i>HAYDÉE ACOSTA</i></b></span></p><p class="MsoNormal"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">LUCES Y SOMBRAS<o:p></o:p></span></b></p><p></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como el día y la noche<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como el sol y la luna<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como el calor y el frío.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">En la paz y en la guerra<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Entre esperanza y miedo<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Entre alegría y pena.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Más allá de su historia<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Más allá del deseo<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Más allá del recuerdo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Como quien vive a un tiempo<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">su pasado y futuro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Así transita el hombre<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">por su vida presente.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal">
</p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;">Entre luces y sombras.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 115%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span face="Arial, sans-serif" style="color: #351c75;"><b><i>VICKY FERNÁNDEZ</i></b></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>CUENTO DE NAVIDAD</b></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span> </span>Había
una vez un rey que era inmensamente rico y su avaricia no tenía límites. Los
sótanos de su majestuoso palacio albergaban rebosantes tesoros de incalculable
valor. Los impuestos que cobraba a sus súbditos eran abusivos y no tenía
escrúpulos en subirlos cada vez que a él se le antojaba, o cuando su ministro
de economía le informaba que los gastos de la familia real y de la corte se
habían elevado y mermaban las arcas reales. Nunca invertía en obras públicas y
le daba igual si su pueblo pasaba hambre o frío porque no podía pagar los
recibos de la luz eléctrica.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Todos los años, cuando se aproximaba
la celebración de la Navidad, el palacio se adornaba lujosamente, no se
escatimaba en gastos. El rey necesitaba que su gran familia, cortesanos, más
los príncipes y reyes invitados admiraran su riqueza y en estas fiestas era
cuando más alardeaba de ella. Se adornaban todas las estancias del palacio, treinta
dormitorios y seis salones, con floreros repletos de frescas traídas de Holanda.
Las despensas de la cocina se colmaban de las mejores frutas y verduras que
cultivaban los campesinos a los que pagaban los más bajos precios posibles. Los
aviones que diariamente aterrizaban en su aeropuerto particular transportaban
las mejores telas de oriente, altos abetos de la Bretaña francesa, exquisitos
manjares; faisanes asiáticos, jamones y aceites de España, mariscos de
Singapur, caviar del mar Caspio, café de las Montañas Azules de Jamaica y los excelentes
productos de distintos países del mundo. No importaba lo que costara. Durante
todo el mes de diciembre y hasta mediados de enero los banquetes se sucedían
día y noche.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> De lo que más se enorgullecía era de
la iluminación de la calle en el que se situaba su palacio y otros palacetes de
su corte. El rey disfrutaba como un niño admirando las guirnaldas, las
estalactitas, las cortinas y las mallas de luces de todos colores que
convertían esta única calle en un lugar mágico y de fantasía. A los ciudadanos
les estaba prohibido acceder a ella y tan solo podían contemplar el
resplandor de aquella luminaria que se divisaba a varios kilómetros a la redonda.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Se olvidó contar al principio un
detalle importante. Las ventanas y balcones del palacio miraban a la única
calle lujosamente enlosada e iluminada, o bien a los distintos patios
interiores, pues el rey, no quería contemplar las miserables casuchas donde
vivían hacinados los habitantes de la ciudad, no soportaba ver la realidad que
le rodeaba; las calles sin asfaltar y semioscuras por las pocas farolas que las
iluminaban, las desvencijadas casas con tejados de uralita que descendían por
la colina donde se situaba el palacio. En lo más profundo quería traer
excavadoras que las demolieran y alejarlas de su vista.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> En la ciudad existían varios grupos
antimonárquicos que actuaban en la clandestinidad. No realizaban atentados
violentos, pero sí intentaban desestabilizar al rey. La causa principal era que
mientras la familia real y su corte vivían en la abundancia, el pueblo sufría
escasez, miseria y estaba acosado por las intermitentes subidas de impuestos.
Comparaban a su rey con los monarcas de la Edad Media. Las opulentas y
fastuosas fiestas navideñas, en las que el rey despilfarraba a manos llenas se
consideraba una ofensa a la ciudadanía, era cuando esta se sentía más
discriminada y ninguneada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Uno de los grupos clandestinos asaltó
y saboteó la central de luz eléctrica y provocó un gran apagón que duró una
semana. El palacio, los palacetes y la calle profusamente iluminada que deslumbraba
desde que se ocultaba el sol perdieron su aparente fastuosidad. Durante siete
días el rey y su élite se vieron aquel año privados de luz eléctrica y los
exquisitos alimentos que guardaban en los frigoríficos se malograron. Por más
que apremiara el primer ministro para que se arreglara la gran avería, los
técnicos eléctricos no la encontraron.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> El rey y su corte aquel año no
pudieron celebrar la Navidad, sin embargo, para los ciudadanos fueron unas
maravillosas fiestas, porque su felicidad no estaba en las luces ni en las
copiosas comidas, sino en permanecer cerca de sus seres queridos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #0b5394; font-size: 12pt; line-height: 107%;"><b><i>JOSÉ GUERRERO</i></b></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: center;"><span face="Calibri,sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"> </span><span face="Calibri, sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-variant: normal; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><b> Iluminación navideña</b></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> La iluminación navideña de la calle Larios fue
todo un acontecimiento, una noche única, con la banda de música interpretando
el Amor brujo, y el portentoso castillo de fuego, que animaba al público a
disfrutar de la espléndida fiesta de luces de variopintos colores y matices. <o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span> </span>Un show de ensueño con todos los ingredientes
lumínicos a su alcance, juntamente con el cuerpo de técnicos, policía local y
nacional y bomberos a la expectativa por si tuviesen que intervenir por algún desaguisado
o fallo técnico de instalación, exhibiéndose en los balcones una envidiable exornación
con las mejores galas, convirtiéndose el evento en una noche mágica, donde residentes,
visitantes y foráneos se volcaron en encendida vorágine pasándolo en grande, disfrutando
del fantástico espectáculo en el oleaje de un mar de luces multicolores.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">A la mescolanza de luminosos contrastes y afluencia </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">de personal se unió subrepticiamente aquella noche un tironero, que como el que </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">no hace la cosa, se movía a sus anchas por los barrios de Málaga, y aprovechando </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">el bullicio reinante de criaturas pululando por doquier en la festiva </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">inauguración, se abalanzó como un tigre sobre una mujer que estaba gozando de la </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">maravillosa obra de los artificieros electrónicos malagueños robándole el bolso </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">tras un fuerte forcejeo, rodando la señora por el frío suelo, y con las mismas </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">se escurrió como una salamanquesa por entre el gentío que se agolpaba en esos </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">instantes queriendo ver de cerca el altar de los sueños, siendo harto difícil </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">dar con el paradero del infractor, dificultándolo aún más si cabe al ir cubierto </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">con un pasamontañas, no quedando en principio ninguna pista o señales identificadoras </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; white-space: pre-wrap;">por donde descolgarse.</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span> </span>Tan desafortunado suceso tuvo lugar esa noche tan especial, víspera de las fiestas navideñas, mas recordando el dicho popular de “a Dios rogando y con el mazo dando” la policía siguió trabajando, y unas semanas más tarde informaba de que una muchacha había sacado una foto sin darle apenas importancia, ya que la hizo como un juego por entretenimiento, al llamarle poderosamente la atención la vertiginosa rapidez con que corría un muchacho por entre la tumultuosa masa humana sorteando obstáculos, haciendo la foto casi sin pensar al cruzarse con ella en la desesperante fuga, quedando grabado su perfil fotogénico en la memoria del móvil.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> La señora, que había quedado tirada en el
suelo tras ser arrastrada por el tironero en encarnizada pugna por llevarse el
botín, yacía maltrecha y seminconsciente.<o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"> </span><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">Al poco tiempo se oyeron los nerviosos
gritos de la sirena que acudía presurosa, pidiéndole a la multitud que retrocediese
para que pudiese pasar la ambulancia en medio de aquel río humano, que
transitaba ansioso y apelotonado interesándose por el estado de la mujer. </span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;"><span> </span>El personal médico bajó lo más rápido que
pudo para recogerla, y llevarla a urgencias del centro hospitalario más
cercano.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Ella, después del desgraciado percance fue poco
a poco volviendo en sí en el centro hospitalario tras recibir los primeros
auxilios, y luego iba incorporándose paulatinamente en la cama, abriendo un ojo
y luego el otro con mucho tiento y miedo, y estuvo departiendo con los
sanitarios, relatando lo mejor que podía los pormenores que recordaba del funesto
suceso.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Luego la animaron a que diese unos pasos por
la habitación para ver someramente su estado general, por si tuviese algún
hueso roto que le impidiese moverse, y finalmente se comprobó que era el brazo
izquierdo la parte del cuerpo que tenía más dañada con fuertes dolores, al ser
ele punto donde recibió el impacto del tirón.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Ella pidió la baja en el colegio donde trabajaba
como maestra, y a la semana siguiente se supo que había sido detenido el
ladronzuelo, y que no era la primera vez que lo hacía, sino que lo había
realizado en multitud de ocasiones por adicción a las drogas.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Tras las pesquisas de la policía, se informó
de que era un muchacho huérfano del grupo de riesgo al que la maestra le impartía
clase, y que había perdido a sus padres en accidente de coche, y vivía con una
tía suya.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> El muchacho en el fondo no era mala persona,
pero los problemas familiares y de afecto le asfixiaban sobremanera. Todo ese complejo
de calamidades le empujaba a cometer los frecuentes hurtos principalmente en
los grandes almacenes, por ser el espacio más favorable a sus pretensiones, y donde
encontraba mayores facilidades.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Sustraía pequeños objetos de valor para
luego venderlos en donde podía, en mercadillos o por la calle, a fin de
abastecerse de los estupefacientes que consumía.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Un día bastante caluroso de estío iba una muchacha
de compras por los distintos centros y stands del barrio, y le picó la
curiosidad por conocerla, y observándola se percató de que se le había caído una
hermosa flor que llevaba en el pelo, y con las mismas se agachó a recogérsela,
y en ese cruce de miradas se miraron fijamente a los ojos quedando al instante prendados
el uno del otro, en aquel fortuito y milagroso encuentro.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Más adelante se citaron para ir a una
discoteca del centro de la ciudad, pero el muchacho no tenía dinero, y con las
mismas adelantó la salida para recabar fondos por algún mercado de la zona o
tienda propicia y así poder cumplir el sueño, y hacerle un bonito regalo a la
chica que había conocido.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> En ésas andaba el joven buscándose la vida, cuando
se cruzó con la policía, y con las mismas le echaron el guante, y lo introdujeron
en el vehículo policial siendo arrestado en los calabozos del distrito.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> La muchacha con la que había quedado citado en
la discoteca esperaba desesperada e impaciente su llegada que nunca se materializó,
y se quedó compuesta y sin novio, porque el muchacho entró en prisión preventiva
por orden judicial.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Al cabo de los años, cuando lo cambiaban de
cárcel a otra población ideó un plan de fuga dándose un corte en el muslo, y
tuvieron que llevarlo a prisa y corriendo a un centro médico porque se
desangraba, y cuando iba a entrar en el recinto hospitalario dio un salto y salió
corriendo como un loco huyendo de la policía, y todavía lo andan buscando.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> Ese muchacho huyó a Brasil, y con el paso de
los años regresó a España convertido en todo un señor, un indiano de pies a
cabeza, con los deberes hechos y saneadas las cuentas, que le permitirían
hacerse una casona a su gusto en la zona preferida, y vivir felizmente de las
rentas lo que le quedase de vida.<o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri, sans-serif" style="color: black; font-size: 12pt; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">
</span></p><p dir="ltr" style="line-height: 1.295; margin-bottom: 8pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;"><span face="Calibri,sans-serif" style="background-color: transparent; color: black; font-size: 12pt; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: 400; text-decoration: none; vertical-align: baseline; white-space: pre;"> </span></p><b><span style="color: #351c75;"></span></b><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-18039999751722163242020-12-01T20:21:00.010+01:002020-12-02T19:05:19.364+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, NOVIEMBRE, FOTO 2<p> </p><p><span style="color: #cc0000; font-size: medium;">Escriben sobre esta foto: Marcos Marín, Vicky Fernández y José Guerrero</span></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqMkMAAbM3UXamo_-Pt8UVS5aK7tL9xOblY5v6Klx-JxaPZ-FJxhs1RTxLcrUHWVUPPqpWsPIfXE3XYTuJ6xk2qBT_bGm5AQovpBZtAXzGiGmgd9z027cI-0TLfWeF781eafIwjE6o1Co/s960/foto+2+novi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="758" data-original-width="960" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqMkMAAbM3UXamo_-Pt8UVS5aK7tL9xOblY5v6Klx-JxaPZ-FJxhs1RTxLcrUHWVUPPqpWsPIfXE3XYTuJ6xk2qBT_bGm5AQovpBZtAXzGiGmgd9z027cI-0TLfWeF781eafIwjE6o1Co/s320/foto+2+novi.jpg" width="320" /></a></div><div><br /></div><p></p><p><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>MARCOS MARÍN</b></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Entrando por el
soportal,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">al zaguán umbrío<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">y por el segundo
umbral,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">al templo sombrío.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Baldosas negras y
blancas,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">casi doscientos años,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">pisadas y desgastadas<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">por innumerables
pasos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Un monaguillo con
talar,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">contempla la entrada,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">con ánimo de observar,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">con su mirada
templada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Sus manos sujetan,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">un cuaderno de salmos,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">que los fieles cantan,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">en el culto los
domingos.<o:p></o:p></span></p><table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" class="MsoNormalTable" style="border-collapse: collapse; mso-yfti-tbllook: 1184;">
<tbody><tr>
<td style="padding: 0cm 12pt; width: 33pt;" valign="top" width="44"></td>
<td style="padding: 0cm; width: 549.6pt;" width="733"></td>
</tr>
</tbody></table><p><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">
</span></p><p><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b><br />VICKY FERNÁNDEZ</b></span></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">MONAGUILLO LIMOSNERO</span></b><b><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> </span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Otro turista que sale por la puerta
sin rascarse el bolsillo. Muchas fotos a las imágenes y al retablo, pero no se
dan cuenta que mantener todo este lujoso templo cuesta un pastón. La verdad es
que tenemos un retablo barroco preciosísimo y todo el que lo contempla se queda
boquiabierto, es una obra de arte. Vaya, vaya con el hombre, se ha dado una
vueltecita y ni siquiera ha rezado un simple Padrenuestro, seguro que ni se lo
sabe. Cada vez son más ateos los turistas que hacen el periplo por las iglesias
de la ciudad. Y no quiero hablar de las hordas de orientales; chinos,
norcoreanos, japoneses que pasan diariamente por aquí. Estos turistas son los
que más me fotografían, les caigo en gracia, se ve que en sus templos no hay
monaguillos limoneros como yo. Estos sí que no sueltan ni un euro. Siempre muy
sonrientes, pero muy <i>agarraos</i>.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Nada, que hoy no estreno mi hucha. Y
bien que se me ve al entrar o al salir. Todos se hacen los <i>longuis</i>. Ahora, este
hombre más que nadie. La mujer mucha fotito a este pobre monaguillo, que no sé
cuántas me ha hecho ya, que tiene que tener el dedo con agujetas de disparar
tantas. Si me vienen muchos como esta pareja me van a quitar de aquí y me
arrinconarán en uno de los sótanos cerca de la lúgubre cripta. Ya estuve un
tiempo desterrado allí y me daba un canguelo enorme. Si don Críspulo, el cura
párroco, comprueba que no recojo dinero en mi hucha me confinará otra vez al
oscuro y húmedo sótano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Pero tío, ¿te vas a decidir ya a
entrar o salir? No ves que mientras tienes el portalón abierto hace corriente.
A mí las corrientes de aire me van fatal, no diré que me resfrío, sería una
estupidez por mi parte, pero sé que la madera con la que estoy tallado se
resquebrajaría. Además, tengo dos siglos y ya me han restaurado tres veces, la
próxima a lo mejor no me llevan al subterráneo, tal vez me quemen.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Qué tiempos más raros son estos, yo
no los comprendo. Las iglesias vacías de feligreses, solo unas seis o siete
beatas que asisten a misa, y llenas de turistas que ni rezan ni se gastan un
euro. En fin, paciencia, me quedará mucho por ver si duro en este privilegiado
puesto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Este tío qué<i> pesao</i>. Se ha
quedado en el dintel de la puerta mirando la calle. Sal o entra de una vez <i>encogío,
</i>que eres u<i>n encogío.</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><i><br /></i></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: medium; line-height: 150%;"><b>PEPE GUERRERO</b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <b> EL HOMBRE DE NEGRO</b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Salió Álvaro echando chispas de la iglesia
tras confesar el último crimen que había llevado a cabo en un lugar sin
concretar, apuntando a la sierra de Almijara, y se dirigía en dirección al
monipodio, donde se mascaban los secretos de muerte y repartían el botín, aguardando
eufóricos los compinches para alzar la copa brindando por la heroica gesta del
último ajuste.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Todo lo que espetó Álvaro al sacerdote en el
confesionario bajo secreto sacramental no quería que saliese de esa tumba por nada
del mundo, haciendo lo indecible para no dejar cabos sueltos de su vida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Álvaro había sido toda su vida un humilde pescador
echando las redes por la bahía malacitana con una vieja barca de segunda mano,
que con mucho sacrificio pudo pagar mendigando por las calles del centro de la
ciudad. La barquichuela no estaba para muchos trotes, y avanzaba renqueante peleándose
con la espuma de las olas, y daba miedo verla haciendo milagrosos equilibrios
para sostenerse en pie y millas a trancas y barrancas, no sabiendo nunca si llegaría
a alguna parte o a un banco de peces, y aguantaba la pobre ya tan arrugada y
despintada, pidiendo a gritos una reforma como el comer.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> A
malas penas juntaba lo suficiente Álvaro para sufragar los gastos de carburante
y el sustento de la familia con cinco retoños a su cargo, que se comían a
pavía, y ante tan alarmantes estrecheces y penurias se vio abocado a jugarse la
vida entrando en un grupo del crimen vendiendo muerte por los cuatro puntos
cardinales del globo enviando droga por un tubo, y conseguir la mayor ganancia
posible en poco tiempo y poder llevar en adelante una vida tranquila y decente,
libre de miserias y calamidades.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> El tiempo tan negro que vivió sólo lo sabían
su abuelo y una tía suya, que murió de tuberculosis muy temprano.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> No podía quejarse Álvaro de los ingresos que
obtenía en tales circunstancias tan delicadas, pues sus cinco niñas iban a los
mejores colegios de la comarca con buenos trajes y sus respectivas motos, pasando
unas ricas vacaciones en los puntos más prestigiosos del planeta, buscando la
fórmula para que sus descendientes viviesen felices y contentos, a salvo de
cualquier contingencia.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Mas la vida da muchas <b>vueltas y tumbos</b>, ya que nunca se sabe si lo que hoy vale se
tornará mañana en veneno a la vuelta de la esquina. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Un día de horrible temporal, que llovía a
cántaros según iba con un flamante mercedes por la autopista, un vehículo de la
guardia civil le iba siguiendo los pasos, dando la voz de alarma a los otras
patrullas policiales, y al verse Álvaro rodeado de coches por los cuatro
costados se dio una puñalada sangrando como un cochino, siendo transportado por
la policía al hospital más cercano para que le atendiesen.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> El jefe de los capos andaba en esas fechas por
Barranquilla, y cuando le llegó la noticia macabra empezó a construir contra
viento y marea un fuerte, una especie de refugio atómico, con idea de no ser capturado
por las fuerzas del orden. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Con el paso del tiempo los actores cambian, y
una antigua novia que tuvo había contraído una grave enfermedad por ingesta de
estupefacientes, y quiso por despecho comunicarle a la policía todos los estragos
de la banda a la que pertenecía ante sus inquietantes remordimientos, no pudiendo
por menos de ir a desembuchar parte de lo que le asfixiaba, aunque temía por su vida, porque en el momento en que se enterase
la banda de la traición no tardarían en ajusticiarla a muerte y callase para
siempre, porque eran sus instrucciones sumarísimas, lo mismo al chico que al
grande, y no se podía dar el chivatazo, porque por la boca muere el pez. Así
suele ocurrir en este sucio mundo del crimen. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> No cabe duda de que es harto reconfortante
acaparar en dos días un gran capital que ni en cientos de años trabajando como
un negro noche y día lo podría lograr, como no fuese con la lotería, pero ni
tampoco, siendo la coartada acariciada por Álvaro para dar el salto y alistarse
en la familia de la mafia, asegurándose una desahogada existencia cosechando un
envidiable nivel económico y social, bien lejos de la hambruna.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Su familia no compartía tales ideales, pero
cuando le arrimaba buenas sumas de peculio, le sonreían y abrazaban haciéndole mil
carantoñas, deseándole lo mejor hasta que llegase la nueva remesa tras las sentencias
de muerte, con esperanza de que nunca le tocase a Álvaro, y siguiese en la
brecha saliendo ileso y vivo de los embates del mar de la vida y redadas de la
policía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Compraron varios pisos de lujo y suntuosos
chalets por la costa malagueña, Costa Azul y zona de Mónaco, adonde acudían con
frecuencia para invertir en el juego.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Pese a todo no soportaba Álvaro el color
oscuro de su vestimenta, provocándole no pocas depresiones. Los soleados
amaneceres se le tornaban turbios y gruñones por el parte de vuelo que cada
mañana le elaboraba la banda del crimen.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Últimamente viajaba menos a <b>Colombia y Sicilia</b> por los contagios
víricos entre otros motivos a parte del auge de controles policiales, pero unas
fechas atrás sin embargo iba como pedro por su casa para gestionar ingresos,
aranceles y aduanas para canalizar el clandestino transporte de estupefacientes
en grandes buques de carga, y a veces en barcos de poca monta, exponiéndose a
los más comprometidos peligros en la travesía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En el último viaje que realizó desde
Barranquilla venía el barco con los motores a medio gas, asfixiado por la inmensa
cantidad de sacas que transportaba, siendo interceptado por los carabinieri a
su paso por aguas italianas, lo que le acarreó pasar cinco años en chirona,
hasta que la novia le introdujo un arma camuflada, y una noche de horrible
temporal con truenos y relámpagos a mansalva, cayendo chuzos de punta, cogió el
revólver, y acercándose a los vigilantes empezó a dispararles cayendo muertos
en el acto, dándose a la fuga en un helicóptero que le aguardaba en la puerta
del presidio, llevándolo a un escondite de la banda.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En su negro y largo historial, tuvo Álvaro
que pasar por los distintos grados de la cofradía, aprendiz, oficial y maestro,
y durante un tiempo fue el encargado de darle la puntilla al elegido para el ajuste
de cuentas, ejecutando a sangre fría las estrictas órdenes.<b><o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Un día después de dejar a la novia en las
puertas de un museo</span></b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;">, y regresando a la guarida con sumo sigilo
quiso antes de nada ponerse en manos de un gurú que lo guiase, pidiéndole ayuda
y descargar de paso el peso de la conciencia que le atormentaba, pues no podía
conciliar el sueño por los remordimientos que como ascuas ardiendo le abrasaban
hasta límites insospechados.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> Álvaro llevaba dentro de lo que cabe una
vida bastante rutinaria, sin grandes sobresaltos, pero según pasaba el tiempo
se iba haciendo más viejo y dejando por los senderos muy a su pesar desperdigados
cachos de documentos secretos, trozos de su persona y gotas de sangre caliente.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <i>Cierto día apareció un cadáver</i> en una
playa de Sicilia escupido por las olas delatándole por los múltiples y
fehacientes rastros que encontraron de su persona en ropas y cabeza del
fallecido. Álvaro, ante la inminente detención por la interpol, no sabía qué
hacer para borrar de su currículo tales sospechas, y auspiciar una primavera
tranquila en libertad, mas tal percance precipitó más si cabe su perdición,
porque a las pocas semanas unos sicarios secuestraron al cura obligándole a
vomitar todo cuanto le había relatado a través de la confesión ante la tortura a
la que se vio sometido, refiriendo con pelos y señales todas las desvergonzadas
y atroces fechorías de Álvaro.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <b>En la
fiesta de un amigo</b> celebrando una boda en un paradisíaco hotel en aguas del
Caribe fue arrestado ingresando en prisión, no pudiendo ya seguir con su
corolario de muertes y tropelías según denunciaban los informes policiales, y que
al parecer había sido autor material de la muerte de al menos cuatro personas
por los ajustes de cuentas de la banda.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <b>Otra
hija suya</b>, al enterarse de la vida que había llevado su padre, entró en un
convento de clausura a hacer penitencia pidiendo por él, pues su frágil
conciencia se resquebrajaba sobremanera sintiéndose en parte responsable de los
criminales y viles pasos de su progenitor.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En una de las visitas que llevó a cabo la
hija a la prisión le cogió un lazo que llevaba en el pelo, y en menos que canta
un gallo entró en el cuarto de baño y con las mismas, con negras lágrimas en
los ojos, se ahorcó con él.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> <b>Cuando
lo encontraron</b> yacía en el suelo sin vida, y la policía se puso en contacto
con su hija monja para informarle del deceso e interrogarle a cerca del
fallecimiento para esclarecer los hechos, y a la hija sin saber cómo le entró de
repente una convulsión tan severa que cayó sin conocimiento rodando por los suelos
no volviendo en sí, como si hubiese querido dar la vida por su padre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 150%;"> En los insondables rumbos y montañas rusas
del vivir nadie está exento de cualquier advenimiento de luz o apagón repentino
de vida, cumpliéndose, como en el presente caso, el proverbio, “<b>quien a hierro mata, a hierro muere</b>”. <o:p></o:p></span></p><p><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">
</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p><span style="font-size: medium;"></span><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-63418784749143995992020-12-01T19:55:00.010+01:002020-12-01T20:13:50.811+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, NOVIEMBRE, FOTO 1<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #cc0000; font-size: medium;">Escriben sobre esta foto: Antonio Vera, Luci Muñoz y Vicky Fernández</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQHwNxZBv2oBWyYIS5NOGEwihYN2dreV_x8dZGgk0d-NkyWeoNjvonTCrNCaxnli3JLwpoBnNAbsr7jhJVoyKOtIZ_7D0x6ZqPRj3rCurcYMxCsVcFZE2RVW7v1rSV1Kz-VhAh8ndZZBE/s1041/foto+1+novi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="804" data-original-width="1041" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQHwNxZBv2oBWyYIS5NOGEwihYN2dreV_x8dZGgk0d-NkyWeoNjvonTCrNCaxnli3JLwpoBnNAbsr7jhJVoyKOtIZ_7D0x6ZqPRj3rCurcYMxCsVcFZE2RVW7v1rSV1Kz-VhAh8ndZZBE/s320/foto+1+novi.jpg" width="320" /></a></div><br /><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b> ANTONIO VERA</b></span><div><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><b><span face=""Arial",sans-serif" style="background: white; color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">VENECIA</span></b><b><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br />
</span></b><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; line-height: 150%; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br />
<span style="background: white;">Venecia,</span><br />
<span style="background: white;">todos tus puentes</span><br />
<span style="background: white;">transitó mi corazón,</span><br />
<span style="background: white;">doblemente enamorado</span><br />
<span style="background: white;">de ti,</span><br />
<span style="background: white;">y de aquél mi gran amor.</span><br />
<span style="background: white;">Aunque Rialto es el bello,</span><br />
<span style="background: white;">y para todos el mejor,</span><br />
<span style="background: white;">el Puente de los Descalzos</span><br />
<span style="background: white;">aún reina en mi interior ;</span><br />
<span style="background: white;">lo cruzamos al llegar</span><br />
<span style="background: white;">con maletas de ilusión,</span><br />
<span style="background: white;">jóvenes, enamorados,</span><br />
<span style="background: white;">transidos por la emoción</span><br />
<span style="background: white;">de nuestros pechos palpitantes</span><br />
<span style="background: white;">como sólo palpita el amor</span></span></p></div><div><span style="color: #2b00fe;"><b><br /></b></span><div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="color: #2b00fe;"><span style="background-color: white; font-size: medium;"><b>LUCÍA MUÑOZ</b></span></span></div></div><div><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="color: #2b00fe;"><span style="background-color: white; font-size: medium;"><b><br /></b></span></span></div><div><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 28.0pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28pt 0cm 1cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Aquella
mañana Fernando sentía un inesperado nerviosismo, en su interior y en sus
piernas, que le estaban haciendo insufrible el viaje en tren hacia Venecia, no
dejaba de removerse en su asiento y no tenía paciencia para leer el periódico
ni tan siquiera para leer mensajes de wassap. Ofuscado consigo mismo por no
poder templar su estado de ansiedad, decidió levantarse e ir al vagón cafetería.
Pidió un vaso de leche caliente con cacao, recordando que cuando era pequeño su
madre se lo daba antes de dormir y siempre le relajaba y se quedaba dormido
enseguida. Cogió el vaso de leche con las dos manos, el calor le hizo
estremecerse, hasta el punto de mover todo su delgado cuerpo. No había apurado el vaso cuando por la
megafonía, escuchó un sonido estridente y una voz femenina, no menos aguda, anunciando
que estaban entrando en la estación de Santa Lucía. Se levantó con tanta rapidez que movió la
mesita y el vaso fue a parar al suelo haciéndose varios trozos y derramando el
poco contenido que le quedaba. Fernando, alborozado y más nervioso, pidió
disculpas al camarero y salió del vagón con unos cuantos ojos pegados a su
espalda, o eso le parecía a él sentir hasta que llegó a la puerta de salida que
se abrieron enseguida, y el aire fresco de mediados de otoño, le guanteó el
rostro y le relajó la mente. Atravesó pasillos abarrotados de gente que iban y
venían, la mayoría pegados a sus móviles, corriendo, caminando a paso rápido, y
otros tirando de maletas con ruedas o cargados de bolsas de la compra. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 28.0pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28pt 0cm 1cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif">Ante él
estaba el puente de Calatrava, con sus amplios escalones porque el que subían y
bajaban cada día miles de personas, en su mayoría turistas. El ritmo era frenético, incluso los que
llegaban para pasar sus vacaciones, subían con rapidez los escalones cargados
con sus maletas. Fernando, miró la escalera, suspiró, se ajustó la corbata, la
chaqueta azul y apretó la empuñadura dorada de su maletín. Era la primera vez
que el director del Banco Santo Spíritu en Milán, lo enviaba para hacer unas
gestiones con la sucursal que había en Venecia. Echó un vistazo a su reloj plateado,
y confirmó que le quedaba una hora para su cita de trabajo. Un aroma de rosquillas
fritas le hizo girarse y ver de dónde provenía tan dulce y atrayente aroma. Era
de un kiosco ambulante junto al embarcadero para coger los vaporettos que
hacían de autobuses en Venencia. No pudo
resistir la tentación, se compró un cucurucho y sentado frente al escalinata
empinada del puente de Calatrava, saboreó las ricas rosquillas con sonrisa
bobalicona observando el movimientos de gente subiendo y bajando. Siempre había soñado con venir a Venecia de
vacaciones con su novia, y ahora que estaba en la ciudad, pensó en Julia, su
enamorada, se ruborizó y sintió su corazón agitado, mientras mordía la última
rosquilla como si fuese el cuello de su Julia. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 28.0pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28pt 0cm 1cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif">El día
estaba soleado, el cielo azul y las calles de Venecia le estaban esperando.
Sonrío y esta vez, con paso firme y tranquilo, comenzó a subir el segundo
escalón del puente de Calatrava, con la convicción de que hoy iba a ser un gran
día para él. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 28.0pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28pt 0cm 1cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 8pt 21.3pt; text-align: left; text-indent: 14.15pt;"><b style="text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: medium; line-height: 150%;">VICKY FERNÁNDEZ</span></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 8.0pt; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 8pt 21.3pt; text-align: center; text-indent: 14.15pt;"><b style="text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">DE ACÁ PARA ALLÁ</span></b></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Me
encanta observar a la gente en su ir o venir diario. No comprendo porqué
caminan todos tan estresados y con caras tristes. Siempre cargados de
bolsas, maletas, mochilas, parecen hormigas. Ni se saludan cuando se cruzan, no
se miran a los ojos; la mayoría suele estar pendiente a las pantallas de sus
móviles o a los objetivos de sus cámaras fotográficas. No sé para qué trajinan
tanto de acá para allá todo el santo día. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Venga,
vamos borregos, a trabajar todos, a poneros el despertador para levantaros y a
correr, correr y correr. No sé ni comprendo lo que soñáis, lo que pretendéis
con esa vida tan acelerada. ¿Para qué acaparar cosas si no os vais a llevar
nada cuando os entierren?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">A este
del traje gris con corbata celeste que va hablando con una mujer lo tengo ya
fichado. Sube y baja estas escaleras cuatro veces al día, algunas va muy
tranquilo y otras bastante acelerado. Ella tiene que ser su compañera de trabajo
porque suelen comentar cosas de la oficina, no todos los días van juntos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-indent: 14.15pt;">También pasa casi a diario la chica
de vaqueros con el pelo rizado, tiene que vivir cerca y suele ir cargada
de bolsas de la compra. Hoy es raro que no vaya pegada al móvil porque no se
separa del aparato, un día de estos rodará escaleras abajo porque no presta
atención a la bajada, tal vez sea porque se sabe los escalones de memoria.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Los demás son turistas, aves de paso
como yo los tengo catalogados, no me merece la pena estudiarlos porque me
importan poco. No son de la ciudad y aunque están de vacaciones, no se relajan
y siguen con los mismos comportamientos que en sus lugares de origen. La
verdad, no entiendo para qué se gastan tanto dinero en viajar si lo único que
van a llevarse van a ser fotografías de recuerdo, podrían comprar postales.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> Todo esto que observo diariamente
sentado sobre mi saco de dormir me afirma el tipo de vida que he decidido.
Tengo claro que no quiero vivir de acá para allá y prefiero ser un vagabundo libre.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;">
</p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 21.3pt; margin-right: 28.3pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 28.3pt 0cm 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 14.15pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"> <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: 1.0cm; margin-right: 20.9pt; margin-top: 0cm; margin: 0cm 20.9pt 0cm 1cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;">
</p><p class="MsoNormal" style="text-indent: 35.4pt;"><o:p> </o:p></p><span face="Arial, Helvetica, sans-serif" style="color: #2b00fe; font-size: x-small;"><span style="background-color: white;"><b></b></span></span></div>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-24122156621474455532020-12-01T19:32:00.009+01:002020-12-01T19:45:24.784+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, NOVIEMBRE, FOTOS 1 y 2<p><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"> Escriben sobre estas dos fotografías: </span><span style="color: #cc0000; font-size: large;"> </span><span style="color: #cc0000; font-size: large;">Paquita Díez y </span><span style="color: #cc0000; font-size: large;">Paco López </span></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqxgFgsirfvk4Ik8Xz-QGV7NDpONCkkvbPhahFwKWhYP3YG8lZddKJb533T7lcCTWph3xd-MtfdwtjUGDNhQbXMu5l0hv04FB0LmnbZsLL6yqpnLi96yskEdhd0QwpQDlayow-e6nDaAM/s960/foto+2+novi.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="758" data-original-width="960" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqxgFgsirfvk4Ik8Xz-QGV7NDpONCkkvbPhahFwKWhYP3YG8lZddKJb533T7lcCTWph3xd-MtfdwtjUGDNhQbXMu5l0hv04FB0LmnbZsLL6yqpnLi96yskEdhd0QwpQDlayow-e6nDaAM/s320/foto+2+novi.jpg" width="320" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVDPwvsGtWn8F0JoKUo4eoQif3c2pZjyXDZYoC3n5xwXKUhbTNn3eLrCaSjJ86n79s0r8ncWgFyUJqelCJIgLtVXeCg_FWy3a_Sg-e7fhrcTgc7AW9wSBsg5AuUHUoQAbvggn1wqpqHoI/s1041/foto+1+novi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="804" data-original-width="1041" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVDPwvsGtWn8F0JoKUo4eoQif3c2pZjyXDZYoC3n5xwXKUhbTNn3eLrCaSjJ86n79s0r8ncWgFyUJqelCJIgLtVXeCg_FWy3a_Sg-e7fhrcTgc7AW9wSBsg5AuUHUoQAbvggn1wqpqHoI/s320/foto+1+novi.jpg" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="color: #2b00fe;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;">Paquita Díez</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-size: large;"><p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin: 0cm 32.35pt 0.0001pt 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Ramón
y Teresa subían a toda prisa las escaleras que conducen a la estación del norte
de la localidad, tirando de maletas y bolso, dónde llevaban sus ropas y enseres
para pasar unos días en el pueblo de Ramón. La hora del tren se acercaba y no
podían perderlo, pues hasta el día siguiente no salía otro para el pueblo de
Ramón. Lloviznaba, y en un traspiés, Teresa cayó por la escalera con su maleta que
la produjo un fuerte dolor en la pierna que la impedía andar. Ramón quiso
ayudar y cogiéndola por el brazo siguieron andando hasta alcanzar una calle
dónde poder coger un taxi que les llevase al hospital. Se había fracturado la
tibia y tuvo que ser ingresada para operarla.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin: 0cm 32.35pt 0.0001pt 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">¡Con
la ilusión que teníamos de ir al pueblo y ver a la familia!, pensaba Ramón
sentado en un banco dentro del hospital, pero lo más importante es que Teresa
se ponga bien y se recupere pronto. Luego iremos en otro momento. Se levantó y
se dio una vuelta por el pasillo del hospital, cuando oyó un grito fuerte,
apresurándose en ir a la habitación donde estaba Teresa, pero Teresa estaba
medio dormida bajo los efectos de un analgésico muy fuerte. Ramón se
tranquilizó y se quedó dormido en la silla que había para los familiares, al
lado de la cama de Teresa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin: 0cm 32.35pt 0.0001pt 21.3pt; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">A
los pocos días de operada, Teresa era dada de alta con la recomendación de su
médico de ser prudente y no hacer tonterías porque las consecuencias podrían
ser fatales. Al cabo de dos meses, empezó con la rehabilitación hasta que un
día, mientras Ramón estaba trabajando, salió a la calle para dar una vuelta y
se metió en una iglesia para dar gracias a Dios. Cuando Ramón llegó a casa y
vio que Teresa no estaba se inquietó un poco, pero sabiendo lo religiosa que
era, no lo dudó y fue a la iglesia para ver si se encontraba allí. Cuando pasó
por delante del monaguillo, éste le pidió por favor, que le enseñase su carnet
para el hacer el control del coronavirus, pero Ramón pasó de largo y cuál fue
su sorpresa cuando nada más pasar la puerta de entrada de la iglesia, una
persona le paró para tomarle la temperatura y preguntarle por su carnet de
identidad. Éste se lo enseñó, pero como la temperatura era de 38º, de inmediato
le mandaron a su casa, pero como él había venido a buscar a su esposa, dijo que
no se iría sin ella. Desde la iglesia llamaron a la policía, y ésta sin decir
palabra lo llevaron a su casa encerrándole en una habitación. Cuando Teresa
volvió de la iglesia y le encontró confinado en su habitación, dio un grito de
horror que asustó a Ramón. –¡Pero cariño, como te asustas tanto!, si teniendo
tanto trato con Dios, tu no tienes más que ejercer tu influencia y nos
curaremos los dos, o si Dios quiere nos moriremos juntos. <span style="color: #2b00fe;"><o:p></o:p></span></span></p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-size: large;"><p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin: 0cm -2cm 0.0001pt -62.95pt;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="color: #2b00fe;">Ramón
y </span></span></p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;">Paco López</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-size: large;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-size: large;"><p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin: 0cm 32.35pt 0.0001pt 1cm; text-align: justify; text-indent: 21.3pt;"><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">Son
las 11,15. Hace 10 minutos que llegó el tren de Milán. Falta media hora para
que salga el tren a Roma. Este último tren es en el que Paula y Adrián se
desplazarán a la Ciudad Eterna para asistir al Seminario Ordinario Diocesano.
Ambos han puesto grandes esperanzas en el mismo, ya que es la puerta
imprescindible para acceder a su objetivo vital de poder ser consagrados como
diáconos de Santa Ursula, patrona y protectora de la ciudad natal de ambos. En
tanto llega tan ansiado momento, Ricci, párroco a la sazón de la iglesia de
Santa Úrsula monta guardia en la puerta de la iglesia. La policía local tras
las últimas investigaciones llegó a la conclusión de que el robo reiterado de
los cepillos de la iglesia son una operación de distracción, ya que el
verdadero motivo de las visitas a la iglesia es preparar una operación a mucha
mayor escala. Quieren llevarse la estatua del monaguillo que recibe a los
feligreses y turistas en la puerta de la iglesia. Se trata de una pieza de
incalculable valor artístico hecha en madera policromada y fechada en el siglo
XVI. Y de paso también, llevarse la puerta tallada de la entrada. Ricci se lo
ha tomado muy en serio y no se separa de la puerta. Un refuerzo como serán
Paula y Adrián le vendrá muy bien. Sin embargo, las cosas no van a ser tan
fáciles. En la fotoluci de la izquierda se ve claramente a Paula y a Adrián que
vienen de frente en dirección a la estación. Ellos así, tan confiados, se van a
cruzar en la escalera con Magdalena, a quién no conocen. Es la chica que lleva
una bolsa en bandolera. Pues bien. ¿Quién es Magdalena?. Magdalena fue al colegio con Ricci y además
es sobrina del obispo. ¡Madre mía, sobrina del obispo!. Y Magdalena viene a por todas. El año pasado
asistió al correspondiente Seminario Ordinario Diocesano y aprobó. Luego,
Magdalena ya es diácono, sin nombramiento pero con las credenciales suficientes
como para optar al mismo. Ella viene al pueblo desde Milán, en dónde ha
ejercido como subdiácono en la iglesia de la Aparisi Donna. El conflicto se
masca. Si bien habrá de ser el obispo quién decida los cargos, previamente
consultará con Ricci, y éste no tiene claro por quién debe optar. Ricci le debe
muchos favores al obispo y no ignora que Magdalena es su sobrina, pero su madre
es amiga íntima de las madres de Paula y Adrián, La solución alternativa podría
ser que el obispo accediera a nombrar un trío de diáconos, pero tal y como
están los cepillos, bastante desvalijados, se presenta como improbable. Por
otro lado, Ricci valora que Magdalena ha tenido que esperar un año para que se
le presentara esta oportunidad, a pesar de ser sobrina del obispo, por tanto,
podría considerarse razonable que Paula y Adrián hubieran que esperar. También
parece razonable que Luci en las próximas fotos ilustre la historia, que por
hoy acaba aquí. <span style="color: #2b00fe;"><o:p></o:p></span></span></p></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><p class="MsoBlockText" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; margin-left: -62.95pt; margin-right: -2.0cm; margin-top: 0cm; margin: 0cm -2cm 0cm -62.95pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 150%;">Son
las 11S</span></p><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-15315066976397679372020-11-02T19:43:00.005+01:002020-12-01T19:34:33.313+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, OCTUBRE, FOTOS 1 Y 2<p><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"> Escribe sobre estas fotos: Francisco López</span></p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia_aMuAbnAcsGVowoHkuhcUx9mSevZmMsI5sYsXCfX0Ev50PoRKf8R_X9sRIk3j2E_EeMbocg1I5XnCb9A-mez2R9Wa3ZZb57_JG9WuxGmXZc-Nhl3Kn7cAriWzRl-ZMGudOPdkBs9EBo/s861/Foto+2.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="861" data-original-width="540" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEia_aMuAbnAcsGVowoHkuhcUx9mSevZmMsI5sYsXCfX0Ev50PoRKf8R_X9sRIk3j2E_EeMbocg1I5XnCb9A-mez2R9Wa3ZZb57_JG9WuxGmXZc-Nhl3Kn7cAriWzRl-ZMGudOPdkBs9EBo/s320/Foto+2.jpg" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQw7KjzSFjdPYqxn62oBH90eucOz8Olma2M5iZAwnhHRsnmAPwv6FhVXKXwQXrM5N-_Z9qaxl67gr7vNFdX0eWcoVfnh67bzSU8zid2lETVIOHt3DSpAPLS8sx4ysAQTncUh8_MrglDsU/s1024/FOTO+1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="822" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQw7KjzSFjdPYqxn62oBH90eucOz8Olma2M5iZAwnhHRsnmAPwv6FhVXKXwQXrM5N-_Z9qaxl67gr7vNFdX0eWcoVfnh67bzSU8zid2lETVIOHt3DSpAPLS8sx4ysAQTncUh8_MrglDsU/w257-h255/FOTO+1.jpg" width="257" /></a></div><br /><p></p><p><i><span style="color: #800180; font-family: arial; font-size: medium;">Francisco López</span></i></p><p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Las
hojas de los árboles colonizando el pavimento no puede ser más que el preludio
del otoño. Sin embargo, nada es lo que parece, al menos en el más recóndito
anaquel de la imaginación. Busquemos para ver que encontramos. En efecto, por
aquí se observan los pelillos que se desprenden del cuerpo de cada uno de los
ratones que han venido habitando el zaguán desde el momento en que aquel hombre
abandono la casa para no volver jamás. Sí, aquel hombre que ahora contempla el
ocaso de un día, que para él no trajo más que más fantasmas a su cabeza. Son
los fantasmas del remordimiento, los que corroen las entrañas, los que hacen
que entremos en un estado de ansiedad, desequilibrando nuestras constantes
vitales, haciendo sentirnos peleles que se mueven con la más ligera brisa que
nos zarandea. Ese estado se agrava con la soledad, que es lo que nuestro hombre
inconscientemente ha elegido. Esperemos al final del relato, pero a mi me da
que puede optar por el suicidio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Vamos
a retroceder. Habíamos empezado por comentar la fotoluci de la izquierda, es
decir, la que nos ofrece un banco en primera plana rodeado de hojarasca en una
calle que tiene un río. Bien. Miles de sitios puede describirse de esta manera,
pero sí podemos decir que la foto tiene un tiempo, ya que aún, Luci utiliza
tecnología manual para dejar impronta de su autoría. Haciendo un análisis
espectrográfico de la foto y comparándolo con el correspondiente al realizado a
los pelos de los ratones encontrados en el zaguán nos dice que el hombre de la
fotoluci de la derecha bien podría ser el nieto del pintor que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>llevo a cabo trabajos de restauración en la
barandilla instalada a lo largo del río. Alguien, podría decir que se
demuestre, que la cosa no está tan clara. Y tendría razón. Pero es la ciencia
quien establece estas conclusiones, y no creo que nadie esté en condiciones de
rebatir las razones científicas. ¡Faltaría más!<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Sigamos.
De la fotoluci de la izquierda poco queda que decir salvo que tuviéramos opción
de acudir de nuevo a la ciencia y pudiéramos determinar donde crecieron los
árboles con los que se construyó el banco que se ve. Ciertamente, este es un
asunto que desde un principio, desde que vi la fotoluci por primera vez, me
inquietó, y en consecuencia me dinamicé consultando en el correspondiente
negociado del ayuntamiento. Sin embargo, y desgraciadamente, el técnico que lo
sabía falleció el año pasado, y ahora se encuentran en la más absoluta
ignorancia al respecto. Insistí por la fundamental trascendencia del tema y
logré que se abriera un expediente que investigue hasta el final. A título de
cotilleo puedo adelantar que la señora de la limpieza me comentó que ella cree
que los árboles procedían del Bosque de Iratí, ya que el señor alcalde tiene
allí una explotación forestal. Obvio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">¡Que
decir a estas alturas de la fotoluci de la derecha!<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Bucólica
a tope. Es todo un clásico. Es el genuino atardecer de los días veraniegos e
incluso otoñales del Mediterráneo. Un idílico entorno que invita al suicidio.
Para pasar a la otra vida, qué mejor situación que dejar ésta en el estado de
relajación y serenidad que el que se logra en este lugar. Sin duda, mejor que
en un hospital, residencia de mayores o en casa del yerno o nuera.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">No
obstante, es recomendable avisar a la familia o amigos y si no se tienen, a las
autoridades, de que algo así puede ocurrir. Francamente, no recomiendo a nadie
que por que no se enteren, uno pueda ser confundido con un indocumentado o lo
que es peor que pueda ser devorado por algún animal.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Para
la tranquilidad, y felices sueños de quién haya sido capaz de leer hasta aquí,
os puedo confirmar, que ayer por la mañana este hombre seguía vivo. Que lo mate
el que quiera. Yo paso, de momento.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoBlockText" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif"><o:p> </o:p></span></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-34861684522208197452020-11-02T19:26:00.011+01:002020-11-05T19:48:19.401+01:00IMAGEN PARA ESCRIBIR, OCTUBRE, FOTO 2<p> </p><p><span style="color: #cc0000; font-size: medium;">Escriben sobre esta foto: Marcos Marín, Vicky Fernández y Paquita Díez</span></p><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkIe6WvVNJr2GjvHrwx9DK778fUeS8s-p6DJz2lwZzbYFP6aaXpvP8z5Spxnh__OEkhD8ctJHd3tARnA0PTOQTVddSPmTtz3_0-nn0Ic1tTny7a1VsiZpAz52lO3bOYGxC19lCUntrBoQ/s861/Foto+2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="861" data-original-width="540" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkIe6WvVNJr2GjvHrwx9DK778fUeS8s-p6DJz2lwZzbYFP6aaXpvP8z5Spxnh__OEkhD8ctJHd3tARnA0PTOQTVddSPmTtz3_0-nn0Ic1tTny7a1VsiZpAz52lO3bOYGxC19lCUntrBoQ/s320/Foto+2.jpg" /></a></p><p><span style="color: #04ff00; font-family: arial; font-size: medium;"><b><i>Marcos Marín</i></b></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">El cielo está nuboso<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">en la ribera fluvial,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">baja el río caudaloso,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">por la lluvia otoñal.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Al costado del curso,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">vallado, delimitado,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">el cauce resguardado,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">hay un estrecho paso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">De placas de piedra
enlosado,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">el revestimiento del
suelo<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">del concurrido paseo,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">Con un espacio de
césped a un lado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #500050; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">Entre la hilera de bancos</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt;">caen las hojas secas</span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">de los longevos
plátanos,<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">por el viento
dispersas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;">
</p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: 0cm;"><span face=""Arial",sans-serif" style="color: #222222; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> </span></p><p><span style="color: #04ff00; font-family: arial; font-size: medium;"><b><i>Vicky Fernández</i></b></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Una
vez más llega el maldito otoño, la estación que más aborrezco. Muy bellos los
árboles desnudos que tiran las hojas secas y amarillentas y cubren el suelo de
la alameda, sí, precioso el otoño para el que no tiene que sufrirlo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">¿Qué
le habrá pasado hoy a don Ramiro que no está sentado en su banco favorito? Él
se pasa todas las mañanas que hace buen tiempo en este primer banco leyendo la
prensa o resolviendo crucigramas. Le gusta saludarme y hablar un rato conmigo.
El señor no se ha recuperado aún del ictus que le dio hace dos años, le
tiemblan las piernas al caminar por lo que puede caerse fácilmente y su salud
es bastante delicada. El hijo le da sus paseos y al terminar, lo deja sentado
en este banco unas horas. Después, lo recoge el nieto. Espero que don Ramiro no
haya tenido una recaída. Estaré pendiente al hijo para preguntarle.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Hace
un año, más o menos, sí, era una tarde de principios de otoño. Me di cuenta que
una anciana vestida de negro y que llevaba un carro de la compra, se quedó
dormida sobre este mismo banco. Comenzó a lloviznar, y me quedé extrañado de
que la señora no despertara. Poco a poco se le iba empapando su ropa y ella
seguía quieta y sumida en un largo sueño Me acerqué para despertarla y que se
guareciera de la lluvia que comenzaba a arreciar. La llamé primero suavemente,
después le grité y al final le toqué en el hombro. Fue cuando se tambaleó sobre
el lado derecho hasta que quedó tumbada en el banco. En ese momento me temí lo
peor. Llamé a Urgencias, y nada más la reconoció el médico me comunicó que la
señora había muerto, posiblemente de un infarto cardíaco. Me pidieron mi número
de teléfono por si necesitaban hablar conmigo y para dárselo ellos a la
policía. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La
verdad es que yo podría escribir un libro sobre las historias que me ocurren en
los bancos de la ciudad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Por
las noches, como todo el mundo se imagina, en los bancos duermen los
vagabundos, ya cada uno tiene el suyo, se comportan como si fueran sus dueños.
Si alguno intenta dormir en uno que no le corresponde se pueden llegar a agredir.
Me entristece mucho verlos por las mañanas helados de frío sobre estas duras
maderas, se cubren con una manta, y los que menos con un saco de dormir
mugriento. No quiero imaginarme si yo tuviera que dormir al relente de la noche
haga frío, calor o llueva, me sería insufrible. Más de un vagabundo ha
amanecido tieso como un pajarito y he tenido que llamar a Urgencias. Se
levantan del banco cuando empieza al despuntar el sol y en la vía pública van
concurriendo viandantes y desaparecen hasta que no llega la noche.<o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify; text-indent: 35.45pt;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A
la mayoría de la gente le encanta el otoño y hasta componen poemas sobre el
amarillear de los árboles y cómo el viento las hace revolotear, del alfombrado
de las calles y plazas. Yo les prestaría mi escoba y mi recogedor un par de
horas, a ver si seguían pensando lo mismo. Soy licenciado en Ciencias de la
Información, y para poderme independizar de mis padres a mis treinta años he
conseguido este trabajo provisional de barrendero municipal. Espero no
jubilarme con la escoba<o:p></o:p></span></p><p><br /></p><p><span style="color: #04ff00; font-family: arial; font-size: medium;"><b><i>Paquita Díez</i></b></span></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span> </span>Aquí me clavaron un mes de abril. Ya no me acuerdo
de que año, pero ya llevo tiempo. Mi quietud a veces me aburre, pero otras
veces me anima viendo pasar a la gente hablando, llorando riendo, de prisa,
despacio, niños corriendo gritando, ancianos cabizbajos, anclados en sus
pensamientos y para todos soy un banco, algo que hay ahí, estático, unas veces
al sol, otras entre sol y sombra. Sólo se fijan en mí si me necesitan para
descansar y aquí sigo solitario en esta foto que Luci me sacó sin mi permiso,
rodeado de hojas que poco a poco van cayendo de los árboles en su ciclo normal
todos los otoños. Después, el viento las arrastra y van acurrucándose unas
contra otras como para consolarse en el punto final de su vida hasta
desaparecer entre la basura. Algunas tienen otra suerte y pueden ser utilizadas
como abono.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoBodyText2" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><span> </span>A veces mi soledad es interrumpida por personas que se
sientan encima sin saludarme. En invierno es más triste. A veces me paso días
sin que nadie se acerque a mí. En primavera y verano es más alegre. Casi
siempre hay alguien que me necesita y yo sigo sus conversaciones, sus jadeos,
sus besos y a veces hasta hacen el amor encima de mí. Son los ancianos los que
más me visitan. Los veo como se acercan fatigados, con cara triste, tirando de
su pesado cuerpo, cayendo como plomo en mi regazo ¡Ay! Que ganas de encontrar
un banco, se dicen para sí mismos. Así entre sol y sombra voy pasando la vida
sin saber cuanto estaré aquí, pero será siempre igual, me pasarán por encima la
lluvia, la nieve, el sol, la sombra, el viento, la primavera, el verano, el
otoño y el invierno. Y así año tras año con acompañamiento de alguien o en la
más profunda soledad. <o:p></o:p></span></p><div style="text-align: justify;"><br /></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br />LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1877419001927043562.post-58219801671511018882020-11-02T18:50:00.017+01:002020-11-30T19:43:47.999+01:00UNA IMAGEN PARA ESCRIBIR MES DE OCTUBRE, FOTO 1<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #cc0000; font-size: medium;">Escriben sobre esta primera fotografía: Haydée Acosta, Paquita Díez, Vicky Fernández, José Guerrero, Lucía Muñoz y Antonio Vera</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #cc0000; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIkGwR0tBD9vyXvwWAFHvRd47mx4-GCUMJJfMLe_2E4_dtXvC-uzSE-qEk1fOIwTSmOQHI86uQnuxlCEYs4SZtY__TZhtTvULA0FNdSRzB-LUD_oJsYAu9Rmq8NXAnqMs1hAvHTX3p5ug/s1024/FOTO+1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="822" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIkGwR0tBD9vyXvwWAFHvRd47mx4-GCUMJJfMLe_2E4_dtXvC-uzSE-qEk1fOIwTSmOQHI86uQnuxlCEYs4SZtY__TZhtTvULA0FNdSRzB-LUD_oJsYAu9Rmq8NXAnqMs1hAvHTX3p5ug/s320/FOTO+1.jpg" /></a></div><span style="color: #2b00fe;"><b><br /></b></span><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: medium;"><b> Haydée Acosta</b></span></i></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">ATARDECER<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Como una puerta desde
la tierra al cielo<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">la roca enmarca una escalera de colores<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">que asciende desde la arena hasta la nube<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">salpicada de espumas trasparentes.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">El hombre absorto trasciende su misterio<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">frente a un mar de horizontes infinitos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%;">Crece la luz perenne de la vida.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Cae el telón perfecto de
la tarde</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Times New Roman",serif; font-size: 14pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: large; text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><b>Paquita Díez</b></i></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 16pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"> </span><span style="font-size: medium; mso-bidi-font-size: 12.0pt;">Luis contemplaba una puesta de sol sentado en una roca a la entrada de una cueva observando el mar. El ir y venir de las olas acariciando la arena de la playa suavizando el ambiente y relajando los pensamientos de Luis, que en solitario rumiaba el drama que estaba pasando a consecuencia del grave accidente que se había llevado por delante la vida de su esposa por su culpa. Salían de una fiesta con una copa de más, y su esposa le había insistido en coger un taxi, pero él se había empeñado en coger el coche. Nunca superaría esa estúpida cabezonería solo por llevarla la contraria a Maribel, cosa que con frecuencia hacía, porque a él nadie le decía lo que tenia que hacer. Estúpido machista es lo que soy se repetía una y otra vez. Luis atormentándose y pidiendo perdón a Maribel desde la soledad en aquel lugar tan bonito e idílico imaginándose lo diferente que seria estar en ese momento con su amada tan cariñosa, comprensiva, pero a la vez tan rebelde y feminista. Así se le pasaban las horas pensando y pensando sin encontrar solución a su problema.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: medium;"><b><br /></b></span></i></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><i><span style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: medium;"><b> Vicky Fernández</b></span></i></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">EL
MAR, ESA FRONTERA<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> A Ismail la visión del mar aún le
sigue imponiendo y le causa pavor. Le trae recuerdos que quisiera borrar para
siempre de su memoria. Le es imposible olvidar el día que siendo un adolescente
salió de su hogar prácticamente con lo puesto y cruzó ese enfurecido mar que
hoy está en calma. Él no decidió abandonar ni a su familia ni a sus amigos. Se
sentía feliz en su pueblo rodeado de personas que lo querían y que lo
aceptaban, aquí se siente rechazado por todos, lo nota en su piel cuando lo
miran, aún no comprende el porqué del rechazo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> A sus padres los convencieron, unos
hombres de la capital que llegaron al pueblo, para que su hijo adolescente
cruzara al continente europeo, y así, la familia pudiera salir de la miseria,
como habían hecho otras familias. Sus padres lo veían como una gran
oportunidad. A Ismail se le hizo un gran nudo en el vientre y en la garganta cuando
sus padres se lo propusieron, además, habían reunido el dinero para pagar a los
tratantes que harían posible el viaje a Europa donde tendría un trabajo y
podría mandar dinero a casa. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Pero desde el primer día de su
partida se sintió solo y abandonado a su suerte. Lo peor fue navegar hacinado
durante dos días con sus dos noches en una balsa hinchable con desconocidos y
con mujeres y niños que lloraban por causa del frío y del hambre, una pequeña
balsa que iba a la deriva por aquel desconocido y enfurecido mar. Muchos de
aquellos temerosos compañeros de viaje huían del hambre, y otros buscaban
refugio para salvar sus vidas de la barbarie en sus países arrasados por la
avaricia de unos pocos y por la violencia. Estaba agotado y necesitaba dormir,
pero las tres veces que cerró los ojos intentaron empujarlo al agua para
aligerar peso en la zozobrante embarcación. Con muchas vicisitudes durante esos
dos días pudieron llegar a la costa, pero nada más pisar la arena de la playa
los detuvieron y él estuvo dos años en un centro de detención para menores no
acompañados. De las experiencias tan traumáticas que vivió en aquel centro ha
querido echar un velo o no podría seguir existiendo. Se escapó y estuvo
vagabundeando por varios pueblos y ciudades buscando algo que echarse a la boca
para comer y trabajó sin papeles en muchos lugares por una miseria, a veces,
solo por un mal techo y comida. Gracias a una ONG que le arregló los papeles, encontró
un trabajo con un sueldo digno. Ahora no se siente un ser despreciable ni un
fugitivo. Su sueño es ahorrar y ver a sus padres, a sus cinco hermanos y a sus
amigos que ya no serán tan adolescentes y habrán cambiado como él lo ha hecho,
e incluso baraja la posibilidad de quedarse en su pueblo, aunque viva en la
pobreza. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Ismail cada atardecer se sube a la
roca del acantilado para intentar divisar en el horizonte las costas africanas
y así sentirse más cerca de los suyos. Quiere ver la otra orilla del mar que
hace cuatro años que abandonó. Necesita contemplar, aunque sea con miedo, ese
mar grisáceo metalizado y ese cielo en los que hoy se ha matizado de colores
fucsia y violeta sobre el amarillo y naranja, un mar y un cielo que lo separa y
</span></span><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">lo une a sus familiares y amigos. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"><i><b> <span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">José Guerrero</span></b></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span><b><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> <span style="font-family: arial;"> </span></span></b><b><span style="font-size: 18pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">Se oían a lo lejos los ecos…</span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Se oían a lo lejos los ecos de una vieja canción, “paseando mi soledad
por la playa de Marbella/ yo te vi” … como un presagio, y con la chistorra de
la tierra siempre consigo se detuvo Bonifacio en un café según caminaba por un
bulevar, cavilando sobre la muchacha que conoció en la feria marbellí.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Las indagaciones que llevó a cabo Bonifacio no le dieron resultado, pese
a los millones de pasos que dio. Y tras deliberar sobre el asunto, decidió
quedarse a dormir el fin de semana en un hotel de esa calle, con las esperanzas
puestas en encontrarla por algún rincón o tugurio nocturno de los que frecuentaron,
pero la suerte no le acompañó.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Sí vio en cambio al mendigo que dormía entre unos cartones junto a un
portal semiderruido mostrando un rostro feliz alegrando el día, y recordaba los
cigarrillos con que lo había obsequiado, así como los comentarios acerca de la
vida y motivos que empujan a las personas a vivir en la calle. El mendigo tenía
todos los cálculos configurados en el blog de su vida, así como las posibles rutas
a seguir por el horizonte de la existencia. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Pensaba Boni que la vida es un martirio, un teatro, un montón de contradicciones
e imposiciones que a nada conducen en la mayoría de los casos, y que el
menesteroso con el perro y la mochila a cuestas no precisaba de nada más para
sentirse reconfortado, tan sólo algo que echarse a la boca para matar el hambre.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Más adelante por veleidades del destino Boni se quedó en la ruina, y emigró
a Alemania buscando un futuro mejor, y al poco tiempo de estar navegando por
aquellos teutónicos parajes se enamoró perdidamente instalando el nido en Berlín,
donde ejercía su trabajo, y se cumplió el refrán, <b>boda<i> y mortaja del cielo baja</i></b><i>,</i> encontrando allí su media naranja.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Estuvieron viviendo en distintos lugares de la ciudad, y finalmente se
establecieron en la calle de los Enamorados, el nombre se debe a una leyenda
del lugar que habla de unos amantes que vivieron en un período de entre guerras
brotando entre la barbarie el amor, quedando como testigo el mencionado topónimo.
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
En aquellos años de abundancia la vida le sonreía a Boni, sintiéndose el
más feliz del mundo. Todo le salía a pedir de boca, gozando de un paraíso
personal, pero tanta tranquilidad y bonanza llegó a empalagar a Boni hasta el
punto que ya le aburría, no encontrando algo que le motivara o entretuviese cayendo
en el más profundo tedio.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Un día, sin esperarlo, se personó la policía germana en su domicilio y sin
mediar palabra lo esposaron sin más explicaciones, y le llevaron en el vehículo
policial a los calabozos del distrito; al parecer se debió a una confusión, por
la sospecha de que fuera un testaferro más del mismo Hitler, <i>cosas veredes, amigo Sancho, que farán
fablar las piedras, pero quedó absuelto a los pocos días</i>. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Con el paso del tiempo se agrietan los tejados de las casas y ceden los cimientos
apareciendo arrugas en la mirada, en los sentires. El caso era que las
relaciones de la pareja se fueron enfriando como el viento berlinés generándose
entre ellos una montaña de malentendidos, insultos y desaires impidiendo la
convivencia, echando cada uno por su lado de mutuo acuerdo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Un día de primavera Boni, frisando los sesenta, se encontraba en vías de
la prejubilación, cuando le tocó el premio gordo del Euromillón. Tan súbito
advenimiento con la ingente cantidad de dinero le pilló con el paso cambiado y
perturbó sobremanera, torciéndole los planes, y decidió irse a vivir a Marbella
remedando a los jeques árabes, evocando aquella melodía que tantos buenos recuerdos
le traían a la memoria.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Según trascurrían los días no sabía en qué invertir el tiempo ni el
dinero, o a qué empresa o actividad dedicarse ahora. En sus relaciones sociales
con fiestas, francachelas y guateques puso todo el empeño, pero donde lo tuvo más
claro fue en enamorarse de una italiana de ojos tentadores y arrollador estilo
llegando a no poder levantarse del asiento ni dar un paso sin su aprobación, comportamiento
a todas luces impropio y raro del proceder humano, convirtiéndose en una perturbadora
obsesión en su vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
No había corbata, gafas o zapatos por los que no le montase ella una
bronca, por considerar que no se adaptaba a la moda o a sus gustos preferidos. Eran
tan enormes los problemas e inquietudes que le aquejaban que cansado del
mundanal ruido se retiró a un pueblito de la India buscando paz interior
haciéndose monje budista, rapándose el pelo y luciendo sandalias y túnica.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Allí cambió su visión del universo, y los pensamientos iban poco a poco
tomando cuerpo, encontrando lo que buscaba, un mundo de aguas tranquilas y la
creencia en él mismo, aceptando sólo aquello que le diese sentido a la vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Dos décadas pasó entregado a la meditación y servicio al Supremo Buda, cosa
que aceptó de buen grado para desintoxicarse y reencontrarse consigo mismo, y una
vez restañados los desconchones síquicos, volver al mundo de los vivos, al ajetreado
picoteo de los ecos mundanos y alegres movidas, arrojándose de cabeza a la
corriente de los días viajando a los más prestigiosos lugares: Londres, París,
Nueva York, las Vegas, etc…, pero donde recaló más ufano y placentero con un espíritu
nuevo fue en Marbella.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Allí se compró Boni un piso de lujo, cosa que no le producía ningún
perjuicio pecuniario, y no encontraba tampoco el suficiente tiempo ni alocadas
diversiones para fundirlo. Una tarde que invitaba a pasear salió a estirar las
piernas por las calles del centro urbano, cuando de sopetón vislumbró en la
esquina de una calle a Daniella tan radiante y bella como siempre vendiendo
flores en un tenderete el día de los Santos, y se saludaron amablemente,
deseándole lo mejor. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Mas según pasaban los meses y los años le apretaba más si cabe el zapato
a Boni, y los trinos de las avecillas no le deleitaban tanto, acaso fuese por
ir perdiendo audición o agilidad mental, no encontrando lo que ansiaba pese a
sus desorbitados caudales, y es que hay cosas que ni se compran ni se venden. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Mientras tanto la vida sigue, y algunos fines de semana fletaba una
avioneta rumbo a Venecia o al casino de Montecarlo entreteniéndose en sus
juegos preferidos, o echando tal vez una cana al aire, mas es de sobra conocido
que los despilfarros no son buenos consejeros, causando cuando menos se espera un
fatal desenlace.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
A la sazón le seguía los pasos una mafia de estafadores que se le cruzó
en su camino secuestrándolo en el preciso momento en que se disponía a ir a los
carnavales de Venecia, exigiéndole una cuantiosa suma por el rescate, acarreándole
unas terribles convulsiones y no pocas noches de insomnio. Los delincuentes
sabían de buena tinta que Bonifacio nadaba en la abundancia, de manera que le
obligaban a desembolsar un dineral, si quería salir airoso del agujero en que
lo habían metido.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Estando preso pasaban por su mente los más extraños pensares y un
carrusel de remembranzas de toda índole, como los versos del monólogo de
Segismundo de La vida es sueño de Calderón: ¡Ay, mísero de mí, ay infelice!/,
apurar cielos pretendo/ ya que me tratáis así/, qué delito cometí/ contra
vosotros naciendo/, aunque si nací ya entiendo//” … o la pléyade de escritores
que en los momentos más álgidos de su suplicio alumbraron no pocas joyas
inmortales, pasando a la historia como lo más saneado de la literatura universal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Pero los aires de Boni no transitaban por esos derroteros, pues no poseía
arrestos ni el duende para elevar el espíritu y estrujarse las meninges, sacando
provecho a las horas muertas que pasaba en la lóbrega mazmorra.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;"> Las
noches se le hacían eternas, e imaginaba en sueños salidas felices a lugares paradisíacos,
alimentando envidiables proyectos. Un día tuvo la idea de sobornar a los tres
guardianes del confinamiento, dándose a la fuga en un helicóptero con la
escolta, y se plantaron en una isla solitaria de las Maldivas rodeándose de
fieles servidores, con el lema, <b>poderoso
caballero es don dinero</b>, viviendo como reyes tras la rocambolesca odisea.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Allí trascurrían sus días disfrutando del buen yantar, los encantos del
lugar y el benigno clima, pero como el oleaje del mar de la vida es tan
cambiante y muda a veces en un suspiro, ocurrió que la ola de felicidad crujió
de golpe, y un repentino tornado se los tragó y nunca más se supo de ellos, resultando
inútiles los esfuerzos para rescatar sus cuerpos. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
Por tales avatares del destino pasará a la historia Bonifacio con esos
insondables rotos, semblanza que a nadie engorda ni enorgullece llevar en la
solapa.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
No hay que olvidar las aventuras del bueno de Boni, que según se supo por
unos maltratados documentos encontrados en una redada de la policía por las henrico
tabernas, que había sido secuestrado por Eta y confinado en un zulo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
La vida da tantas vueltas que nunca se sabe a ciencia cierta cuál será
la última gota de agonía, o las primicias de una súbita alegría.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: medium;"><i><b><br /></b></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="line-height: 107%;"><span style="color: #2b00fe; font-family: arial; font-size: medium;"><i><b>Lucía Muñoz</b></i></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-family: arial;"><span style="font-size: 14pt;">Sentado
sobre una roca, a la orilla del mar, Javier observa el atardecer como si fuese
un milagro. Tras los duros días de encierro impuesto por culpa del coronavirus,</span><span style="font-size: 14pt;"> piensa en
cómo le ha cambiado la vida y se pregunta ¿Cuál es la nueva realidad? ¿Cuál es su nueva realidad?<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Por lo
pronto tiene que mascarilla, lavarse las manos continuamente, quitarse la ropa
nada más llegar a casa y ponerla al sol o meterla en la lavadora a 45 grados.
No tener contacto físico con nadie que no sea su propia pareja, pero como no la
tiene, no puede dar un abrazo, besar o acariciar a nadie. Ni tan siquiera puede
acercarse a menos de un metro de otra persona. Y todo eso se lo han impuesto, y
él lo acata como el esclavo acata que le den latigazos.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Mientras el
sol es engullido por las montañas Javier siente nostalgia, miedo, inseguridad… no
sabe si volverá a trabajar ya que es camarero, y el restaurante donde trabajaba
permanece cerrado y sin previsiones de abrir. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Observa
melancólico el vuelo de una gaviota y siente envidia de ella. Coge una piedra
suelta de la roca y con rabia se la lanza sin éxito, y ésta emite un graznido semejante
a una carcajada que irrita aún más a Javier que se pone en pie y grita: ¡será
cabrona la gaviota!<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Las primeras
estrellas surgen del cielo bermellón y Javier baja de la roca, camina cabizbajo
y descalzo por la orilla. La frescura del agua le alivia la tensión que tiene
acumulada desde hace muchos días. De pronto abre los brazos, toma aire impregnado
su interior de salitre y echa a correr hasta quedarse sin aliento. Agitado y
tosiendo se sienta sobre la fría y húmeda arena. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Un ruido
cercado le hace mirar hacia la izquierda, se sonroja al ver a un municipal que se
le acerca y hace señales con la mano. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">-Oiga, la
mascarilla, no lleva usted puesta la mascarilla.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Javier,
muy nervioso, pide disculpas. Se siente fatal, como si hubiese realizado un
acto impúdico o hubiese cometido un delito grave. Se palpa el bolsillo izquierdo, saca su mascarilla
y temblando se la coloca, aliviado. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">-La próxima
vez podría costarle una multa de hasta 300 euros – le dice muy serio el municipal.
<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Javier
asiente sin pronunciar palabra alguna. Ha tenido suerte de que no lo haya
multado. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Con el estómago
encogido ve alejarse al municipal. La luz del día ha desaparecido y en su
puesto se han encendido las farolas del paseo marítimo. Apenas hay gente
paseando o haciendo ejercicio. A Javier le parece estar inmerso en una
pesadilla de la que pronto despertará, pero sabe que no es así, no puede
engañarse a sí mismo. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: arial;">
</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;">Lleno de
melancolía echa un último vistazo al mar ahora oscurecido por la noche. Toma
aire, recoge un puñado de arena y se la mete en el bolsillo donde antes
guardaba la mascarilla pensado que puede que mañana prohíban hasta pasear por
la playa.</span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 16pt; mso-bidi-font-size: 12.0pt;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 35.4pt;"><span style="font-size: 14pt;"><span style="color: #2b00fe; font-family: arial;"><i><b>Antonio Vera</b></i></span></span></p><blockquote style="background-color: white; color: #222222; text-align: left;" type="cite"><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Otoño frente a su mar de siempre, sentado en su roca familiar, conmovido por la magia que el sol, medio hundido en el horizonte, arranca en el cielo, en el mar, deja vagar su mirada interrogante y preocupada por las suaves ondas del agua, hoy su oráculo personal. Qué será de mí, de mi familia mañana ? Cuándo acabará este mal ? A principio del verano lo decían controlado, pero llegado el otoño vamos a peor, a peor, a peor. Cada vez más contagios, más </span><span style="font-family: arial;">enfermos, más muertes, más incertidumbre. Las olas alegres de su infancia, las olas de su juventud pletórica, las olas de s</span><span style="font-family: arial;">u sensata madurez, son hoy olas interrogantes, misteriosas, insondables.</span></p></blockquote><p></p>LA AVENTURA DE ESCRIBIRhttp://www.blogger.com/profile/14783611205026911913noreply@blogger.com0