Escribe sobre estas dos fotografías: Paco López
Paco López
¿Os imagináis la cifra que alcanzaría la suma de los años
de los presentes en este bar a las 5 de la tarde de cualquier día del año 1923?
Seguramente sería muy alta. Y muy doctos, los portantes. Entregados a sus
disquisiciones sobre si con g ó con j, en la palabra ma(g ó j)nesia; o bien, si
mejor Cagancho que Angelete en el paso de pecho.
Allá en el rincón me parece estar viendo
a Ernestina de Champourcín. Semiescondida, como si estuviera fuera de lugar por
la presencia mayoritaria del género masculino. Ajena aún de su encuadramiento
en el colectivo de las “Sin sombrero”.
En primer plano, es decir sentados en la
primera mesa me imagino sentado a algún miembro de los que luego fueron
conocidos como la generación del 27. Podría se Rafael Alberti o cualquier otro.
Sobre la mesa el cafelito humeante y
multitud de papeles manuscritos en espera de ser tenidos en cuenta como para
formar parte la obra literaria que pase a la posteridad.
Veo los afilados dedos de los presentes
que hábilmente mueven veloces las plumas que pondrán negro sobre blanco, las
palabras que el ingenio de las mentes de sus propietarios están a punto de
parir.
La foto es ciertamente nostálgica. Casi imposible encontrar
en nuestros días, un sabor a sabiduría como el que transmite la foto. Por eso
es una fotoluci. Tampoco el cafelito que nos tomáramos ahora, sabría como el de
entonces.
Otra cosa muy distinta buscan los
jóvenes que pasean cuesta arriba, por las empinadas cuestas de un pueblo, que
bien pudiera ser Frigiliana. Ellos están haciendo la ruta de la Pasa.
Van caminando e irán
encontrando, sucesivamente lugares emblemáticos del pueblo, donde todo el mundo
hace y se hace fotos. Tomando la escalinata, se toparán en el
Barribarto, la zona morisca de
la ciudad. Se encontrarán con calles
empinadas, fachadas blancas y puertas azules que alegran la vista.
En el camino se toparán
con la fábrica de miel de
caña de Nuestra Señora del Carmen, la única fábrica de miel de
caña que existe en Europa, instalada en el antiguo Palacio de los Condes de
Frigiliana. También visitarán el Museo Arqueológico, situado junto a la oficina
de Turismo, y más cosas.
Y naturalmente, podrán
comprar pasas en cualquier tienda de comestibles.
¡Ah! Que no es Frigiliana. Entonces que el lector ponga el nombre. La verdad es que es lo que menos importa.
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